La variante Ómicron de la Covid-19 protagoniza los contagios en buena parte del continente europeo. Ómicron ha demostrado ser más contagiosa y no distinguir entre vacunados, no vacunados y personas que hayan pasado la enfermedad. Aunque los casos también son, en su mayoría, más leves, el récord de contagios puede suponer un colapso del sistema sanitario, social y económico.
Con el objetivo de frenar la expansión de Ómicron, un grupo de profesionales de la salud e investigadores de toda Europa, han publicado un artículo en The BMJ "para hacer frente a la amenaza inmediata y avanzar rápidamente para desarrollar planes conjuntos para combatir futuras variantes de preocupación de manera efectiva". Después de dos años de la pandemia, los autores señalan que ya conocemos cuáles son las estrategias más efectivas y qué "peligros" alberga no aplicar medidas urgentes y coordinadas, por lo que "no hay excusa para el retraso o la inacción".
Frente a este escenario, la solución para los autores pasa por tres medidas: reducir el número de contagios, proteger a los niños y reforzar la vacunación. El primer paso es "reducir urgentemente las infecciones para evitar colapsar los sistemas sanitarios y proteger la vida pública y la economía". Aplicar medidas como el teletrabajo, el uso obligatorio de la mascarilla y minimizar las reuniones en interiores, supondría beneficios rápidos en la reducción de la transmisión del virus, lo cual evitaría aplicar medidas restrictivas como losconfinamientos o toques de queda.
"La respuesta de Europa en las primeras fases de la pandemia estuvo dividida y con retraso. No podemos volver a cometer los mismos errores"
En esta línea, para los autores es fundamental "una estrategia de comunicación coordinada" entre países europeos para que la sociedad entienda que "el Covid está en el aire". Una vez entendido el riesgo, se necesitan medidas que garanticen que los entornos comunes como colegios, oficinas o lugares de ocio, sean tan seguros como sea posible.
Los niños son otro aspecto clave de los expertos, pues una buena parte de ellos aún no está inmunizado contra el coronavirus. Es necesario protegerles para que su educación sea segura y gocen de los beneficios de la presencialidad en los colegios. Asimismo, hay evidencia de que puede haber "un fuerte aumento de los ingresos hospitalarios de niños asociados a una alta transmisión comunitaria". Y aunque los casos sean leves en los más pequeños, también puede satuarse la atención pediátrica.
Por último, el tercer punto gira en torno a la vacunación, tanto de refuerzo como en población no inmunizada. A estas alturas, esta medida no serviría para frenar la expansión de Ómicron, pero sí "podría prepararnos para otras variantes". En este sentido, es preciso una acción europea y mundial "para desarrollar nuevas vacunas polivalentes para nuevas variantes, junto con una campaña común para llegar a quienes aún no han recibido la vacuna". De nuevo, los autores hacen un llamamiento al trabajo común para expandir el plan vacunal, así como combatir la desinformación y el negacionismo.
Asimismo, "Europa tiene que hacer más para que el mundo sea más seguro". Respecto a esta última afirmación, se necesita colaboración para que las vacunas Covid-19 lleguen a todas las partes del mundo. Con este fin, se creó la plataforma Covax.
"La respuesta de Europa en las primeras fases de la pandemia estuvo dividida y con retraso. No podemos volver a cometer los mismos errores", concluye el artículo.