La Consejera de Salud de Cataluña, Alba Vergés, pone en valor todo lo aprendido en la crisis del Covid y por ello su equipo ya trabaja en labores de promoción y prevención de la salud a corto medio plazo. Se vigilará especialmente la salud mental de los ciudadanos.
¿Qué balance sanitario hacen de este 2020?
La pandemia ha supuesto a nivel mundial un cambio de prioridades en las políticas sanitarias, y una reorganización de las líneas estratégicas en todas las políticas.
La respuesta a la emergencia se consigue gracias a la capacidad de adaptación y de respuesta rápida. Y al mismo tiempo gracias a una respuesta meditada y basada en criterios científicos y con una planificación. Por ello, en gran medida el Departament de Salut ha dado respuesta a la pandemia gracias a la planificación, organización y estrategia previa a la aparición de la COVID-19. Una planificación en estos términos ha permitido una adaptación de las acciones llevadas a cabo desde el Departament. Dotando y reforzando aquellas estrategias ya planteadas que se han tenido que aplicar con mayor celeridad que la inicialmente planteada.
Así pues, en este balance tenemos dos caras. Por un lado, una negativa, como es la pérdida de vidas humanas y las 562.036 que han sufrido la enfermedad, las casi 50.000 personas que han sido ingresadas, de las que más de 6.000 han sido ingresadas en Unidades de Cuidados Intensivos.
Por la otra cara, la positiva, destaca cómo el sistema y sobre todo los profesionales han demostrado esta capacidad ingente de adaptación. Ya que hemos triplicado la capacidad de UCI, hemos construido 5 hospitales polivalentes que no sólo darán respuesta a la Covid, sino que después darán respuesta a necesidades estructurales identificadas. Hemos hecho más de 7,5M de pruebas, nos hemos abastecido de todos aquellos equipos de protección individual necesarios, porque son nuestro mayor activo.
Hemos dado un impulso a la Atención Primaria, acercándola cada vez más a ese espacio que tanto necesariamente debe ocupar: ser el centro de la asistencia. No sólo para curar la enfermedad sino como prevención de la enfermedad y promoción de la Salud.
Y ligado a este último punto, se ha dado, inequívocamente, el impulso y sobre todo los recursos a Salud Pública, porque si algo nos ha demostrado la pandemia, es que en gran medida la salud depende de las políticas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
La llegada de la pandemia ha supuesto un revés para el SNS. ¿Qué cambios deberían llevarse a cabo?
Más que llevar a cabo nuevos cambios, como Sistema de Salut de Catalunya vamos a poner nuestros recursos y nuestras energías en fijar y mantener todas aquellas buenas practicas que se han llevado a término durante la pandemia. La pandemia nos ha servido para aprender y mejorar, y este bagaje ha venido para quedarse. Aun así, tenemos visión de futuro, y ya estamos pensado en lo que tendremos que manejar como sistema, como son los problemas de Salud Mental.
Por eso, y como ya hemos dicho, la Salut Mental será clave en esta recuperación después de la pandemia. Porque como no puede ser de otra forma, el Sistema de Salud de Catalunya, siempre está y estará acompañando a las personas.
¿Cuáles han sido las lecciones aprendidas hasta ahora con la llegada del nuevo coronavirus?
La gran lección aprendida es que Salud Publica junto con Atención Primaria son la base de nuestro sistema. Las políticas de promoción de salud y prevención de la enfermedad tienen que ser la calve de nuestro sistema.
Esto no es nuevo, lo sabíamos, y por eso des del inicio de mi mandato el foco estaba y está puesto en Atención Primaria y en la enfermería, obviamente pieza clave en esto.
Por eso, la lección aprendida no es más que un refuerzo y una inyección al que como sistema ya conocíamos, por lo que estas son y van a ser nuestra prioridades.
La tecnología sanitaria tiene cada vez más fuerza, tanto en el ámbito de la investigación, como en el abordaje del paciente. ¿Qué acciones se están llevando a cabo desde la Consejería en este ámbito?
La tecnología y la innovación no nos interesan como un fin en sí mismo, sino como una herramienta para mejorar la vida de los pacientes y avanzar en el ámbito de la investigación.
El nuevo plan de salud que aprobaremos en los próximos meses y que es la hoja de ruta que establece las prioridades del sistema de salud para los siguientes 4 años, integra de manera transversal la potenciación de las TICs. En este sentido ya se están desarrollando experiencias innovadoras en el ámbito rural a través de la teleasistencia, y en el del sector de la atención domiciliaria, por poner solo dos ejemplos. Los cambios sociodemográficos, que nos muestran una población más envejecida, nuevos modelos de familia, y aumento de enfermos crónicos, entre otros, también justifican la extensión de esta estrategia.
En los próximos tiempos, y dada la situación de emergencia social que se empieza a vislumbrar, también será importante que la utilización de estas TICs se oriente hacia los colectivos más desfavorecidos para mejorar su situación económica y social, elementos muy ligados con el estado de salud de las personas.
En este sentido, quiero puntualizar que esta pandemia ha servido para avanzar en muy poco tiempo en ámbitos que seguramente habrían requerido muchos años para hacer estos cambios, y este sería un ejemplo claro.
¿Cuáles van a ser los principales retos para 2021?
Los principales objetivos de este 2021 son claros: asentar todas aquellas innovaciones que hemos incorporado durante la pandemia, y seguir trabajando en aquellas líneas prioritarias que nos habíamos fijado antes de que la covid19 llegará a principios del año pasado: una atención primaria resolutiva y eje vertebrador del sistema que tenga a los pacientes en el centro, y continuar trabajando para empoderar y mejorar la situación de los profesionales sanitarios que han sido una de las piezas clave para superar esta pandemia.
Así mismo, establecemos como línea estratégica el refuerzo de nuestro sistema de salud pública, no solamente en el ámbito de la vigilancia epidemiológica, sino también en líneas estratégicas como el cambio climático, la lucha contra el sedentarismo, y la adicción a las pantallas, que son algunos de los muchos efectos colaterales que están afectando a la sociedad de manera transversal como consecuencia de esta enfermedad.
Desde un punto de vista más macro y a largo plazo, estamos trabajando para que el sistema de salud se consolide como un sector motor de nuestra economía, generando conocimiento y riqueza a través de la investigación y creando puestos de trabajo de calidad. En este sentido los fondos Next Generation EU serán un buen instrumento para desarrollar proyectos en el sector de las ciencias de la vida, especialmente en temas tan innovadores como las terapias alternativas, la inteligencia artificial, la gestión de los datos y la incorporación de innovación a nivel hospitalario.