Tras la séptima ola, que ha durado todo el verano, los datos de la Covid-19 parecen estar ya en un momento de estabilización a la baja. Los contagios, pese a las vacunas, han sido de nuevo muy altos, como ocurriera con la sexta ola, que se dio en invierno, pero la ocupación en hospitales se ha mantenido muy por debajo de las tasas que se dieron en las olas anteriores a la vacunación.
Pese a que las vacunas actuales no protegen igual contra las primeras variantes del SARS-CoV-2 que contra las variantes de Ómicron, han demostrado proteger contra la enfermedad grave, aunque no ha tenido un efecto de freno del contagio. En este sentido, la aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de las vacunas adaptadas a las nuevas variantes abren una oportunidad para frenar el contagio de la Covid-19 para los siguientes meses, pero no una respuesta para el fin de la pandemia. Como indicó hace un año el Dr. Luis Enjuanes en una entrevista a este medio “la eficacia de las vacunas contra las variantes disminuye de un 5 a un 15%, y esto seguirá evolucionando de la misma manera”.
Durante el otoño y el invierno, posiblemente el SARS-CoV-2 vuelva a mutar en otra variante de la que estas vacunas no protejan igual, como ha pasado con Ómiron, y se necesitará desarrollar unas nuevas. En este contexto entra el concepto de vacuna pancoronavirus, que como su nombre indica, es para todos los coronavirus. Un concepto defendido por expertos de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) para terminar con la pandemia, pero que actualmente tiene que ser más acotado.
“El coronavirus es un grupo de virus muy amplio con especies muy diferentes. Es muy difícil conseguir una vacuna para todos estos tipos", indica el Dr. Jorge Carrillo
“El coronavirus es un grupo de virus muy amplio con especies muy diferentes. Es muy difícil conseguir una vacuna para todos estos tipos. De hecho, hoy por hoy es inviable. Otra cosa es hablar de vacunas para SARS-CoV-2 y sus variantes o para betacoronavirus”, explica a Consalud.es el Dr. Jorge Carrillo, vocal de la SEI.
En este sentido son varias las estrategias que se tienen, desde la vacunación heterológica, por la que se utilizan distintas vacunas para ampliar la protección, al desarrollo de vacunas con distintas tecnologías capaz de responder a distintos virus. “Hay una tecnología que permite introducir dentro de las vacunas diferentes proteínas, como puede ser la spike, del MERS-CoV, el SARS-CoV y el SARS-CoV-2, y con sus distintas variantes. Esto, en teoría, conseguiría generar anticuerpos pancoronavirus”, indica el Dr. Carrillo.
La vacuna que se está desarrollando en el CSIC por un equipo liderado por el Dr. Enjuanes se basa en la producción de un replicón de ARN “que permite autoamplificar la dosis de la vacunación, la inducción de anticuerpos contra varias proteínas del virus y que administramos de forma intranasal que es donde es más efectiva”. Y también hay otras estrategias, “hay otros estudios que utilizan elementos conservados de la secuenciación. Pero una cosa es la teoría y otra los resultados, en el papel parece sencillo, pero no lo es”, manifiesta el Dr. Carrillo. “Hay ya vacunas en fases preclínicas y clínicas, que bien utilizan ARN mensajero o adenovirus y que ponen en marcha la cobertura a betacoronavirus o a variantes. Veremos si este concepto tan atractivo luego se traduce en una protección cruzada a distintos coronavirus”.
FUTURAS PANDEMIAS
El próximo patógeno causante de la próxima pandemia que tengamos en el mundo es, actualmente, desconocido. Los expertos en microbiología, salud pública y preventiva no dudan en que en los próximos años tendremos otra pandemia. La globalización, el cambio climático y la zoonosis reflejan que esto será posible, pero el tipo de virus se desconoce, es lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina patógeno X.
Con todo, no es la primera vez que un coronavirus produce una emergencia sanitaria. En 2014 el MERS-CoV asoló los países de Oriente Medio, en el 2000 fue el SARS-CoV-1 en China, y según una última investigación recogida por ‘The New York Time’ la gripe rusa de 1889 también podría haber sido causada por un coronavirus. De hecho, en nuestro genoma hay restos de coronavirus que reflejan que el ser humano se ha enfrentado a lo largo de la historia varias veces a esta familia de virus.
El desarrollo de las vacunas pancoronavirus, como hemos visto, es difícil, principalmente porque nunca se sabe si el coronavirus será de una misma familia. “Es prácticamente imposible que una vacuna pueda cubrir todos los coronavirus”, reitera el Dr. Carrillo. Pero los avances que actualmente se está realizando ampliando la cobertura a distintas variantes o coronavirus, “hace que haya más probabilidades. Es difícil a priori saber si, en el hipotético caso de que otro coronavirus salte de animales a seres humanos, las vacunas que desarrollemos ahora sirvan, pero cuanto más amplias sean y más cobertura den, mejor. Por el momento es más factible una vacuna pansascov2 para enfrentar a las variantes que vendrán en el futuro y que no conocemos”, concluye el experto.