Un grupo de investigadores del Instituto Politécnico de Worcester en Estados Unidos, ha logrado identificar una serie de características similares entre el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19 y que ha generado la pandemia en la que nos hallamos inmersos.
El SARS es un virus respiratorio perteneciente a la familia de los coronavirus que en 2003 provocó importantes brotes en todo el mundo causando un elevado número de fallecidos.
El trabajo de estos investigadores ha sido publicado en la revista Viruses y de este se pueden extraer tres conclusiones principales que podrían desempeñar un importante papel en el modelado del virus, además de ayudar a la comunidad científica en el desarrollo de futuros tratamientos y fármacos con los que hacer frente a la Covid-19.
La vacuna existente contra el SARS podría no resultar del todo eficiente frente al SARS-CoV-2 por lo que es necesario que se continúe investigando para encontrar y desarrollar una vacuna efectiva
El primer hallazgo determina que las modificaciones en las proteínas que forman el nuevo coronavirus no están distribuidas de forma uniforme. Estas se presentan a menudo formando grupos en las superficies de las proteínas si realizamos la comparación con el virus del SARS en seres humanos y en los otros virus relacionados presentes en animales.
Los investigadores han conseguido demostrar que la región de la denominada como “proteína de punta”, situada en la superficie del SARS-CoV-2 y que se presentaría como el blanco de los anticuerpos en seres humanos, reporta grandes diferencias con la existente en la misma zona del SARS.
Esto sugiere que la vacuna existente contra el SARS podría no resultar del todo eficiente frente al SARS-CoV-2 por lo que es necesario que se continúe investigando para encontrar y desarrollar una vacuna efectiva contra el nuevo coronavirus.
La última conclusión que se extrae de este estudio pone el foco en las regiones a las que se dirigían los candidatos a fármacos antivirales contra el SARS desarrollados con anterioridad y que se encontraban prácticamente intactas. Hecho que pone sobre la mesa la posibilidad de que estos fármacos puedan volver a utilizarse.