La variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) es la dominante en España en el momento actual, tras desplazar en diciembre de 2021 a Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India).
Comprende los linajes BA.1, BA.1.1, BA.2 y BA.3. Esta variante presenta un alto número de mutaciones, algunas de las cuales estaban presentes en variantes ya detectadas previamente y varias que se han relacionado con un aumento de la transmisibilidad o con un cierto grado de escape a la respuesta inmune.
BA.1 es el linaje mayoritario y, por lo tanto, las características descritas para la variante Ómicron se corresponden con las de este linaje. BA.1.1, deriva de BA.1 y presenta una mutación añadida en el gen de la espícula; BA.2 es el linaje de Ómicron que más diferencias presenta respecto a BA.1. Entre las mutaciones descritas para los linajes BA.1, BA.1.1 y BA.3 se encuentra la deleción 60-70 (presente también en Alfa), que produce el fallo de la amplificación del gen S con algunas técnicas de PCR. Esta mutación no está presente en el linaje BA.2.
En las últimas semanas son cada vez más los países que están comunicando un aumento de la presencia del linaje BA.2. La evidencia científica indica que la enfermedad provocada por Ómicron es más leve en comparación con las variantes predecesoras, sumado a un contexto epidemiológico de altas coberturas vacunales frente a la Covid-19. Pero una nueva investigación desarrolla en Japón ha lanzado una advertencia.
“Desde la perspectiva humana, podría ser un virus peor que BA.1 ya que podría transmitirse mejor y causar una enfermedad peor”
Una serie de experimentos realizados en laboratorio han mostrado como BA.2 podría tener características que podrían derivar en una enfermedad más grave que la que estamos viendo, similar a la provocada por variantes anteriores como Delta. Al igual que sucede con Ómicron, parece ser también que cuenta con una gran capacidad de escape inmunitario por lo que la administración de un refuerzo sería fundamental para restaurar la protección y reducir así la probabilidad de infección hasta en un 74%. Estos resultados son preliminares y se ha publicado de forma pre-impresa en el servidor bioRxiv, a la espera de ser revisados por pares.
Las estimaciones apuntan a que BA.2 es aproximadamente un 30% más contagioso que BA.1
“Desde la perspectiva humana, podría ser un virus peor que BA.1 ya que podría transmitirse mejor y causar una enfermedad peor”, afirma el doctor Daniel Rhoads, jefe de la Sección de Microbiología en la Clínica Cleveland en Ohio, encargado de revisar el estudio aunque no ha participado en el mismo tal y como recogen en CNN.
“No hay evidencia de que el linaje BA.2 sea más severo que el linaje BA.1. Los CDC continúan monitorizando las variantes que circulan tanto a nivel nacional como internacional”, declaraba hace unos días la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la doctora Rochelle Walensky. “Continuaremos monitorizando los datos emergentes sobre la gravedad de la enfermedad en humanos y los hallazgos de investigaciones estas realizadas en entornos de laboratorio”.
Una de las grandes preocupaciones que ponen de relieve los datos preliminares de la investigación que nos ocupa es el hallazgo de que BA.2 puede replicarse de forma más rápida que la versión original de Ómicron. Esto permite al virus crear de forma más rápida que BA.1 grupos de células más grandes denominados sincitios. Los investigadores señalan en este sentido que es preocupante ya que estos grupos de células se convierten en fábricas para producir copias del virus. La variante Delta era muy hábil en la creación de estos grupos de células lo que lleva a pensar que BA.2 podría ser más peligrosa en caso de una propagación más amplia.
Las estimaciones apuntan a que BA.2 es aproximadamente un 30% más contagioso que BA.1, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se han reportado casos en al menos 74 países.