Europa se enfrenta a una nueva ola de la pandemia en la que España, se erige como un reducto a la virulencia del SARS-CoV-2 gracias al elevado porcentaje de población completamente inmunizada frente al virus y el mantenimiento de algunas medidas. De acuerdo con la última actualización del Informe sobre vacunación contra la Covid-19 (18 de noviembre de 2021), el 89% de la población diana en nuestro país ha completado la pauta de vacunación contra la Covid-19. Cifra que se traduce en 37.507.587 personas. El 90,7% de la población diana ha recibido ya, al menos, una dosis de la vacuna (38.197.655 personas).
Ante esta fotografía, la incidencia acumulada continúa aumentando en nuestro país, pero lo cierto es que este hecho no se está traduciendo en una mayor presión asistencia. El último informe publicado por el Ministerio de Sanidad, en base a los datos comunicados por las comunidades autónomas, revela que la incidencia acumulada ha escalado ya hasta los 104,29 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días (61,77 a siete días).
A pesar de esto el número total de pacientes hospitalizados por Covid-19 es de 2.308 (tasa de ocupación hospitalaria de 4,86 por cada 100.000 habitantes), con 457 pacientes ingresados en UCI por Covid-19 (1,86% de las camas a nivel nacional), lo que supone una tasa de ocupación UCI por cada 100.000 habitantes del 0,96%. Los datos expuestos ayudan a comprender el papel fundamental de las vacunas en el control de la pandemia. Una premisa que se refuerza si ponemos el foco en nuestros vecinos europeos, con tasas de vacunación contra la Covid-19 inferiores y que vislumbran con temor el futuro más cercano.
El pasado 12 de noviembre el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advertía de que en la semana anterior Europa reportó casi dos millones de casos de Covid-19: “La mayor cantidad en una sola semana desde que comenzó la pandemia”. La OMS informaba que el viejo continente reportó en el referido periodo de tiempo casi 27.000 fallecidos por Covid-19 alertando del incremento de casos en los países con menores tasas de vacunación (especialmente en Europa del Este).
Iniciamos nuestro recorrido europeo por Alemania donde los expertos ya hablan de la “pandemia de los no vacunados”. Alrededor del 69% de la población adulta ha completado la pauta de vacunación. Las autoridades sanitarias de Alemania confirmaron el pasado lunes 15 de noviembre la escalada de la IA a siete días por encima de los 300 casos, récord desde que se inició la pandemia. El Comité de Vacunación alemán se ha mostrado favorable en las últimas horas a dar el visto bueno a la administración de una tercera dosis de la vacuna a todos los mayores de 18 años. “La tercera dosis debe ser la norma, no la excepción”, aseveraba hace dos semanas el ministro de Salud alemán, Jens Spahn. Actualmente el 5% de los alemanes elegibles para la inoculación de los refuerzos ya cuenta con estos.
Austria se ha convertido en el primer país europeo en anunciar la vacunación obligatoria. “Hemos adoptado una decisión muy difícil obligados por las circunstancias, nos vemos forzados a adoptar una vacunación obligatoria”
Austria se ha convertido en el primer país europeo en anunciar la vacunación obligatoria. “Hemos adoptado una decisión muy difícil obligados por las circunstancias, nos vemos forzados a adoptar una vacunación obligatoria”, declaraba el canciller austríaco, Alexander Schallenberg. “A pesar de meses de persuasión, no hemos podido convencer a suficientes personas para que se vacunen”, lamentaba. Las autoridades han anunciado además un confinamiento para toda la población de 20 días con el objetivo de frenar el incremento de los contagios. Hasta ahora esta medida afectaba únicamente a los no vacunados.
“La quinta ola está ya aquí en nuestro país”, declaraba recientemente el ministro de Sanidad francés, Olivier Véran. Francia inocula el refuerzo de la vacuna a los mayores de 65 años y estudia reimponer el teletrabajo para frenar una oleada de contagios que reporta de media 10.000 nuevos casos diarios. Por el momento, las autoridades francesas descartan medidas como el confinamiento al considerarla desproporcionada ya que no se está produciendo un incremento de la presión asistencial.
La portavoz del Gobierno de Portugal, Mariana Vieira da Silva, advertía hace unos días que el país adoptará las medidas que sean necesarias para contener la nueva ola de Covid-19. El país administra ya el refuerzo de la vacuna a los mayores de 65 años y se espera que vuelva a ser obligatorio el uso de la mascarilla en exteriores ante un repunte de casos que deja cifras de contagios que no se veían desde el pasado mes de septiembre. Las autoridades han mostrado su preocupación ante las casi dos semanas con incrementos ininterrumpidos en las cifras de hospitalizados por Covid
Desde el pasado 15 de octubre el pasaporte Covid es obligatorio en Italia para trabajar, tanto en el sector público como privado. La norma se ha ampliado ahora y será obligatorio mostrar el pasaporte de vacunación en los medios de transporte, incluidos los taxis. El país ha rebajado la edad para la administración de refuerzos de la vacuna a toda la población de 40 años en adelante.
Bélgica ha anunciado teletrabajo obligatorio de cuatro días a la semana ante el repunte de casos en el país. La medida se extenderá hasta el 13 de diciembre, fecha a partir de la cual se rebajará a tres días si lo permite la situación epidemiológica
Bélgica ha anunciado teletrabajo obligatorio de cuatro días a la semana ante el repunte de casos en el país. La medida se extenderá hasta el 13 de diciembre, fecha a partir de la cual se rebajará a tres días si lo permite la situación epidemiológica. “La situación está en rojo, el número de camas en cuidados intensivos se ha duplicado”, declaraba recientemente el primer ministro belga, Alexander De Croo. “Afortunadamente, tenemos las vacunas. Gracias a los esfuerzos de todos los que se vacunan, no estamos vacunados”, agradecía.
Otra de las medidas adoptadas por Bélgica ha sido reforzar el uso de la mascarilla. Esta pasará a ser obligatoria en el interior de locales y lugares de ocio incluso cuando acceder a estos se haya solicitado previamente el pasaporte Covid. Esta medida afectará a restaurantes, museos, cines, teatros y conciertos entre otras actividades. Las autoridades belgas también estudian la vacunación obligatoria.
Dinamarca ha impuesto como obligatorio el pasaporte Covid para acceder a locales de restauración y eventos públicos con gran afluencia de público.
A pesar de contar con una de las tasas de vacunación contra la Covid-19 (superior al 89%), Irlanda ha impuesto el cierre de los restaurantes y la hostelería a medianoche y se ha solicitado a los ciudadanos que, en la medida de lo posible, se vuelva al teletrabajo. El primer ministro irlandés, Michael Martin, pedía a la población que limitase los contactos sociales y el pasaporte Covid será obligatorio para acceder a cines y teatros, por ejemplo.
En Países Bajos la hostelería y las tiendas que no vendan productos esenciales deberán adelantar la hora de cierre a las 19:00 horas durante las próximas tres semanas. Las autoridades neerlandesas recomiendan el teletrabajo siempre que sea posible y la limitación de las visitas a cuatro personas por casa. El uso de mascarillas vuelve a ser obligatorio en interiores (hasta ahora solo lo era en el transporte público) y el pasaporte Covid será obligatorio para acceder a espacios cerrados.
República Checa reporta los peores datos desde el inicio de la pandemia y sus autoridades han decidido prohibir a los no vacunados el acceso a eventos con público. Rumanía ha instaurado el toque de queda para los no vacunados y se han concedido dos semanas de vacaciones a los niños en las escuelas para reducir los nuevos contagios.
Bulgaria, con apenas el 20% de su población completamente vacunada, presenta una de las situaciones más complicadas con su sistema sanitario al borde del colapso y ya ha solicitado ayuda en materia de oxígeno medico y respiradores a la Unión Europea. Eslovaquia ha limitado las reuniones y cerrado locales de restauración y gimnasios.
Las medidas, restricciones e intervenciones no farmacológicas por las que Europa está apostando ante la nueva ola del virus tienen como objetivo salvar la Navidad en un momento en el que el viejo continente se erige como el epicentro global de la pandemia.