El 9 de febrero de 2021 el equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado en China para investigar los orígenes del SARS-CoV-2concluía que el coronavirus es de origen animal y que no contaban con evidencia de que existiese transmisión antes de la detección de los primeros casos en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan. Los resultados de esta investigación fueron duramente criticados ante el hermetismo y constante vigilancia de las autoridades chinas.
Meses después, concretamente el 22 de julio de 2021, Pekín comunicaba el rechazo a los planes anunciados por la OMS para continuar con la investigación sobre los orígenes del coronavirus, después de que la agencia de salud de la ONU admitiese como una teoría a investigar la posibilidad de una fuga acaecida en el Instituto de Virología de Wuhan.
Los orígenes del SARS-CoV-2 continúan sin estar del todo claros. La zoonosis parece ser la teoría más plausible a través de algún animal que ha actuado como intermediario para que el virus diese el salto a la especie humana. Distintas investigaciones ponen el foco en los murciélagos, aunque no se ha concretado de forma fehaciente. Lo que sí está claro es que un parte significativa de las enfermedades que han afectado a los seres humanos en las últimas décadas se han producido mediante zoonosis, es decir, el paso de una enfermedad infecciosa de un animal a los humanos.
Más de dos años después del inicio de la pandemia la variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica), ha conseguido desplazar a la variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) como dominante. Hecho que se ha traducido en cifras récord de nuevos contagios en la mayoría de los países en un contexto en el que el acceso global a las vacunas contra la Covid-19 no es equitativo. Un escenario en el que conocer no solo los orígenes del virus, sino también los problemas que plantean futuras zoonosis derivadas, por ejemplo, del cambio climático, es fundamental para hacer frente a próximas pandemias que afectarán a la humanidad.
¿Qué sabemos hasta el momento con certeza sobre los orígenes del SARS-CoV-2?
Sabemos que previamente al desarrollo de la Covid-19 y detección de los primeros casos de infección por SARS-CoV-2 en la ciudad de Wuhan, circulaban, desde hace años, coronavirus con secuencias genéticas muy parecidas al virus salvaje que ha propiciado la epidemia en murciélagos. Hay muy buenos artículos en la literatura que así lo demuestran.
Recientemente se ha conocido la decisión de las autoridades sanitarias de miles de hámsters en Hong Kong presuntamente vinculados a un brote de Covid-19 en una tienda de animales. ¿Realmente estas acciones son necesarias como ya hemos visto meses atrás con el sacrifico de otros animales por brotes? ¿Son estos brotes realmente peligrosos para la salud pública?
Aunque sabemos que el paciente cero se sitúa en diciembre de 2019 en un mercado en Wuhan, desconocemos cómo se ha producido el salto del coronavirus al ser humano. La mayoría de los investigadores y expertos en temas de zoonosis, pensamos que el salto de especies (spill-over) necesario para que los humanos nos infectemos con un virus de origen animal no es sencillo.
"Sabemos que previamente al desarrollo de la Covid-19 y detección de los primeros casos de infección por SARS-CoV-2 en la ciudad de Wuhan, circulaban, desde hace años, coronavirus con secuencias genéticas muy parecidas al virus salvaje que ha propiciado la epidemia en murciélagos"
Lo más plausible, es que el salto no se haya producido directamente del murciélago al humano, sino que desde los murciélagos se haya producido la infección en otro animal (hospedador intermediario) que ha favorecido su adaptación y amplificación con posterior trasmisión al humano y a otros animales. Aquí es donde aparece el conflicto, ya que ha quedado demostrado que los humanos somos fuente de infección para otros mamíferos y viceversa.
Se está hablando mucho de las variantes y, como ya hemos sufrido con esta sexta onda epidémica, tienen gran importancia. Pero lo más preocupante sería la emergencia de un virus recombinante (mezcla de coronavirus) capaz de infectar a humanos, y a otros animales susceptibles de infectarse masivamente. Esto sería como una coctelera, y aunque estos fenómenos no se producen de la noche a la mañana, entiendo que se pueden producir.
Fenómenos parecidos se producen habitualmente con los virus causantes de la gripe. Por ejemplo, todas las gripes, en su origen, han sido aviares y en muchas ocasiones, antes de llegar al humano, se han recombinado con otros virus en animales y desde aquí han llegado al humano provocando pandemias.
"Hay que trabajar el concepto “OneHealth”. Lo que nos sucede a los humanos está íntimamente ligado a lo que les sucede a los animales o al medio ambiente. Ver la salud de forma compartimentada es un grave error que pagamos diariamente"
En cuanto a la pregunta sobre el peligro para la Salud Pública, en mi opinión negar la importancia sería una irresponsabilidad. Hay que estar muy vigilantes, aunque tengo mis dudas sobre la necesidad de sacrificios masivos. El problema es que a estas alturas de la pandemia, la posibilidad de cometer errores sabemos que tiene consecuencias devastadoras.
¿En qué grado se produce la transmisión del SARS-CoV-2 de animales a humanos? ¿Y a la inversa?
En nuestra experiencia la trasmisión de humanos a gatos y perros es fácil. No se ha demostrado, con estas mascotas, la trasmisión al humano, aunque es más que factible.
Sabemos que la trasmisión bidireccional es real con los visones y en teoría, ¿por qué no con los hámsters que tienen gran contacto con los humanos? Está claro que el virus no pide el documento de identificación para distinguir entre humanos y otros animales.
En las últimas décadas gran parte de las enfermedades que han afectado a los seres humanos se han producido a través de zoonosis. ¿El SARS-CoV-2 es solo un primer aviso de lo que nos espera?
No, esto se produce desde que el hombre habita la tierra. Por poner ejemplos recientes el VIH también tiene este origen animal. La peste también tuvo origen animal y actualmente se estima que hasta el 85% de las amenazas tienen este origen. Por eso hay que trabajar el concepto “OneHealth”. Lo que nos sucede a los humanos está íntimamente ligado a lo que les sucede a los animales o al medio ambiente. Ver la salud de forma compartimentada es un grave error que pagamos diariamente.