Desde el inicio de la crisis sanitaria en España dos han sido los momentos que han puesto la gestión del Ejecutivo central y del Ministerio de Sanidad en el ojo del huracán: la compra de un lote compuesto por miles de test de diagnóstico fallidos y la adquisición de mascarillas defectuosas que se han traducido en decenas de sanitarios contagiados.
Hoy conocemos un poco más sobre uno de estos momentos. Tal y como informan desde el diario El Mundo el Ministerio de Sanidad, con Salvador Illa al frente, rubricó un acuerdo para la compra de los citados test (cuyo proceso no ha sido clarificado por el Gobierno) por valor de 17,1 millones de euros con la empresa Inter Pharma. Estos test habían sido fabricados por la compañía china Bioeasy Biotechnology.
Más de 17 millones de euros fue el precio que el Gobierno pagó por más de 700.000 test fallidos cuya sensibilidad para detectar la presencia del nuevo coronavirus era de alrededor del 30% cuando los estándares señalan que este porcentaje debe encontrarse por encima del 80%.
En la documentación a la que ha tenido acceso la citada cabecera aparece reflejada la exigencia de devolución por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez de un total de 6.988.035 euros que ya habrían sido abonados. Esta es la cuantía por la que se adquirieron los 659.000 test lo que representa el 35% del total comprometido. El Gobierno e Inter Pharma firmaron dicho documento el pasado 18 de marzo.
Más de 700.000 test fallidos cuya sensibilidad para detectar la presencia del nuevo coronavirus era de alrededor del 30% cuando los estándares señalan que este porcentaje debe encontrarse por encima del 80%
El Ejecutivo central ha realizado un desembolso de 350.293.032,08 euros para la compra de material sanitario y dentro del que se encuentra la compra de los citados test. El contrato ha sido anulado tras comprobarse la baja sensibilidad de los test.
El expediente que se encuentra en manos de El Mundo incluye una carta remitida por el Ministerio de Sanidad a la empresa intermediaria Inter Pharma donde se indica que los test deben superar el 80% de sensibilidad y el 99% de especificidad.
En la citada carta el Ministerio de Sanidad alude a las pruebas de comprobación de dichos test por parte del Instituto de Salud Carlos III, concluyendo en su informe del 24 de marzo que la sensibilidad de las pruebas de diagnóstico era muy inferior a las indicaciones de validación obtenidas y que les proporcionaron a estos test el marcado CE. Hablamos de una sensibilidad del 24,3% obtenida en las comprobaciones de Sanidad frente al 83% de marcado CE.
Inter Pharma emitió un comunicado a través del que explicaba que su único objetivo era poder ofrecer alternativas al Gobierno siendo responsabilidad de este la validación de las pruebas por parte de las autoridades sanitarias españolas
En el informe del 30 de marzo Sanidad pone el foco en la sensibilidad de la prueba rápida de nuevo modelo con fluorescencia. Sobre esta y, en base a los resultados obtenidos en las pruebas de comprobación se indica que “es inferior en nuestro medio a lo que indica la validación clínica por la que se obtuvo el marcado CE (57,8% en nuestro medio vs 92% de la validación clínica presentada por el fabricante)”.
Motivos por los que Sanidad rechaza todo el material entregado acusando de los defectos o fallos a Inter Pharma y recalca que, no será bastante la reparación o reposición por lo que se reclama que sea la empresa intermediaria la que abone la citada cantidad de más de seis millones de euros.
Inter Pharma emitió un comunicado a través del que explicaba que su único objetivo era poder ofrecer alternativas al Gobierno siendo responsabilidad de este la validación de las pruebas por parte de las autoridades sanitarias españolas. Añade que la empresa a través de la que obtuvo los test, Shenzhen Biotechnology, cuenta con el marcado CE y el certificado TÜV.