El nuevo covid-19 cuyo origen se sitúa en la ciudad china de Wuhan (Hubei), supera ya los 97.000 casos de contagio en un total de 92 países. La gran mayoría de los casos positivos (más de 80.000) se han registrado en China donde la cifra de fallecidos se eleva a 2.983. Fuera de las fronteras del país asiático el número de decesos debido al coronavirus se eleva hasta los 3.200.
Nos enfrentamos a un virus que se encuentra dentro del grupo de enfermedades respiratorias graves. Guarda semejanzas con la gripe o la neumonía por lo que su diagnóstico se torna complicado a la hora de diferenciarlo de patologías tan comunes en la época del año en la que nos encontramos.
La familia de los coronavirus es muy amplia e integra distintas infecciones que pueden ir desde el resfriado común hasta el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS). El covid-19 es la última infección por coronavirus que se ha descubierto y presenta una sintomatología caracterizada por fiebre, tos seca y cansancio. Los síntomas suelen ser leves y graduales.
En algunos casos las personas contagiadas son asintomáticas y la mayoría de los pacientes logra recuperarse por sí mismos. Pero, las estadísticas indican que en uno de cada seis casos, es posible desarrollar neumonía y problemas respiratorios.
En este sentido los ancianos y los enfermos crónicos, así como aquellas personas que presenten un sistema inmunológico deprimido (como consecuencia del VIH o cáncer entre otras enfermedades), tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones más graves ante una infección por covid-19.
Las estadísticas indican que en uno de cada seis casos, es posible desarrollar neumonía y problemas respiratorios
“La respuesta inmunológica de las personas de edad avanzada está más debilitada. Una situación que se denomina inmunosenescencia”, explica a ConSalud.es la doctora Rosario Menéndez, neumóloga y experta en infecciones respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
“En el 80% de las infecciones provoca un cuadro leve con síntomas similares a un proceso catarral con fiebre. En los casos más graves, puede cursar con una neumonía y hasta en un 6% de los casos se puede desarrollar una sepsis o un distress respiratorio”.
En este sentido la doctora Menéndez destaca que “las personas con enfermedades crónicas respiratorias como el EPOC, pueden tener más susceptibilidad de presentar una infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV2”.
"En los casos más graves, puede cursar con una neumonía y hasta en un 6% de los casos se puede desarrollar una sepsis o un distress respiratorio"
Sobre los pacientes que no presentan patologías respiratorias previas, “el cuadro clínico es similar entre el nuevo coronavirus SARS-CoV2 y un proceso gripal o catarral ya que se cursa con fiebre, malestar general, tos y expectoración”.
“La sospecha de que se trate de infección SARS-CoV2 se realiza en base a datos epidemiológicos como la estancia en zonas de transmisión de esta infección o contacto con personas que lo hayan padecido en los 14 días previos”.
Además, indica, “en los casos de neumonía hospitalizada se debe descartar este nuevo coronavirus cuando el resto de estudios de microorganismos habituales es negativo”.
En cuanto a las medidas de prevención en el caso de los grupos de riesgo, la doctora Menéndez señala que se trata de “las mismas que para todas las personas”. Estas se centran en “evitar el contacto con personas que tengan infecciones respiratorias, frecuente lavado de manos y seguir las recomendaciones actuales en cuanto a los viajes a zonas de transmisión del virus”.
“Como medidas de prevención de neumonías en general, se recomienda la abstención de tabaco en cualquiera de sus formas, adecuada higiene orodental y las vacunas antigripal y antineumocócica”, concluye la doctora Menéndez.