La lucha contra la COVID-19 se libra desde múltiples frentes. En el marco de una sociedad hiperconectada, Internet se ha convertido en un espacio donde determinados individuos buscan lucrarse a costa de una salud pública diezmada por la pandemia del SARS-CoV-2. Para hacer frente a estas prácticas nocivas, la Guardia Civil cuenta con equipos de especialistas desplegados en el entorno online.
Uno de ellos es la Unidad Técnica de Policía Judicial (UTPJ), un grupo de agentes bregados en el combate a la ciberdelincuencia. En una entrevista telefónica concedida a ConSalud.es, uno de los componentes de la UTPJ, que prefiere guardar el anonimato, detalla la "amplia amalgama de productos ilegales" que han proliferado en la red desde que comenzó la crisis sanitaria.
"Hemos encontrado desde complementos alimenticios hasta medicamentos, carentes de autorización, que aseguran que previenen o llegan a curar la COVID-19", explica el agente. Una situación similar, continúa, ha ocurrido con las soluciones de dióxido de cloro. En este sentido, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha advertido de los "riesgos graves para la salud" que comporta su consumo.
"Hemos encontrado desde complementos alimenticios hasta medicamentos, carentes de autorización, que aseguran que previenen o llegan a curar la COVID-19"
Productos sanitarios como los test, los geles hidroalcohólicos o las mascarillas también forman parte de esta lista de artículos de venta online que "no cumplen los requisitos". "Hemos detectado comercio de supuestas mascarillas FFP2, KN95 o quirúrgicas que, en realidad, no eran tal", señala el portavoz del Instituto Armado.
Con la estrategia de vacunación en marcha, "pseudoempresas, que dicen ser distribuidoras de laboratorios como Pfizer, Moderna o AstraZeneca, ofrecen a las autoridades sanitarias de los países millones de dosis". "Cuando investigamos el asunto, observamos que detrás de estas marcas no hay viales reales", asevera el miembro de la UTPJ.
PERFIL DE VENDEDORES Y COMPRADORES
En declaraciones a este medio, el integrante de la Benemérita indica que los vendedores "suelen ser particulares con acceso a este tipo de productos, generalmente importados de India y China, y dedicados a su distribución a nivel mundial". Los compradores, por su parte, "rara vez adquieren los artículos para consumo propio: buscan distribuirlos en Internet o en plataformas sociales".
"Los vendedores suelen ser particulares con acceso a este tipo de productos, generalmente importados de India y China, y dedicados a su distribución a nivel mundial"
Es habitual que el recorrido de esta mercancía comience en la Darknet, "que requiere unos motores de búsqueda que no son los de Google", y se extienda por dominios de Internet convencional y herramientas como Facebook o Telegram. "Con los mensajes cifrados de este tipo de sistemas es más compleja su detección, mientras que para los usuarios es muy fácil porque, hoy en día, prácticamente todo el mundo accede a estas plataformas", manifiesta.
MÚLTIPLES VÍAS DE INFORMACIÓN
Todos los indicios de estafa se recepcionan en la Unidad Técnica de Policía Judicial por diversos canales. Uno de ellos es la información que aportan los ciudadanos y las corporaciones profesionales como los colegios de farmacéuticos o los colegios de médicos.
"Desde la UTPJ tenemos contacto con el Ministerio de Sanidad, la AEMPS y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN): cada vez que tienen conocimiento de este tipo de prácticas, nos lo comunican para que iniciemos una investigación", dice el representante de la Guardia Civil.
La cooperación entre países es otra de las vías para efectuar pesquisas. En este contexto, el Instituto Armado forma parte de dos entidades supranacionales: la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y la Oficina Europea de Policía (Europol). "Desarrollamos operaciones en las que todos los Estados miembro colaboran para hallar estos productos", subraya.
Otro método es el operativo interno de la Guardia Civil. "Cuando detectamos una entrada de este tipo de productos en puertos y aeropuertos, abrimos una investigación para dilucidar si el recorrido que tienen puede desembocar en alguna operación o detención", revela.
Binomio de agentes en un puerto de mercancías español (Foto: Guardia Civil)
COMISIÓN DE DELITOS
Este tipo de infracciones, tipificadas en el Código Penal, se sitúan dentro de los delitos de estafa, contra la salud pública y losconsumidores. "Suelen atribuir a sus productos unas características o propiedades que no son las que realmente tienen", previene.
El portavoz de la Unidad Técnica de Policía Judicial afirma que "esta publicidad puede llevar a error, incluso producir un grave riesgo para la salud de la persona que consume el producto: cree que le beneficiará para superar la COVID-19 cuando, en realidad, perjudica su estado".
CONSEJOS A LA CIUDADANÍA
Cuestionado por cómo debe actuar la sociedad ante este tipo de ofrecimientos, el componente de la Benemérita aconseja acudir a distribuidores autorizados como las farmacias, las parafarmacias o los herbolarios. "Siempre que veamos algo en la red que no conozcamos, vamos a desconfiar, porque no sabemos quién está detrás", orienta.
"Siempre que veamos algo en la red que no conozcamos, vamos a desconfiar, porque no sabemos quién está detrás"
En relación a las vacunas, recuerda que "las únicas dosis disponibles son las que tiene la Administración Pública, encargada exclusiva de su aplicación a los ciudadanos". "Los laboratorios solo venden a los Estados, por lo que vamos a sospechar de todo ofrecimiento externo", avisa.
"Cualquier indicio o noticia que tenga un ciudadano, pueden comunicarlo a la Guardia Civil; gracias a su colaboración podemos llegar a desarticular una página web que venda estos productos ilegales", concluye.