47 días han pasado desde que 20 investigadores, epidemiólogos y expertos en salud pública españoles se ofrecieran para realizar una “evaluación independiente e imparcial” de la gestión de la pandemia del coronavirus en este país, tanto del Gobierno central como de las comunidades autónomas. Y lejos de que se propicie esta auditoría externa, el contexto no hace más que rebajar las esperanzas sobre este aspecto.
Ante la pasividad del Ministerio de Sanidad, en particular, y del Gobierno en general, estos mismos científicos han vuelto a escribir una carta en la revista científica ‘The Lancet' en la que reclaman que esta evaluación se ponga en marcha con carácter urgente. Por ello, han pedido un compromiso explícito tanto de Moncloa como de las 17 comunidades autónomas para que se atiendan las recomendaciones propuestas y que se actúe en consecuencia.
Los científicos españoles creen que "los gobiernos deberían capitalizar" el consenso que ha generado su propuesta y piden un compromiso de Moncloa y CC.AA.
En la nueva carta, los expertos españoles defienden que la reacción a la primera propuesta planteada fue “positiva entre todas las partes interesadas” por lo que consideran que “los gobiernos deberían capitalizar ese consenso”. En esa línea, han continuado abogando por un “apoyo generalizado” de este plan entre partidos políticos, asociaciones científicas, profesionales de la salud, pacientes y cuidadores y la sociedad en su conjunto.
ILLA PREFIERE CENTRARSE EN LA PANDEMIA
Hace tiempo que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, tiene esta petición encima de la mesa de su despacho. Sin embargo, no ha querido tomar la iniciativa, por el momento. Hasta la semana pasada, más de un mes después de que se lanzara la propuesta, Illa no mostró su disposición a recibir a algunos de los miembros del grupo para estudiarla.
Illa ha incidido en que se trata de una opinión y que “hay más opiniones”, por lo que cree que hay que estudiar “cuándo lo hacemos, cómo la hacemos y quién la hace”
Este mismo martes, en una entrevista concedida a la Cadena SER, el titular de Sanidad ha asegurado que ya se ha comprometido a recibir a uno de los expertos que proponen la evaluación. No obstante, ha incidido en que se trata de una opinión y que “hay más opiniones”, por lo que cree que hay que estudiar “cuándo lo hacemos, cómo la hacemos y quién la hace”.
Desde su punto de vista, el Gobierno está centrado en combatir la pandemia, por lo que opta por poner todos sus esfuerzos en frenar la propagación del virus, inmersa en una segunda ola. A pesar de todo, continúa defendiendo que desde el Ejecutivo “hemos dicho que vamos a hacer una evaluación independiente y me gustaría que fuese con espíritu constructivo”.
AMPLIO APOYO A LA INICIATIVA
Una vez que salió a la luz la iniciativa para realizar una auditoría externa de la pandemia aparecieron numerosas voces manifestando su apoyo. Desde entonces, suma más de 50 apoyos de sociedades científicas y asociaciones profesionales, más de 60.500 firmas a través de la plataforma Change.org, el respaldo de varios partidos políticos así como la disposición de algunos gobiernos de comunidades autónomas, como Castilla y León.
En todo momento, los proponentes han incidido en que las actuaciones que se lleven a cabo para evaluar la gestión “no debe concebirse como un instrumento para repartir culpas”
En el primer escrito publicado en The Lancet, los expertos sugerían que la evaluación incluyera tres ámbitos de actuación: “gobernanza y toma de decisiones, asesoramiento científico y técnico y capacidad operativa”. Al mismo tiempo, recomendaban que se tuviera en cuenta “las circunstancias sociales y económicas que han contribuido a hacer que España sea más vulnerable, incluido el aumento de las desigualdades”.
En una entrevista concedida a ConSalud.es, Rafael Bengoa se pronunciaba sobre las causas que han podido llevar a que España sea uno de los países más afectados por la pandemia y también sobre la segunda ola epidémica. “Hemos subestimado el virus, otra vez, y hemos sobreestimado nuestra capacidad de control local en las CC.AA. La suma de esas dos estimaciones ha creado la situación en la que estamos, algo que no ha ocurrido en otros países”, apuntaba.
Por su parte, en todo momento, los proponentes han incidido en que las actuaciones que se lleven a cabo para evaluar la gestión “no debe concebirse como un instrumento para repartir culpas”. En su lugar, apuestan por “identificar áreas donde la salud pública y el sistema de atención social y de salud deben mejorarse”.