Al inicio de la campaña de vacunación contra la Covid-19 se conocieron casos raros de trombosis tras recibir las vacunas actuales de adenovirus, Astrazeneca y Janssen. Un efecto secundario que no se sabía por qué se producía, hasta ahora. Investigadores estadounidenses han descubierto un potencial mecanismo causante de este trastorno de coagulación. Los resultados han sido publicados en Science Advances.
La trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por la vacuna es un efecto de las vacunas de adenovirus raro, con una incidencia de uno por 100.000 a 250.000 vacunados según señala una revisión publicada en agosto en JAMA Network. Estos pacientes sufrían un aumento de la presión intracraneal, con dolor de cabeza, alteración visual, náuseas o vómitos, y otros síntomas neurológicos.También presentaban dificultad para respirar, letargo, dolor de espalda, dolor abdominal, petequias y debilidad de piernas o brazos.
"El mecanismo que da lugar a esta afección, denominado trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por la vacuna (VITT), era desconocido", indica Abhishek Singharoy, científico de la Universidad Estatal de Arizona y autor del nuevo estudio que busca el mecanismo potencial de esta patología. Y este podría ser por la forma en que se une al factor plaquetario 4 (PF4) una vez inyectado, anticuerpos que provocan la trombosis.
“Descubrimos que ChAdOx1 (Aztrazeneca) tiene una fuerte carga negativa. Esto significa que el vector viral puede actuar como un imán y atraer proteínas con la carga positiva opuesta, como el PF4 ”, sugiere el Dr. Alexander Baker
"Es realmente fundamental investigar a fondo las interacciones vector-huésped de la vacuna a un nivel mecanicista", señala Singharoy. "Esto ayudará a comprender cómo la vacuna genera inmunidad y cómo puede provocar eventos adversos raros, como VITT". "Nuestros datos confirman que PF4 puede unirse a los adenovirus, un paso importante para desentrañar el mecanismo subyacente a la VITT. Establecer un mecanismo podría ayudar a prevenir y tratar este trastorno", añade el profesor Alan Parker, experto en el uso de adenovirus para aplicaciones médicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cardiff.
En casos muy raros, sugieren los científicos, el vector viral puede ingresar al torrente sanguíneo y unirse al PF4, donde el sistema inmunológico ve este complejo como extraño. Creen que esta inmunidad fuera de lugar podría resultar en la liberación de anticuerpos contra PF4, que se unen a las plaquetas y las activan, lo que hace que se agrupen y provoquen coágulos de sangre en una cantidad muy pequeña de personas después de la administración de la vacuna.
“Descubrimos que ChAdOx1 (Aztrazeneca) tiene una fuerte carga negativa. Esto significa que el vector viral puede actuar como un imán y atraer proteínas con la carga positiva opuesta, como el PF4 ”, sugiere el Dr. Alexander Baker, primer autor del estudio. De hecho, descubrieron que así era, la superficie negativa de la vacuna de Astrazeneca llamada hexones interactuaba y atraía al facor plaqueatrio 4.
"Existe la oportunidad de diseñar el caparazón de la vacuna, la cápside, para prevenir esta interacción con el PF4. Modificar ChAdOx1 para reducir la carga negativa puede reducir la posibilidad de causar trombosis con síndrome de trombocitopenia ”, dijo Baker. “La modificación de los hexones ChAdOx1 para reducir su electronegatividad puede resolver dos problemas simultáneamente: reducir la propensión a causar VITT a niveles aún más bajos y reducir los niveles de inmunidad preexistente, lo que ayuda a maximizar la oportunidad de inducir respuestas inmunes robustas", concluye Singharoy