Las personas mayores y aquellas que padecen patologías previas se erigen como los grandes grupos de riesgo ante el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Motivo por el que se han convertido en la principal preocupación de los sistemas sanitarios en términos de protección y prevención para evitar el contagio.
Contar con un sistema inmunitario fortalecido es vital en estos casos y aquí, nuestra alimentación, desempeña un papel fundamental. Mantener buenos hábitos alimenticios en este periodo de confinamiento no solo ayudará a estos grupos de riesgo a mejorar su salud ante la reducción de la actividad física, sino que, además, puede reportar importantes beneficios de cara a un posible contagio.
Un tema sobre el que desde ConSalud.es hemos hablado con María del Mar Larrosa Pérez y Sara Martínez López, investigadoras y profesoras en el área de Nutrición y Alimentación en la Universidad Europea.
Las investigadoras han compartido las recomendaciones efectuadas por la Academia Española de Nutrición y Dietética. Unas pautas sobre las que indican que no solo son recomendables para los grupos de riesgo, sino que pueden ser seguidas por las personas sanas y, especialmente, por aquellos que puedan presentar sintomatología leve.
En carnes y pescados se recomienda utilizar técnicas culinarias bajas en grasa como son la plancha, salteado, asado o guisado con muy poca grasa
Estas recomendaciones se detallan en las pautas que se muestran a continuación:
1. Mantener una buena hidratación, ingiriendo al menos 1,8 litros de agua al día, especialmente las personas mayores (que tienen disminuida su sensación de sed). Además de agua, también se pueden tomar infusiones, té o por ejemplo gelatinas neutras sin azúcar que pueden ayudar a los mayores a ingerir esa agua que necesitan.
2. Consumir cinco raciones al día de frutas y hortalizas (si es posible frescas, de temporada y de proximidad). Una solución para niños o personas que les “cueste” comerlas es darlas en forma de puré.
3. Consumo de alimentos integrales y legumbres, cocinándolos preferentemente con verduras.
4. Elegir leche y productos lácteos bajos en grasa.
5. Consumo moderado de otros alimentos de origen animal dentro de las recomendaciones saludables:
El consumo de carnes (entre tres y cuatro veces a la semana, pero máximo una vez a la semana carne roja como ternera, cordero o cerdo), pescados (dos o tres veces a la semana), huevos (entre tres y cuatro veces a la semana), y quesos debe realizarse en el marco de una alimentación saludable, eligiendo de forma preferente carnes de aves (pollo, pavo, etc.), conejo y las magras de otros animales como el cerdo, y evitando el consumo de embutidos, fiambres y carnes grasas de cualquier animal.
En carnes y pescados se recomienda utilizar técnicas culinarias bajas en grasa como son la plancha, salteado, asado o guisado con muy poca grasa.
6. Elegir el consumo de frutos secos, semillas y aceite de oliva.
7. Evitar los alimentos precocinados y la comida rápida.
Concluyen la entrevista señalando que no existe una evidencia científica de que nuestros hábitos alimenticios ayuden a prevenir un posible contagio, sin embargo, no debemos olvidar que una buena alimentación ayuda al normal funcionamiento del sistema inmune que necesita (cobre, folatos, hierro, selenio, vitamina A, vitamina B12, vitamina B6, vitamina C, vitamina D y zinc) y todos estos nutrientes se consiguen llevando una alimentación sana.