La comunidad científica internacional ha marcado un hito con el desarrollo de varias vacunas seguras y eficaces contra la Covid-19 en tiempo récord. La mayoría de los países avanzan ya sus campañas nacionales de inmunización frente al SARS-CoV-2 pero las vacunas por sí solas no servirán para acabar con los problemas derivados de la pandemia. Cada día continúan contándose por miles los nuevos contagios y fallecidos en todo el mundo y la atención de los pacientes con Covid-19 mantiene tensionados desde hace ya más de un año la práctica totalidad de los sistemas sanitarios.
Una situación que se ha traducido en el perjuicio en términos de atención, tratamiento y nuevos diagnósticos del resto de patologías. La principal solución pasa por el desarrollo de medicamentos que contribuyan a reducir los síntomas de la Covid-19 y permitan reducir las estancias hospitalarias y en UCI.
Con esta fotografía de fondo ponemos el foco en Italia. El pasado 5 de febrero la Agencia Italiana del Medicamento (AIFA) y el Ministerio de Sanidad anunciaban la aprobación para la utilización en el ámbito clínico con carácter de emergencia de fármacos basados en anticuerpos monoclonales en pacientes con Covid-19. Una decisión que sitúa al país junto con Alemania a la cabeza de la Unión Europea en su utilización. Una decisión que ha posicionado a Italia por delante de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ya que ha comenzado la administración de estos fármacos en pacientes de riesgo con coronavirus antes de que la institución emita una conclusión sobre su empleo.
El Comité de Medicamentos Humanos de la EMA (CHMP, por sus siglas en inglés) anunciaba el pasado 4 de febrero el inicio de la revisión de los datos disponibles sobre el uso de los anticuerpos monoclonales (casirivimab, imdevimab, bamlanivimab y etesevimab) para tratar a pacientes con Covid-19 que no requieren de suplemento de oxígeno y que tienen un alto riesgo de progresión a Covid-19 grave.
¿QUÉ SON LOS ANTICUERPOS MONOCLONALES?
Una de las formas en las que el sistema inmunitario combate las sustancias extrañas es mediante la producción de un gran número de anticuerpos. Un anticuerpo es una proteína que se adhiere a una proteína específica que se denomina antígeno.
Los anticuerpos monoclonales trabajan bloqueando el virus en sus fases iniciales y evitando que este sea capaz de penetrar en las células del organismo en un periodo que comprende los 10 primeros días tras la realización de la prueba diagnóstica positiva
Estos anticuerpos circulan por todo el organismo hasta que encuentran y se adhieren al antígeno. Una vez se ha producido esta unión pueden forzar a que otras partes del sistema inmunitario destruyan las células que contienen el antígeno. La ciencia puede diseñar anticuerpos que tengan como objetivo específico un antígeno concreto que los científicos pueden replicar. Son los conocidos como anticuerpos monoclonales.
En definitiva, los anticuerpos monoclonales trabajan bloqueando el virus en sus fases iniciales y evitando que este sea capaz de penetrar en las células del organismo en un periodo que comprende los 10 primeros días tras la realización de la prueba diagnóstica positiva.
ANTICUERPOS MONOCLONALES Y COVID-19
En base al funcionamiento explicado de estos fármacos, los anticuerpos monoclonales logran evitar las complicaciones e ingresos hospitalarios de los pacientes infectados por el SARS-CoV-2, tal y como afirma Giuseppe Remuzzi, director del Centro de Investigación Farmacológico Mario Negri de Milán.
Dichos anticuerpos monoclonales se extraen del plasma de la sangre de pacientes que han logrado superar la Covid-19 con una alta carga vírica. Son copiados y se introducen en medicamentos que generan un tratamiento que, tal y como explicó Remuzzi en un encuentro con periodistas extranjeros recogido por La Vanguardia, administrado en el momento oportuno de la infección y en el tipo de paciente adecuado son una gran opción a la hora de tratar pacientes con posibilidad de cursar la enfermedad de forma grave.
“Los anticuerpos monoclonales son una herramienta importante, que ciertamente contribuyen a la lucha contra el SARS-CoV-2, y en particular a prevenir la progresión de la enfermedad en la fase inicial en las personas más frágiles"
“Los anticuerpos monoclonales son una herramienta importante, que ciertamente contribuyen a la lucha contra el SARS-CoV-2, y en particular a prevenir la progresión de la enfermedad en la fase inicial en las personas más frágiles. Sin embargo, no les podemos atribuir las propiedades salvadoras que no tienen para los enfermos graves; porque eso sería un error, basándonos en las evidencias que tenemos, y crearíamos expectativas que luego pueden ser defraudadas”, destaca el presidente del Instituto Superior de Sanidad de Italia, Franco Locatelli.
Remuzzi dejaba claro en el referido encuentro que, a pesar de que este tratamiento es de reciente aprobación, “son efectivos siempre y cuando se empleé en los primeros días desde la enfermedad”. El experto deja claro que este tratamiento “no obtiene buenos resultados en pacientes que ya padezcan insuficiencia respiratoria o que requieran de oxígeno o respiración asistida a través de un ventilador".
“El uso de fármacos de anticuerpos monoclonales indica la eficacia de los anticuerpos para reducir la carga viral de la persona infectada”, expresa por su parte Carlo Federico Perno, responsable de microbiología del centro pediátrico Bambino Gesú de Roma. "El virus es más grave cuando la carga viral es más alta y ya hay medicamentos que pueden reducirla".
ITALIA, EJEMPLO QUE DEBERÍA SEGUIR ESPAÑA
Los expertos italianos señalan que estos tratamientos basados en anticuerpos monoclonales, si se expande su utilización, podrían contribuir notablemente a la reducción de la transmisibilidad del virus y por tanto su capacidad de mutación y nuevas variantes.
De acuerdo a los datos hechos públicos por la AIFA, actualmente en Italia se están administrando mABS (monoclonal antibodies) 786 por semana con unos incrementos semanales del 10%. Remuzzi ha explicado que la necesidad de un control médico y el alto coste de estos fármacos, situado alrededor de los 2.000 euros, hace que por el momento su utilización se limite a los pacientes que presentan un mayor riesgo. Las estimaciones realizadas en base a esto (conservadoras en este momento ya que hablamos de fármacos cuya adopción está aún creciendo) indican que Italia estaría realizando una inversión en este grupo terapéutico de 76,5 millones de euros anuales.
Si España siguiese la estela italiana, realizando los ajustes de población y teniendo en cuenta que manejamos estimaciones, hablaríamos de una inversión anual de alrededor de 60,3 millones de euros en mABS para tratar 30.180 pacientes al año. De acuerdo al informe de datos oficiales sobre la situación epidemiológica del Ministerio de Sanidad, con fecha de 6 de mayo de 2021, en nuestro país hay 8.900 pacientes ingresados con Covid-19, con un total de 2.212 en UCI.