La inteligencia artificial puede prever si una persona fallecerá a causa de la Covid-19

En base a los datos sobre el estado de salud de los pacientes, este modelo informático calcula, con un 90% de precisión, las probabilidades de fallecimiento de los pacientes infectados por el SARS-CoV-2.

Mano de un enfermo con vía subcutánea en una cama de la UCI. (Foto. Eduardo Parra Europa Press)

Una reciente investigación basada en el uso de la inteligencia artificial por la Universidad de Copenhague informa de que esta tecnología es capaz, utilizando datos de los pacientes, de predecir con un 90% de fiabilidad la posibilidad de fallecer como consecuencia de la Covid-19. El índice de masa corporal (IMC), sexo o la presión arterial elevada se presentan como los factores más importantes a tener en cuenta. Los investigadores indican sobre su trabajo que permitirá a los hospitales predecir la cantidad de pacientes que necesitarán un respirador y determinar quiénes deben ser los primeros a la hora de recibir la vacuna.

Desde el inicio de la pandemia un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) han trabajado para desarrollar modelos informáticos que puedan predecir, con los datos de los historiales clínicos de los pacientes y sobre su salud, en qué medidas estos se verán afectados por la Covid-19.

Los modelos desarrollados hasta el momento con datos de pacientes de dos regiones del país revelan una precisión en el pronóstico de fallecimiento de hasta el 90%. Una vez el paciente ha sido ingresado en un centro hospitalario el modelo es capaz de pronosticar además con un 80% de fiabilidad si el paciente requerirá o no un respirador.

“Nuestros resultados demuestran, como era de esperar, que el IMC y la edad son los parámetros decisivos de la gravedad a la hora de cursar la Covid-19. Pero la probabilidad de morir o acabar en la UCI con un respirador aumenta si se es hombre, se tiene la presión arterial alta o se padece alguna enfermedad neurológica”

“Comenzamos a trabajar en estos modelos para ayudar a los hospitales ya que durante la primera ola temieron la falta de respiradores para los pacientes ingresados en UCI. Nuestros hallazgos también podrían utilizarse para identificar quién necesita una vacuna”, explica el profesor Mads Nielsen del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Copenhague, tal y como recogen en Eurekalert.

HOMBRES MAYORES CON PRESIÓN ARTERIAL ALTA, MAYOR RIESGO

De esta forma los investigadores han desarrollado un programa con datos relativos a la salud de 3.944 pacientes diagnosticados con Covid-19. De esta forma se entrenó el sistema en el reconocimiento de patrones y correlaciones con enfermedades anteriores y la Covid-19.

“Nuestros resultados demuestran, como era de esperar, que el IMC y la edad son los parámetros decisivos de la gravedad a la hora de cursar la Covid-19. Pero la probabilidad de morir o acabar en la UCI con un respirador aumenta si se es hombre, se tiene la presión arterial alta o se padece alguna enfermedad neurológica”, detalla Nielsen.

Las enfermedades y factores de la salud que, según el estudio, tienen mayor influencia a la hora de que un paciente requiera un respirador tras infectarse son los siguientes, atendiendo a su orden de prioridad: IMC, edad, hipertensión arterial, sexo masculino, problemas neurológicos, EPOC, asma, diabetes y enfermedades cardíacas. En este sentido Nielsen recomienda que las personas que padezcan varios de estos problemas deberían ser priorizadas a la hora de recibir alguna de las vacunas contra la Covid-19.

“El sistema nunca podrá reemplazar la evaluación de un profesional médico, pero puede ayudar a los profesionales y a los hospitales a valorar la situación de muchos pacientes con Covid-19 y establecer prioridades”, concluye el investigador.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.