La última actualización de la situación epidemiológica de España hecha pública por el Ministerio de Sanidad, en base a los datos enviados por las comunidades autónomas, muestra que la incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes se sitúa en 88,65 (a fecha de 16 de noviembre de 2021). En el caso de la IA a siete días la cifra es de 50,85. El dato se ha ido incrementando paulatinamente a lo largo de las últimas semanas aumentando la preocupación de las autoridades sanitarias, especialmente ante la cercanía de la Navidad, y siendo testigos de la virulencia con la que la sexta ola de la pandemia está golpeando a la mayoría de los países de nuestro entorno.
Cierto es que España se encuentra en una situación privilegiada si se compara con el resto de naciones europeas gracias al buen desempeño de la Estrategia Nacional de Vacunación contra la Covid-19. De acuerdo con la última actualización del Plan Nacional de Vacunación, el porcentaje de población diana que ha completado ya la pauta de vacunación (a fecha de 16 de noviembre de 2021) es del 89%, lo que se traduce en 37.480.526 personas completamente inmunizadas contra el virus. La cifra de dosis adicionales contempladas para la población elegible es ya de 2.782.583 personas.
España es uno de los ejemplos a nivel global de cómo la vacunación contra la Covid-19 favorece el control de la pandemia. A pesar de que los contagios diarios se han incrementado y la IA continúa al alza, el porcentaje de pacientes con Covid-19 que actualmente se encuentran ingresados en UCI es del 1,75%, 427 pacientes a 16 de noviembre de 2021. El total de pacientes hospitalizados con Covid-19 es de 2.164 personas.
El auge de los contagios en España ha hecho que comiencen a plantearse nuevas medidas y restricciones con el objetivo de controlar la pandemia. Por el momento, no se encuentran sobre la mesa medidas importantes en este sentido dado el escenario descrito anteriormente, pero algunas comunidades autónomas han comenzado a poner el foco en el pasaporte Covid como uno de los aliados a la hora de frenar la transmisión del virus.
País Vasco ha solicitado a la justicia que pueda exigirse el certificado de vacunación contra la Covid-19 para acceder al ocio nocturno, eventos culturales y locales de restauración. Antes de finalizar el verano Galicia ya había recibido luz verde para la implementación de este pasaporte como mecanismo para controlar el acceso al ocio nocturno. Recientemente también ha solicitado a la justicia que pueda exigirse el pasaporte Covid o una prueba diagnóstica negativa para todos aquellos que quieran visitar a pacientes ingresados en los hospitales y a los trabajadores sanitarios. Baleares también cuenta con el pasaporte Covid desde el final del verano como medida para el control del ocio nocturno.
Actualmente, un objetivo de cero casos de Covid-19 es imposible por lo que los esfuerzos deberían orientarse a mantener bajas las tasas de hospitalización e ingresos en UCI y evitar así la tensión del sistema sanitario. Una vez se tenga claro este punto, las medidas y planes de respuesta deberán ser proporcionales a los objetivos
Comunidad Valenciana, Castilla y León y Cataluña se encuentran barajando la posibilidad de apostar por el pasaporte Covid ante el paulatino incremento de los contagios. Ante esta situación se plantea una cuestión fundamental: ¿realmente es necesario el pasaporte Covid en España dado el elevado porcentaje de población completamente inmunizada? Los expertos consideran que lo que se necesita en este momento es un consenso claro entre todas las autoridades sanitarias y aplicar así las medidas adecuadas a cada situación epidemiológica. No se entendería que las comunidades autónomas comiencen a aplicar medidas y restricciones más férreas en un contexto de población vacunada tan elevado, y más cuando el incremento de los contagios no se está traduciendo en un aumento de la presión asistencial. De lo contrario, la población podría cuestionar la utilidad de la vacunación.
En este sentido es importante definir cuáles son los objetivos reales de las políticas y medidas sanitarias que se están adoptando o se quieren implementar. Actualmente, un objetivo de cero casos de Covid-19 es imposible por lo que los esfuerzos deberían orientarse a mantener bajas las tasas de hospitalización e ingresos en UCI y evitar así la tensión del sistema sanitario. Una vez se tenga claro este punto, las medidas y planes de respuesta deberán ser proporcionales a los objetivos que se persiguen y a la situación epidemiológica.
La fotografía que reporta el continente europeo difiere bastante de la realidad que se vive en España. En los últimos días hemos sido testigos de cómo Austria, Países Bajos o Alemania han anunciado la aprobación de medidas y restricciones que implican la limitación de ciertas libertades de sus poblaciones. Unas medidas orientadas a aumentar unas bajas tasas de vacunación si se comparan con nuestro país.
La Comisión de Salud Pública se encuentra estudiando elevar el riesgo bajo por Covid-19 hasta una incidencia de 100 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días. Se cambia la concepción de 'nueva normalidad' a 'circulación controlada' cuando se detectan menos de 50 casos por 100.000 habitantes a 14 días, frente a los 25 en los que está fijada en estos momentos la nueva normalidad. La actualización del documento se justifica porque "la situación epidemiológica actual es muy favorable, con un marcado descenso de los casos graves y de la letalidad", a lo que se une la alta cobertura de vacunación en España.
Algunas voces apuntan a medidas orientadas a la captación de la población elegible para la vacunación en nuestro país y que todavía no se ha vacunado. España cuenta en este sentido con una cifra bastante reducida en comparación con otros países y parece tratarse más de personas que, por diferentes motivos no lo han hecho todavía, más que por movimientos anti-vacunas. Cabe recordar que la vacunación obligatoria no es una opción porque no tiene cabida en nuestro marco legal y se trataría de una medida carente de todo sentido ya que no nos encontramos en situación de riesgo.
Tal y como informan varios expertos en el diario El Mundo, limitar ciertos derechos a las personas que no se han vacunado contra la Covid-19 plantea numerosas dificultades desde el punto de vista legal. Ante este hecho sí que podría recurrirse al pasaporte Covid para limitar el acceso a ciertas actividades de las personas no vacunadas como la restauración, el ocio nocturno o los eventos culturales. De lo que no cabe duda es de que, si continúan aumentando los contagios y la IA y con la Navidad en el horizonte, las comunidades autónomas no dudarán a la hora de adoptar medidas y restricciones para frenar la pandemia.