El pasado jueves 17 de septiembre se celebró una reunión conjunta entre los ministros de Economía y Salud de los países miembros del G20 y la conclusión conjunta a la que han llegado resulta fundamental para superar la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2: es clave que, cuando se desarrolle una vacuna eficaz y segura contra la Covid-19, el acceso a la misma se produzca de forma equitativa y asequible para todos los países.
“Continuaremos trabajando con las herramientas políticas disponibles para salvaguardar la vida, el empleo y los ingresos de las personas”, detallan a través de un comunicado. “Se presentará un plan de acción en la reunión de los ministros de Economía y responsables de los Bancos centrales de los miembros del G20 en octubre, y en la cumbre de los líderes del G20 que tendrá lugar el próximo mes de noviembre”.
“Desarrollar una vacuna es solo la mitad del desafío: después de todo, ¿de qué sirve una vacuna a menos de que las personas puedan acceder a ella?”
Desde hace meses la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recalcado que el acceso a la vacuna debe ser equitativo y asequible si realmente queremos acabar con la pandemia que ha golpeado y golpea virulentamente a todas las naciones del mundo.
“Desarrollar una vacuna es solo la mitad del desafío: después de todo, ¿de qué sirve una vacuna a menos de que las personas puedan acceder a ella?”, declaraba hace unas semanas la doctora Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El acceso a la posible vacuna no debería convertirse en un elemento que aumente las desigualdades existentes entre los distintos países, por lo que se debe garantizar un acceso y distribución a nivel global de acuerdo a los principios de transparencia, equidad y criterios científicos. Motivos por los que el flujo de las vacunas debería efectuarse sin olvidar factores como las necesidades de los entornos humanitarios y de los países menos desarrollados.