Un grupo de científicos que han estado trabajando en primera línea contra el coronavirus en España, Italia y en los Estados Unidos, han analizado con detalle la controversia existente respecto al supuesto efecto negativo de medicamentos hipertensivos en pacientes que hayan contraído el coronavirus.
El estudio, que acaba de publicarse en 'Mayo Clinic Proceedings' con el título 'Angiotensin-Converting Enzyme 2 and Anti-Hypertensives (Angiotensin Receptor Blockers and Angiotensin Converting Enzyme Inhibitors) in Coronavirus Disease 2019 (Covid-19)', trata de explicar el nivel de evidencia clínica sobre este tema.
"De acuerdo con las pautas actuales, estos científicos recomiendan a los pacientes con hipertensión que continúen tomando los medicamentos antihipertensivos sin interrupción", tal como indica el autor principal, Fabián Sanchis-Gomar, MD, PhD, del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia; el Grupo de Investigación de Fisiopatología Celular y Orgánica del Estrés Oxidativo del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de Valencia; y la Division of Cardiovascular Medicine, Stanford University School of Medicine of Stanford, CA (USA).
Los pacientes con enfermedades subyacentes como hipertensión, insuficiencia cardíaca y enfermedad renal crónica tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave por Covid-19. Médicos, profesionales de la salud, investigadores y pacientes han estado debatiendo activamente sobre la influencia potencial del uso de los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los receptores de angiotensina II (ARAII) durante el brote de coronavirus.
Una de las formas en las que virus penetra es a través de la enzima convertidor de la angiotensina (ECA) 2, la enzima que convierte la angiotensina I en angiotensina II a nivel pulmonar y en otros tejidos y órganos, lo que puede sugerir que los medicamentos pueden aumentar la susceptibilidad al virus y la gravedad de la enfermedad.
Los pacientes con enfermedades subyacentes como hipertensión, insuficiencia cardíaca y enfermedad renal crónica tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave por Covid-19
Tras realizar una profunda revisión de más de 60 estudios publicados, el Dr. Sanchis-Gomar y sus coautores concluyen que lo más importante es que, hasta el momento, ningún estudio ha reportado un aumento en los niveles circulantes o en la expresión de ECA2 y, aún siendo así, una mayor expresión no implicaría necesariamente un mayor riesgo de infección o gravedad de la enfermedad.
Su investigación incluyó estudios que sugieren que niveles elevados de angiotensina II, diana de los inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA), como son los IECA y los ARAII, pueden fomentar el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) en pacientes con COVID-19. Otra investigación sugiere que los inhibidores del SRAA pueden incluso desempeñar un papel en el tratamiento del COVID-19. Los autores señalan, sin embargo, que se necesitan más investigaciones y evidencias científicas.
El coautor Carl J. Lavie, MD, del John Ochsner Heart and Vascular Institute, Ochsner Clinical School - University of Queensland School of Medicine, New Orleans, LA, indicó al respecto que: "se sabe que la angiotensina provoca inflamación, oxigenación, vasoconstricción y fibrosis, por lo que es bastante coherente pensar que un fármaco que pueda inhibir la producción de dicha hormona en realidad pueda ser muy beneficioso para prevenir tanto lesiones a nivel pulmonar como a nivel sistémico. Ciertamente, resulta prematuro empezar a utilizar estos agentes como una medida para prevenir la Covid-19 en pacientes sin ninguna otra indicación para el uso de inhibidores del SRAA. Sin embargo, esta es un área de investigación muy activa".
Las evidencias actuales indican que los inhibidores del SRAA reducen significativamente la mortalidad en enfermedades cardiovasculares, reducen la progresión de la enfermedad renal crónica y son la piedra angular del tratamiento para la insuficiencia cardíaca y la hipertensión. "La terapia con IECAs o ARAII debería mantenerse o iniciarse en pacientes, según indicación, independientemente del COVID-19", tal como ha señalado el Dr. Sanchis-Gomar.
Si bien no existen diferencias entre los ARAII y los IECAs en términos de eficacia para disminuir la presión arterial y mejorar otros resultados, la tos se asocia en ocasiones con el uso de IECAs y las tasas de incumplimiento terapéutico debido a eventos adversos son más bajos con los ARAII. "Dada la misma eficacia, pero con menos eventos adversos, los ARA podrían ser una opción de tratamiento más favorable en pacientes con Covid-19 y con mayor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad", concluye el Dr. Sanchis-Gomar.