En los últimos días se ha puesto el foco en la posible necesidad de inocular una tercera dosis de refuerzo de la vacuna de la Covid-19. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, aseguraba que “todo apunta” a que será necesaria, mientras que otros expertos afirmaban que es pronto para hablar de tercera dosis cuando aún hay gente sin haber recibido ni el primer ni el segundo pinchazo.
A fecha de ayer, 27 de julio, un total de 30.996.228 personas en España habían recibido una dosis de la vacuna contra la Covid-19, lo que se traduce en un 65,3% de españoles que aguardan un segundo pinchazo para tener la pauta completa.
Las vacunas ARNm nos inmunizan contra la Covid-19 “enseñando a nuestras células a producir una proteína o incluso solo una porción de esta proteína, para desencadenar una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo"
Para el estudio, se analizaron muestras de sangre de 56 voluntarios antes y después de ser inoculados con el suero para, a continuación, contar los anticuerpos, medir los niveles de proteínas de señalización inmunológica y caracterizar la expresión de cada uno de los genes en el genoma de 242,479 células inmunes.
“Esta es la primera vez que se administran vacunas de ARN a humanos y no tenemos ni idea de cómo ofrecen una protección del 95% contra el coronavirus”, subraya Pulendran.
Según informa el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, las vacunas ARNm nos inmunizan contra la Covid-19 “enseñando a nuestras células a producir una proteína o incluso solo una porción de esta, para desencadenar una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo”.
Las vacunas “clásicas” se componen de patógenos – vivos o muertos –, proteínas individuales o carbohidratos que entrenan a nuestro sistema inmune para detectar un microbio en particular y eliminarlo. Sin embargo, las vacunas contra la Covid-19 nos dan la “receta genética” para desarrollar la proteína que utiliza el SARS-CoV-2 para infectar las células.
"Es posible que estas células puedan combatir no solo el SARS-CoV-2, sino también otros virus”
En este sentido, los científicos comentan que estamos en un territorio aún por investigar: “Los anticuerpos son fáciles de medir, pero el sistema inmunológico es mucho más complicado que eso. Los anticuerpos, por sí solos, no se acercan a reflejar completamente su complejidad y rango de potencial protección”, apostilla el experto.
Los investigadores observaron que, tras la primera dosis, aumentaron los niveles específicos de anticuerpos contra el virus. Con todo, no tanto como lo hace la segunda inyección: “La segunda dosis tiene poderosos efectos que superan con creces los de la primera. Estimuló un aumento múltiple en los niveles de anticuerpos, una excelente respuesta de células T, que no se observó tras el primer pinchazo y una respuesta inmune innata sorprendentemente mejorada”, subraya el investigador.
Además, la segunda dosis provocó una movilización de un grupo recientemente descubierto de células de primera respuesta, conocidas como monocitos, que normalmente son escasos e inactivos. Este grupo de monocitos, que forman parte del sistema inmune innato, apenas representaban el 0,01% de todas las células sanguíneas antes de la vacunación.
No obstante, tras la segunda dosis de la vacuna, se multiplicaron por 100, llegando a representar el 1% de todas las células sanguíneas. “El extraordinario aumento en la cantidad de estas células, solo un día después del segundo pinchazo, es sorprendente. Es posible que estas células puedan combatir no solo el SARS-CoV-2, sino también otros virus”, concluía Pulendran.