Científicas españolas del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) han llevado a cabo una investigación cuyo resultado avala “la utilidad y eficacia como herramienta para la vigilancia de la salud pública” del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo).
En el artículo, publicado en la revista científica ‘Viruses’, analizan los datos relacionados con la incidencia de la pandemia de Covid-19 durante las tres primeras olas epidemiológicas, comparando los excesos de mortalidad por todas las causas identificadas con las muertes confirmadas obtenidas por la notificación de casos a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave).
Los resultados obtenidos confirman, como ha ido detallando también el INE, que durante la primera ola pandémica se produjo “un exceso de mortalidad sin precedentes en España”. No obstante, desde el ISCIII recuerdan también que esta situación “también se experimentó en muchosotrospaíses europeos, según ha ido recogiendo la red europea EuroMOMO.
Las investigadoras subrayan que los excesos de mortalidad se explican "por la limitada capacidad diagnóstica de SARS-CoV-2 en España durante la primera ola pandémica"
En esta línea, las investigadoras recuerdan que estos excesos identificados por MoMo “fueron considerablemente mayores” que las defunciones confirmadas por Covid-19 a Renave por el sistema desarrollado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.
Defunciones por todas las causas notificadas por el sistema MoMo entre 2020 y 2021 (Foto: ISCIII)
Y estas diferencias, resaltan en el estudio, tienen una razón de ser. “Se explica por la limitada capacidad diagnóstica de SARS-CoV-2 en España durante la primera ola pandémica”, deficiencia que “dio lugar a una infranotificación de las defunciones debidas a Covid-19 en este periodo”.
A pesar de ello, las investigadoras subrayan que esta circunstancia “ha sido comúnen otros países de nuestro entorno durante los primeros meses de la pandemia”. De hecho, sostienen que se trata de “un aspecto frecuente” en otras enfermedades como la gripe, en las que “la carga de mortalidad debida a las epidemias estacionales gripales suele estimarse con modelos de excesos de mortalidad”.
“EFECTO COSECHA”
Por otro lado, las autoras del estudio precisan que junto a las estimaciones diarias de los excesos de mortalidad debido al Covid-19, el sistema MoMo también ha detectado la mortalidad “indirecta” asociada a la pandemia. Así, citan cómo aspectos como “el aislamiento social, la dificultad de acceso a la atención médica y al sistema de salud, entre otros, pudieron haber contribuido a este incremento de fallecimientos”.
Otro aspecto que analiza el estudio son las características relacionadas con este exceso. Según explican, lo acumulado en las tres primeras olas “aumentó con la edad” e incluso en la primera ola “el exceso estimado fue 1,5 veces mayor que las muertes confirmadas”. Además, resaltan que las tasas se distribuyeron “de forma heterogénea” por todo el territorio.
En la segunda y tercera ola, la estimación fue inferior debido al 'efecto cosecha', hecho que suele ocurrir “después de producirse una mortalidad significativa entre personas mayores cuya salud ya estaba comprometida”
Con respecto a la segunda y tercera ola pandémica, el ISCIII detalla que las estimaciones fueron “similares” y que la mortalidad “fue inferior a la estimada en la primera ola”. Esto se debe, apuntan en el estudio, a “un posible efectocosecha”, circunstancia que suele identificarse “después de producirse una mortalidad significativa entre personas mayores cuya salud ya estaba comprometida”. Además, citan como puntos clave la vacunación y una mejora de la atención contra el Covid-19.
“A pesar de ser un sistema inespecífico que no permite establecer causalidad directa en el análisis de exceso de mortalidad, MoMo constituye una herramienta esencial de vigilancia a tiempo real, como sistema de alerta temprana para la acción en salud pública, y para realizar estimaciones del impacto de diferentes eventos de salud en la mortalidad de la población”, concluyen las autoras.