El próximo 26 de junio el uso de mascarillas en exteriores dejará de ser obligatorio en España. La medida anunciada hace unos días por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, era una de las más esperadas de cara al verano y en consecuencia al positivo avance de la campaña nacional de vacunación contra la Covid-19. A pesar de esto, numerosos expertos consideran que el Ejecutivo central debería esperar cierto tiempo, al menos un par de semanas más, para que la población deje de estar obligada a llevar mascarillas en exteriores.
De acuerdo a los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, la cifra de españoles que han completado la pauta de vacunación supera ya los 14 millones. Un dato que se enmarca dentro del objetivo de Moncloa de contar con el 70% de los adultos vacunados antes de que acabe el verano. Pero, para algunos expertos, no es una cantidad suficiente de personas inmunizadas como para dar un paso tan importante como la supresión de la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores.
Cierto es que las mascarillas se han erigido en el último año como uno de nuestros grandes aliados a la hora de frenar la expansión del virus y salvaguardar la salud pública. Su utilización, especialmente en espacios cerrados y en aquellos en los que no existe una buena ventilación es vital a la hora de evitar nuevos contagios. Estos son los escenarios en los que las posibilidades de transmisión del SARS-CoV-2 son más elevadas.
El exdirector de Acción Sanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Daniel López Acuña, ha cuestionado la medida del Gobierno en una entrevista realizada en Antena 3. “Es precipitada y hasta cierto punto imprudente”, ha aseverado. En su opinión, considera que esta medida no debería haberse adoptado hasta que la incidencia nacional a 14 días por cada 100.000 habitantes se sitúe por debajo de los 25 casos. Un objetivo todavía lejano a pesar de los descensos experimentados en los últimos días.
“Los países que dieron este paso tenían o más porcentaje de población vacunada, incidencia más baja o ambas”
A este problema se suma la campaña de vacunación. “Los países que dieron este paso tenían o más porcentaje de población vacunada, incidencia más baja o ambas”, ha explicado. Considera que la medida anunciada por Sánchez responde únicamente a argumentos políticos tras la campaña de presión iniciada por algunos presidentes autonómicos que habrían acabado por forzar la orden desde Moncloa. “Este juego que iniciaron muchos presidentes autonómicos de ver quién se ponía la medalla de oro olímpica de quién quitaba antes la mascarilla”, ha criticado.
“Quitar la mascarilla es dejar de usar un instrumento de protección que es fundamental para evitar el contagio cuando todavía circula el virus”, alerta. En este sentido teme que el riesgo se multiplique ante la generación de aglomeraciones con motivo de la temporada estival que dificultarán el mantenimiento de la distancia interpersonal de seguridad de dos metros.
El Colegio General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom) ha pedido al Gobierno que regule la utilización de las mascarillas en espacios abiertos, con el objetivo de establecer de forma clara las condiciones en las que no será necesario su uso. Alertan de que si no se respeta la referida distancia de seguridad se producirá un incremento de los contagios en pleno verano. Una situación que ya ha sucedido en Israel.
“Nos hubiera gustado que no hubiera sido una decisión política y que se hubiera basado en datos epidemiológicos, haberlo anclado a datos de vacunación”
El buen ritmo de vacunación contra la Covid-19 en Israel, uno de los países del mundo que más rápido está inmunizando a su población, se tradujo en la supresión del uso de mascarillas en exteriores. Cinco días después de la eliminación de su uso las autoridades sanitarias han vuelto a imponer su utilización en algunas zonas en las que se han detectado tres brotes en escuelas. La variante Delta parece encontrarse detrás del repunte de casos en el país.
Retomando el documento elaborado por el Cgcom, critican que el avance de la estrategia nacional de inmunización haya servido para promover “inexplicablemente una euforia sobre el fin de la pandemia que se ha anticipado demasiados meses sobre la realidad objetiva”, ya que la incidencia acumulada es un dato que mejorar de forma “lenta y progresiva”. “Los retrocesos de Reino Unido e Israel deberían servirnos de aviso”, aseveran.
El doctor César Carballo, médico adjunto de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, criticaba el pasado sábado en laSexta Noche la medida del Gobierno: “Nos hubiera gustado que no hubiera sido una decisión política y que se hubiera basado en datos epidemiológicos, haberlo anclado a datos de vacunación”. Según sus previsiones en base al ritmo de vacunación considera que el 15 de julio será la fecha más idónea para dejar de utilizar la mascarilla en exteriores. Día en el que se espera que el porcentaje de españoles inmunizados será del 50%.
Carballo expuso en el referido programa un problema añadido sobre el que parece que se está pasando por alto: la incidencia acumulada de 300 casos por cada 100.000 habitantes en los menores de 29 años. "Parece que hemos vencido al virus, pero cuidado con estos mensajes. Estamos con una incidencia acumulada por debajo de 100 contando toda la población, es decir, incluyendo vacunados, pero hay un 70% de la población que ahora mismo está en riesgo con una variante nueva. Cuidado", alertaba en el programa de laSexta recordando que "la incidencia acumulada en menores de 29 años está por encima de 300, y estos son los que se van a quitar a la mascarilla el sábado en exteriores, y también en interiores".