"Yo me pondría la vacuna de AstraZeneca". Así de rotunda se pronuncia Pilar Llamas, jefa del Servicio de Hematología de cuatro hospitales de la red pública madrileña gestionados por Quirónsalud: Fundación Jiménez Díaz, Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba.
En una entrevista concedida a Servidemia, la facultativa, una de las mejores hematólogas del país según diversos rankings, apunta que "la complicación trombótica se puede dar en 0,7 casos por 100.000 vacunados y que el desenlace sea fatal es muy raro, concretamente en el 0,07 por 100.000". "Lo podemos considerar como bajísimo", declara.
"La complicación trombótica se puede dar en 0,7 casos por 100.000 vacunados y que el desenlace sea fatal es muy raro, concretamente en el 0,07 por 100.000"
"Estoy de acuerdo", sostiene en una reflexión sobre la inoculación de AstraZeneca, "en que a las personas de menos de 60 años se les dé la opción de ponérsela porque en realidad el beneficio supera al riesgo". Por ejemplo, continúa, "mi hermana que es más joven que yo ya se la ha puesto".
La doctora Llamas, también vicepresidenta de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), pone sobre la mesa que la trombosis, a diferencia del ictus, es una enfermedad poco conocida entre la población. "Ha sido un asunto tratado por diferentes colectivos como los hematólogos, los internistas, los neumólogos, los cardiólogos o los urgenciólogos, lo que ha provocado que tuviera un interés más difuminado", analiza.
La galena admite que, con la pandemia de la COVID-19, existe una "mayor necesidad de conocer mejor la trombosis por los pacientes asociados, siempre necesitamos una mayor formación e información". Por género y aunque la mujer tiene más riesgo, los hombres tienen más posibilidades de volver a sufrir una trombosis.