La variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) ha cambiado por completo la forma de hacer frente a la pandemia en apenas mes y medio desde su aparición. Su capacidad de transmisión ha asombrado al mundo ya que ha conseguido erigirse como la enfermedad infecciosa más rápida desde que se tiene constancia, superando al sarampión. En las últimas semanas la mayoría de los países están reportando cifras récord de nuevos contagios nunca antes vistas en la pandemia y, de acuerdo con la evidencia científica, la enfermedad que provoca es más leve que las variantes anteriores.
De acuerdo con la última actualización del Ministerio de Sanidad sobre la situación epidemiológica de España, el número total de pacientes hospitalizados con Covid-19 asciende a XXX. Una cifra que se traduce en una tasa de ocupación hospitalaria de XXX% por cada 100.000 habitantes. Si hablamos de los pacientes con Covid-19 en UCI, la cifra es del XXX (tasa de ocupación UCI por 100.000 habitantes de XXX%). Es importante destacar que estos datos se refieren a pacientes con clínica Covid que debe ser tratada en régimen de hospitalización, bien por prueba diagnóstica confirmada o a la espera de resultado.
Una matización de vital importancia ya que hablamos de pacientes que requieren ingreso hospitalario o en UCI por complicaciones derivadas de la propia infección provocada por el SARS-CoV-2. Unas cifras que, en el momento actual de la pandemia en el que nos encontramos, resultan fundamentales para comprender el alcance de la variante Ómicron. Estas cifras nos permiten observar la fotografía en la que se traduce la pandemia en términos asistenciales. Una información muy valiosa en un momento en el que la sexta ola ha disparado los contagios y las cifras oficiales comunicadas diariamente por Sanidad no reflejan al 100% la realidad que se vive debido a un infradiagnóstico de casos.
He aquí la vital diferencia entre pacientes hospitalizados con Covid-19 y por Covid-19. Los datos que nos ofrece el primer grupo no sirven para analizar el avance de la pandemia en términos asistenciales, mientras que el segundo sí, ya que hablamos de personas que debido a las complicaciones derivadas de la infección por SARS-CoV-2 han requerido asistencia hospitalaria
A las tasas de ocupación hospitalaria y de UCI por pacientes Covid, se deben añadir aquellos ingresos que se producen por el resto de patologías. Dentro de este grupo es más que posible que muchos de los ingresados sean también pacientes con Covid-19, pero el motivo de su ingreso no está motivado por la infección, sino por la patología en función que les afecte. He aquí la vital diferencia entre pacientes hospitalizados con Covid-19 y por Covid-19. Los datos que nos ofrece el primer grupo no sirven para analizar el avance de la pandemia en términos asistenciales, mientras que el segundo sí, ya que hablamos de personas que debido a las complicaciones derivadas de la infección por SARS-CoV-2 han requerido asistencia hospitalaria.
Retomando el informe diario que publica Sanidad hay que observar detenidamente los datos de ingresos por Covid-19 en las últimas 24 horas y las altas. Según la última actualización un total de 19.000 pacientes están ingresados en los hospitales españoles como consecuencia de la Covid-19. De estos, 2.483 lo han hecho en las últimas 24 horas, mientras que 2.513 pacientes han sido dado de alta tras su ingreso por Covid-19 en las últimas 24 horas.
Si nos referimos a las altas de personas que habían ingresado en hospitales por Covid-19, la cifra en las últimas 24 horas es de 2.513. La tasa de ocupación hospitalaria nacional de pacientes ingresados debido a complicaciones de la Covid-19 es del 15,25%. El número de personas que debido a la Covid-19 se encuentran ingresadas en UCI es de 2.230, lo que representa una tasa de ocupación de UCI a nivel nacional del 4,7%. Un indicativo más que nos ayuda a conformar el complejo prisma que supone que el análisis de la pandemia.
En el momento actual de la pandemia en el que nos encontramos, es imperioso que el análisis de la situación epidemiológica se focalice en datos más allá de las cifras de nuevos contagios diarios (dato que no refleja la realidad de la pandemia debido al infradiagnóstico) y la incidencia acumulada. No se trata de restar importancia a estas cifras, pero su valor no es el que reportaban en las primeras olas. Las hospitalizaciones que provoca el virus son un claro indicador no solo de la presión asistencial que el coronavirus genera, sino que muestran la gravedad de la enfermedad que provoca y el riesgo de nuevos colapsos.
Un viraje que desde el Gobierno han comenzado a tomar tal y como se confirmó con la pretensión de cambiar el modelo de vigilancia de la pandemia una vez finalice la sexta ola y pasar de un análisis diario de casos a una vigilancia centinela como la que se realiza con la gripe. Una postura duramente criticada por numerosos expertos y contraria a la línea marcada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que consideran que aún falta un largo camino para tratar al SARS-CoV-2 como una enfermedad endémica.