Aunque se ha flexibilizado su uso, las mascarillas siguen formando parte de nuestro día a día. Son necesarias en interiores, transporte público y gimnasios, entre otros. Precisamente en este último se ha centrado un estudio de la Universidad de Connecticut (UConn) en Estados Unidos que ha constatado que las mascarillas no aumentan ni la temperatura corporal ni la frecuencia cardíaca al realizar ejercicio físico en ambientes de calor intenso.
Para la investigación, la directora de Seguridad Deportiva en el Instituto Korey Stringer de UConn, Ayami Yoshihara, estudió a 12 participantes físicamente activos. Los sujetos, ocho hombres y cuatro mujeres de alrededor de 24 años, probaron cuatro tipos diferentes de mascarillas: las clásicas quirúrgicas; las N95, similares a las FFP2; una polaina, tela fina que cubre la nariz, boca y cuello, también conocida como braga; y una mascarilla deportiva. Los jóvenes corrieron o caminaron durante una hora con una temperatura ambiente de alrededor de 32ºC.
En ningún caso se observó un aumento de la temperatura corporal o el ritmo cardíaco mientras llevaban mascarilla. Sin embargo, los participantes notificaron incomodidad, molestias o dificultad al respirar, como se esperaba y hemos podido constatar durante estos meses de pandemia de Covid-19. Este malestar se debe a los cambios de temperatura y humedad entre el exterior e interior de la mascarilla. Sin embargo, esta molestia no se tradujo en un impacto real, más allá de la incomodidad, en la salud de los individuos, ya que no se asoció a cambios en la temperatura corporal ni el ritmo cardíaco.
“Es factible y seguro usar mascarillas durante el ejercicio de intensidad leve o moderada y en situaciones de calor”
Además, el estudio midió la humedad y temperatura, mediante un sensor que evaluaba estos parámetros tanto dentro como fuera de la mascarilla. También la sensación térmica, sed y cansancio, entre otros. En este sentido, tanto la braga de cuello como la mascarilla deportiva estaban significativamente más húmedos, ya que los materiales de los que están fabricados absorben el sudor y el vapor de agua exhalado al respirar.
Se trata del primer trabajo que aporta evidencias de que las mascarillas no suponen ningún riesgo para la salud cuando hace calor y durante el ejercicio físico. En palabras de la autora del trabajo, “antes de este estudio, nadie sabía si llevar una mascarilla a altas temperaturas suponía un estrés adicional para el sujeto que está haciendo ejercicio”.
“Mientras las mascarillas han ayudado a reducir la transmisión de la Covid-19, han surgido preocupaciones por su potencial influencia en la termorregulación durante el ejercicio con calor, pero no existen recomendaciones coherentes basadas en la evidencia” que acrediten que son un problema, apostilla el estudio publicado en Sports Health.
Yoshihara espera que esta investigación sirva como guía para los atletas que entrenen y compitan en temperaturas elevadas, con el objetivo de constatar la seguridad de las mascarillas y promover así su uso. Todo ello con el objetivo de frenar los casos positivos de Covid-19, especialmente en países como Estados Unidos, donde los porcentajes de vacunación aún son bajos, con apenas un 53,8% de población con pauta completa según recoge Our World in Data. “Es factible y seguro usar mascarillas durante el ejercicio de intensidad leve o moderada y en situaciones de calor”, concluye la autora.