Cuando empezaron los cribados masivos, la realización de pruebas rápidas para detectar antígenos de la Covid-19 y la aparición de falsos positivos, la sociedad receló un poco de estas pruebas, e incluso los negacionistas lo aprovecharon para avalar sus creencias de que la pandemia no existía y era un invento de los políticos y ricos. Se hizo común que tras realizarse una prueba de antígenos el resultado positivo se corroborara con una PCR, para asegurar que no era un falso positivo. Sin embargo, investigadores han descubierto que estos errores en el diagnóstico tienen una explicación sencilla y científica.
Y esta no es más que el no seguir las instrucciones del fabricante. Es decir, que si se siguen las instrucciones no se producen falsos positivos. Una investigación de perogrullo que se ha publicado en la revista 'Microbiology Spectrum' de la Sociedad Estadounidense de Microbiología como respuesta a la manipulación de las pruebas que se han publicado en redes sociales e incluso que han utilizado niños en Estados Unidos y Canadá para no ir al colegio, como señalan los expertos.
“Al ver el uso indebido y la tergiversación de la función de la prueba en las redes sociales, nos sentimos obligados a derivar datos científicos sólidos para explicar la formación de resultados falsos positivos durante las pruebas de antígeno del SARS-CoV-2”, añade Jason J. LeBlanc microbiólogo clínico y autor principal del estudio.
"Nuestros datos respaldan el estricto cumplimiento de las instrucciones del fabricante para evitar reacciones falsas positivas de SARS-CoV-2 Ag-RDT"
Para descubrir cómo se producían los falsos positivos con zumos o refrescos, como mostraban las redes sociales, los investigadores realizaron pruebas rápidas de antígenos para el SARS-CoV-2 en varias bebidas comerciales con diferente contenido de sal y niveles de pH. Todas estas pruebas dieron como resultado falsos positivos. A su vez, las pruebas directas sin el tampón también dieron falsos positivos pues se alteraba la fuerza iónica y el pH. “El tampón crea un entorno que evita que los anticuerpos se unan entre sí a menos que esté presente el SARS-CoV-2”, señala LeBlanc.
"Nuestros datos respaldan el estricto cumplimiento de las instrucciones del fabricante para evitar reacciones falsas positivas de SARS-CoV-2 Ag-RDT, que de otro modo resultarían en ansiedad, uso excesivo de recursos de salud pública y diseminación de información errónea", concluye el estudio.