Indonesia se encuentra en conversaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y seis compañías farmacéuticas para convertirse en un centro mundial de fabricación de vacunas, de acuerdo a las informaciones ofrecidas por las autoridades sanitarias del país recogidas por Reuters.
“Estamos trabajando con la OMS para ser uno de los centros mundiales de fabricación de vacunas de ARNm”, explica el ministro de Salud de Indonesia, Budi Gunadi Sadikin, agregando que había comentado esta iniciativa al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un viaje realizado a Europa a principios del mes de septiembre. “La OMS ha señalado Sudáfrica como la primera opción y yo dije que, lógicamente, Indonesia debería ser la segunda”.
Los nuevos centros de transferencia de tecnología forman parte de una estrategia de la OMS a través de la que distribuir de forma más amplia la producción de vacunas a nivel mundial. Una iniciativa con la que crear capacidad en los países en desarrollo a la hora de fabricar vacunas de nueva generación como las desarrolladas contra la COVID-19 por Pfizer/BioNTech y Moderna, basadas en tecnología de ARNm.
Los esfuerzos para crear una base de producción de vacunas contra la COVID-19 en Sudáfrica se centrarán en intentar replicar la vacuna de Moderna. Pero lo cierto es que falta avanzar en las conversaciones con la compañía estadounidense por lo que, de acuerdo a las declaraciones de funcionarios de la OMS a Reuters, será un proceso largo.
Los nuevos centros de transferencia de tecnología forman parte de una estrategia de la OMS a través de la que distribuir de forma más amplia la producción de vacunas a nivel mundial. Una iniciativa con la que crear capacidad en los países en desarrollo a la hora de fabricar vacunas de nueva generación
Un portavoz de la OMS ha declarado que Indonesia era uno de los 25 países de bajos y medianos ingresos que han mostrado interés en albergar un centro de vacunas. Por el momento el organismo de las Naciones Unidas se ha negado a confirmar o desmentir si se trata de uno de los principales candidatos. Por su parte, Budi ha asegurado que Indonesia está deseando adquirir experiencia en el desarrollo de vacunas basadas en ARNm y aquellas creadas a través de vectores virales como la desarrollada contra la COVID-19 por AstraZeneca.
Uno de los puntos que defienden desde Indonesia para su candidatura es que se trata del país con mayor población musulmana del mundo. Hecho que garantizaría que todas las vacunas que desarrollasen en un futuro cumpliesen con los preceptos recogidos por el Islam.
Indonesia ha tenido que hacer frente a uno de los brotes de COVID-19 más virulentos de Asia con más de 4.1 millones de casos y una cifra de muertes superior a las 139.000. Los expertos en salud pública indican que estas cifras son posiblemente mucho más elevadas. A pesar de que las tasas de infecciones y decesos han descendido de forma significativa en el país a lo largo de las últimas semanas, lo cierto es que solo cuenta con un 25% de su población vacunada de un total que supera los 208 millones de personas.
Budi explica en Reuters que el país se encuentra en conversaciones con varias compañías farmacéuticas entre las que destacan desarrolladores de vacunas contra la COVID-19 como Sinovav, Genexine, Arcturus Therapeutics y Novavax. “Ofrecemos las mismas oportunidades para AstraZeneca y Pfizer”, asevera. Bambang Heriyanto, secretario corporativo de Bio Farma, compañía farmacéutica más grande de Indonesia, ha confirmado que las conversaciones estaban en marcha y que el primer paso se centra en la transferencia de tecnologías. Se necesitarán entre dos y tres años para construir instalaciones destinadas a la producción para que estén completamente operativas.