La nueva Estrategia de Vigilancia y Control del Covid 19, que se prevé que el Gobierno y las comunidades autónomas aprueben de forma inminente, se centrará en los casos graves, en las personas mayores de 60 años y vulnerables por enfermedad y se quitará el foco de quienes tengan Covid-19 en forma leve o sin síntomas, es decir, estos últimos ya no estarán obligados a aislarse en casa durante siete días, sino que tendrán que extremar las precauciones, reducir los contactos y usar mascarilla.
El documento se supone que quedó más o menos finiquitado en la reunión de Salud Pública del pasado jueves, aunque la única información que trascendió a nivel oficial es que "se había avanzado en él".
Sin embargo, una portavoz del Ministerio de Sanidad explicó que los miembros de la comisión "siguen trabajando de manera telemática" y otras fuentes del departamento de la ministra Carolina Darias manifestaron a la Agencia Efe que "el protocolo sigue abierto para recibir en los próximos días las aportaciones que quieran hacer las comunidades".
A través de algunos consejeros también se ha ido conociendo un poco más acerca de la nueva estrategia. Tal y como declaró José María Vergeles, consejero de Sanidad de Extremadura, "desaparecerán las cuarentenas para la población en general, por lo que solo podrán solicitar la baja laboral aquellas personas que tengan síntomas de enfermedad como fiebre, malestar general o dificultad respiratoria".
En las residencias de mayores, el aislamiento será de cinco días y se levantará transcurridas 24 horas sin síntomas
Por tanto, las bajas por Covid quedarán reservadas para quienes trabajan en entornos especialmente sensibles como los hospitales, los centros sociosanitarios o los servicios de ayuda a domicilio. En este caso, en las residencias de mayores, será de cinco días y se levantará transcurridas 24 horas sin síntomas. En los hospitales, también será de cinco días y solo se saldrá del aislamiento con un negativo en una prueba diagnóstica, de acuerdo con la información de estas fuentes.
Según adelantaron fuentes sanitarias a Europa Press, desaparecerá también la realización por sistema de test de antígenos y pruebas PCR a todos los casos sospechosos. Esos recursos diagnósticos quedan a criterio médico y serán los profesionales sanitarios los que, después de una valoración clínica, decidan si se hacen o no en función de los síntomas y de las características concretas del paciente.
En cualquier caso, esta nueva vigilancia del coronavirus recoge que los test sí estarán expresamente indicados para aquellos casos más graves o personas que convivan en entornos vulnerables.
DETECCIÓN DE CASOS GRAVES, POSIBLES AUMENTOS DE INCIDENCIA Y NUEVAS VARIANTES
Sanidad y CC.AA. ya ofrecieron los primeros detalles sobre cómo sería este sistema de vigilancia transitorio contra la Covid-19 en las Jornadas del Sistema Nacional de Salud (SNS) sobre Vigilancia en Salud Pública, que reunieron la semana pasada a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y a los consejeros de Sanidad de las comunidades y ciudades autónomas en Zaragoza.
En concreto, fijaron que se seguiría trabajando activamente en la detección de los casos graves, los posibles aumentos de incidencia y las nuevas variantes, aunque con el horizonte máximo de marzo de 2023.
Determinaron que habrá una "fase de transición" en la vigilancia de la Covid-19 hasta la implementación completa del sistema de vigilancia centinela de infecciones respiratorias agudas leves (IRAs) en Atención Primaria y graves (IRAG) en atención hospitalaria, que se deberá producir en toda España "antes del fin del primer trimestre de 2023". Para ello, se constituirá un grupo de trabajo con la participación del Ministerio de Sanidad y las comunidades.
En concreto, según acordaron la semana pasada, este sistema de vigilancia transitorio tendría que garantizar una "vigilancia individualizada" de los casos de Covid-19 en "ámbitos vulnerables y casos graves", así como la vigilancia y seguimiento de brotes epidémicos "en entornos vulnerables, en riesgo de exclusión social y en otros ámbitos que se consideren de interés".
Igualmente, las autonomías tendrán que mantener los sistemas de información desarrollados específicamente para el seguimiento de la Covid-19 "ante el riesgo de cambios negativos en el curso de la pandemia y aportar la información de los casos detectados en atención primaria incluidos en los códigos de IRAs". Por último, también se comprometieron a contar con "la capacidad suficiente de medios diagnósticos para la detección de nuevas variantes, con un nivel adecuado de secuenciación".