Tras la detección de los primeros casos de Covid-19 en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019, nadie sospechaba que el mundo asistía al inicio de la peor pandemia a la que el ser humano ha tenido que hacer frente en, al menos, los últimos 100 años. La rápida expansión del virus provocó un efecto dominó a nivel global en el que los confinamientos se convirtieron en una de las medidas más extendidas para controlar el avance del coronavirus. Tiempo después la evidencia científica sobre cómo nos han afectado este tipo de restricciones ha ido aumentando y las principales conclusiones que se extraen es que han afectado de forma perjudicial en términos de salud mental, bienestar emocional y condición física a un gran número de personas.
Las universidades de Cambridge y de Oxford han realizado un estudio precisamente focalizado en cómo los confinamientos han afectado a los jóvenes, uno de los grupos poblacionales que más sufrió la falta de libertad y, los resultados, han sido sorprendentes si se comparan con el grueso de la evidencia de la que se dispone en este sentido.
“La narrativa común de que la pandemia ha tenido efectos abrumadoramente negativos en la vida de los niños y jóvenes podría no contar la historia completa. De hecho, parece que un número considerable de niños y jóvenes lo que experimentaron fue un mayor bienestar durante el primer confinamiento en 2020”, expresa Emma Soneson, estudiante de doctorado EN EL Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge.
“Después de escuchar a los pacientes en nuestra práctica clínica e informalmente a varios padres y jóvenes que pensaban que el confinamiento era beneficioso para su salud o la de sus hijos, decidimos analizar la tendencia”, expone como punto de partida.
“La narrativa común de que la pandemia ha tenido efectos abrumadoramente negativos en la vida de los niños y jóvenes podría no contar la historia completa. De hecho, parece que un número considerable de niños y jóvenes lo que experimentaron fue un mayor bienestar durante el primer confinamiento en 2020”
Para ello analizaron la Encuesta de Estudiantes OxWell, una macro encuesta realizada en Reino Unido a estudiantes con edades comprendidas entre los ocho y los 18 años. Más de 17.000 jóvenes participaron en esta encuesta que se realizó entre junio y julio de 2020 tras el final del primer confinamiento. A través de esta respondieron a preguntas sobre su experiencia en la pandemia, ámbito escolar, vida familiar y relaciones sociales entre otras cuestiones. Los resultados de la investigación han sido publicados en European Child and Adolescent Psychiatry.
Las proporciones más altas de estudiantes que reportaron un bienestar mental mejorado se encontraban entre los que asistían a la escuela todos los días (39%) y la mayoría de los días (35%), mientras que la proporción más alta de estudiantes que comunicaron un peor bienestar fueron los que asistieron solo una o dos veces (39%).
Los estudiantes que sintieron que habían tenido un mejor bienestar durante el confinamiento tenían más probabilidades que sus compañeros de informar experiencias positivas en la escuela, el hogar, las relaciones y el estilo de vida. Por ejemplo, en comparación con sus compañeros, un mayor porcentaje de estudiantes que señalaron un mejor bienestar también informaron una disminución en el acoso escolar, mejores relaciones con amigos y familiares, menos soledad, mejor gestión del trabajo escolar, más horas de sueño y más ejercicio durante el confinamiento en comparación con la etapa previa.
Uno de los aspectos específicos señalado por los niños en los que mejoras más significativas han experimentado para su salud mental y bienestar es la reducción del acoso escolar
“Lo que hemos visto es una combinación compleja de factores y analizamos si la salud mental y bienestar de los niños se vieron afectadas durante el confinamiento. Estos van desde su salud mental antes de la pandemia hasta sus relaciones familiares y en el entorno escolar, así como sus actitudes en los centros educativos”, manifiesta el profesor Peter Jones, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge.
Si bien a través de estudios anteriores se ha concluido que los jóvenes que se preocupaban por el confinamiento por cómo podría afectar este a sus relaciones con los amigos, casi el 50% de los encuestados que aseguraron sentir una mejora de su bienestar mental informaron sentirse menos excluidos y solos, así como una mejor relación tanto con sus amigos como con sus familiares.
Cabe destacar sobre este estudio que uno de los aspectos específicos señalado por los niños en los que mejoras más significativas han experimentado para su salud mental y bienestar es la reducción del acoso escolar. Los investigadores hallaron que la mayoría de los jóvenes que habían sido acosados en el último año afirmaron que el acoso y la intimidación se habían reducido. La proporción que informó de un menor acoso antes del confinamiento fue más alta para aquellos que señalaron una mejora en su bienestar (92%) que para aquellos que no manifestaron ningún cambio (83%) o un deterioro en su bienestar (81%).
Entre casi el 50% de los participantes en la encuesta que consideran que el confinamiento ha supuesto una mejora en su bienestar mental, el 49% asegura que pudieron dormir más tiempo y hacer más ejercicio, en comparación con el 30% de los que no experimentaron ningún cambio y del 19% que asegura que su descanso y nivel de actividad física empeoraron.
El estudio destacar que las relaciones familiares jugaron un papel fundamental. La cifra de jóvenes que afirman que tienen una mejor relación con su entorno familiar tras el confinamiento es mayor entre aquellos que consideran que el encierro mejoró su bienestar mental (53%, en comparación con el grupo que indica que no se produjeron cambios (26%) o que las relaciones se deterioraron (53%). El patrón es similar en términos de las relaciones con los amigos: 41, 26 y 27% respectivamente.
“Si bien la pandemia ha tenido consecuencias negativas para muchos, es importante tener en cuenta que este no es el caso de todos los niños y jóvenes. Estamos interesados en ver cómo podemos aprender de este grupo y determinar si algunos de los cambios pueden mantenerse para promover una mejor salud mental y bienestar en el futuro”, concluye la profesora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, Mina Fazel.