De acuerdo al último informe publicado por el Ministerio de Sanidad (5 de julio de 2021) elaborado en base a los datos de las comunidades autónomas, la incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes se sitúa en España en 204,6. El preocupante incremento experimentado a lo largo de los últimos días encuentra su origen, principalmente, en los contagios dentro de los grupos poblacionales más jóvenes. Profundizando en el informe vemos que la incidencia acumulada en la franja de edades comprendida entre los 12 y los 19 años es de 584,34, elevándose hasta 640,13 en el grupo de entre 20 y 29 años de edad.
Más del 40% de los españoles ya cuenta con la pauta completa de vacunación, pero son precisamente los más jóvenes los grupos en los que todavía no se ha iniciado la campaña de inmunización. Un escenario preocupante marcado por la eliminación de algunas restricciones como el uso de mascarillas en exteriores y la reapertura del ocio nocturno en el que el avance de la variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) continúa expandiéndose. Una compleja fotografía que en ConSalud.es hemos analizado de la mano de Joan Caylá, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
La incidencia en España no ha dejado de aumentar en los últimos días, motivada especialmente por el incremento de contagios entre los más jóvenes. ¿Cómo puede afectar al control de la pandemia el incremento de la incidencia en determinados grupos?
Realmente es una complicación inesperada, pero previsible si vemos las fiestas que se están organizando de fin de curso o botellones que se están organizando, con la presencia de la variante Delta. Tal y como se ha observado en Reino Unido y en otros países parece ser más contagiosa.
Partiendo de esto, el principal riesgo es que la gente joven contagie a sus padres y abuelos que, si no están bien vacunados, algunos van a presentar complicaciones. De hecho, en Cataluña, comunidad autónoma que ahora tiene la mayor incidencia, se están empezando a ver incrementos de ingresos en hospitales y UCI que, por el momento, son pequeños.
"El problema que ha habido es focalizarse en salvar la economía y el verano"
La gran complicación será de cara al turismo. Estamos iniciando una quinta ola que en nada se va a ver favorecida por la llegada del turismo internacional. El problema que ha habido es focalizarse en salvar la economía y el verano y con este tipo de políticas no se salva de momento el mes de julio.
¿Han sido precipitadas la eliminación de restricciones como el uso de mascarillas en exteriores, toques de queda y apertura del ocio nocturno?
Si. No ha habido medidas alternativas muy claras. Desde hace varias semanas se venía anunciando que, dada la buena situación epidemiológica, se podría evitar el uso de mascarillas en la calle. Lo que ha pasado es que nos enfrentamos a una complicación epidemiológica como es la variante Delta que aumenta la incidencia y ahora debería matizarse de forma muy clara que las mascarillas debemos utilizarlas siempre a no ser que estemos en el campo o en una playa solitaria sin nadie alrededor o solo grupos burbuja. El riesgo de contagio ahora es muy alto y así queda patente con el preocupante incremento de las incidencias acumuladas en los grupos de edad más jóvenes.
En cuanto al ocio nocturno el problema es que quien lo utiliza más son los jóvenes que presentan altas cifras de infección. El ocio nocturno debería ser restringido de forma clara y taxativa o el virus aumentará su circulación y se incrementarán los contagios.
¿Cree que se debería iniciar ya la vacunación de los más jóvenes?
El problema real es que no tenemos vacunas suficientes a corto plazo. Hemos alcanzado ya una cobertura de un 40% que está bastante bien, pero nos ha llevado prácticamente medio año. en una o dos semanas no vamos a vacunar a otro 40% porque no hay vacunas y sería muy difícil inmunizar a tantos millones de personas en un periodo de tiempo tan reducido. Por tanto, es bueno vacunar a la gente joven, pero es prioritaria toda la inmunización de aquellos que puedan tener más de 65 años y solo tengan una dosis o los que superen los cuarenta años y no hayan recibido ninguna dosis.
"Las mascarillas debemos utilizarlas siempre a no ser que estemos en el campo o en una playa solitaria sin nadie alrededor o solo grupos burbuja. El riesgo de contagio ahora es muy alto"
La realidad es que la gravedad de la infección viene muy determinada por la edad. Los niños presentan un riesgo muy bajo. Mientras no haya vacunas a corto plazo para todo el mundo lo mejor es continuar la vacunación asegurando que los más mayores completan la pauta ya que con la variante Delta lo que se ha descubierto también es que con una dosis puede ser insuficiente.
Un reciente estudio asegura que la eficacia de la vacuna de Pfizer frente a la variante Delta es del 64% y no del 94%. El ECDC prevé que esta variante será la responsable del 90% de los nuevos contagios en Europa. ¿Qué supondrá esta situación?
En relación al estudio, existen otros que ofrecen porcentajes más altos. En cualquier caso, si fuese del 70, 80 o 90% es la mejor herramienta que tenemos. Hay que asegurar una buena cobertura vacunal en los grupos mayores. Algún vacunado puede presentar la infección, esto ha ocurrido, pero la ventaja es que el curso de la enfermedad es más leve. Las vacunas tienen una alta protección en términos de mortalidad y en cuanto a ingresos hospitalarios.
Cuando hablamos de que las vacunas tienen un 90% de eficacia, nos referimos a que existe un 10% de los casos en los que la inmunidad generada puede no ser suficiente. Con la experiencia que se va teniendo vemos que los vacunados presentan la infección de forma más leve. Si evitamos que la gente mayor acabe en las UCI esto es fantástico.
Se habla ya de que España está inmersa en una quinta ola. ¿Es así? ¿En qué se diferencia de las anteriores?
En esta quinta ola vemos que no presenta la tasa de letalidad de olas anteriores. Este es el aspecto diferencia más importante con las predecesoras. Tenemos menores tasas de ingresos hospitalarios y en UCI. Pero cuidado, es un porcentaje menor porque los contagios afectan mayoritariamente a gente joven. En la medida en la que tengamos muchos jóvenes afectados como ya estamos viendo, algunos sí acabarán ingresados en hospitales y, si muchos ingresan, desgraciadamente algunos se complicarán y terminarán en la UCI. En la misma línea, a mayor número de ingresos en UCI, mayores desenlaces fatales tendremos.
El mejor mensaje que podemos dar en este momento es que es importantísimo evitar la Covid-19 ya que puede derivar en complicaciones incluso en la gente joven. No olvidemos tampoco la Covid persistente ya que alrededor de un 10% de los presentan manifestaciones crónicas.
¿Qué sucederá una vez hayamos alcanzado la inmunidad colectiva?
El principal problema es la presencia de la variante Delta que es más transmisible. Si para la cepa original se asumía un nivel de inmunización de un 70%, vacunados o que hayan superado la enfermedad, con esta variante seguramente se necesite un 80%. Cuando se alcanzase este, no se producirían brotes muy grandes y conforme se incremente ese porcentaje de población inmunizada y siempre que no aparezcan variantes que puedan evadir la respuesta inmunitaria, nos encontraremos ante un escenario como el que vivimos con el sarampión.
Este ocasionaba hace 40 años muchos casos y una elevada tasa de mortalidad, pero desde la llegada de la vacuna se ha reducido la incidencia. Es importante tener en cuenta que la Covid-19 estará entre nosotros durante bastante tiempo y lo mejor es que la reduzcamos rápidamente a niveles muy bajos para evitar complicaciones.