La pandemia del coronavirus ha traído consigo la publicación de diferentes obras que analizan cómo se ha comportado el Sistema Nacional de Salud durante la crisis y cómo ha de renovarse para afrontar los retos futuros. Una de ellas es ‘La salud: ¿derecho o negocio? Una defensa de la sanidad pública’ (Editorial TREA), un ensayo está escrito por Gaspar Llamazares Trigo (médico y analista político), Gema González López ( profesora de psicología) y Miguel Souto Bayarri (médico y profesor de la Universidad de Santiago de Compostela).
En esta obra, los autores analizan cómo la sanidad española se halla actualmente en una encrucijada, cercada por un peligro doble: debilitada enormemente por la oleada de recortes que desató la crisis de 2008, corre, además, el peligro de morir de éxito si se queda varada en la autosatisfacción de ser, pese a todo, una de las más universales y de más calidad del mundo.
Según los autores, la pandemia de coronavirus ha evidenciado la urgencia de la diversificación de un sistema, hoy por hoy, unilateralmente curativo
Por otra parte, señalan que la pandemia de coronavirus ha evidenciado la urgencia de la diversificación de un sistema, hoy por hoy, unilateralmente curativo, relativamente desatento a las cuestiones cruciales de la prevención en materia de salud pública y la política de cuidados; y, en general, de la coordinación sociosanitaria.
PRINCIPALES DESAFÍOS DEL SNS
Tras este análisis preliminar, los autores del ensayo diseccionan los principales desafíos del sistema sanitario español cuando se inicia la tercera década del siglo XXI: desde la paralización de la ley de Salud Pública, para la que hubo que esperar treinta años desde la aprobación de la ley general de Sanidad, una década después de su promulgación, hasta las consecuencias negativas posibles para la relación médico-paciente, así como en materia de control poblacional, que representa la digitalización creciente del sistema al lado de sus indudables ventajas.
Entre la renovación y el asalto a la sanidad pública, un sistema cada vez más configurado como mero tecnólogo, reparador e hipermedicalizado, con signos evidentes de fatiga, es el propósito de este libro escrito con la convicción de que no se defiende la joya del Estado del bienestar que es la sanidad pública desde la nostalgia del pasado, pero tampoco entregándose acríticamente al espejismo tecnológico.