Llevamos conviviendo con la pandemia del COVID-19 más de dos años y medio, lo que ha hecho que se desencadenara un aumento sin precedentes de la mortalidad que se vio reflejada en pérdidas de esperanza de vida en todo el mundo.
Después de semanas confinados, de invertir tiempo en investigación y en el desarrollo de nuevas vacunas, que han significado una disminución tanto de los casos como de los fallecimientos, las huellas de la pandemia siguen siendo visibles. La esperanza de vida sigue cayendo, pero después de estos años, ya hay países que han conseguido recuperarse y que a día a de hoy trabajan para seguir haciéndolo.
Mientras que los países de Europa occidental experimentaron una recuperación de las pérdidas de esperanza de vida de 2020, Europa oriental y Estados Unidos fueron testigos de déficits de esperanza de vida sostenidos y sustanciales.
En España la tendencia se ha revertido, pero las cifras todavía no alcanzan a los de los años prepandemia. Al menos, es lo que refleja una nueva investigación publicada en “Nature Human Behaviour”, que ha analizado los datos de 29 países entre 2015 y 2021.
Entre los 29 países analizados, ocho de ellos experimentaron un rebote de esperanza de vida significativo de las pérdidas el mismo año que se declaró la pandemia
Hay que tener en cuenta que el período de esperanza de vida es una medida resumida de la salud de la población actual. Si la mortalidad aumenta en una población, la esperanza de vida disminuye. Por el contrario, si la mortalidad disminuye, la esperanza de vida aumenta.
Asimismo, entre los 29 países analizados, ocho de ellos experimentaron un rebote significativo de las pérdidas el mismo año que se declaró la pandemia: Bélgica, Suiza, España, Francia, Inglaterra y Gales, Suecia y Eslovenia.
Por el contrario, tras la situación vivida en 2020, la esperanza de vida cayó significativamente más a lo largo de 2021 en 12 países: Bulgaria, Chile, República Checa, Alemania, Estonia, Croacia, Grecia, Lituania, Polonia, Eslovaquia, Estados Unidos y Hungría.
ESPAÑA, EN CAMINO DE UNA RECUPERACIÓN COMPLETA
El nuevo estudio asegura que España perdió 15 meses de esperanza de vida de 2019 a 2020. Sin embargo, se habrían ganado 7,6 meses de vida en 2021, lo que deja el déficit con la situación prepandemia en 7,4 meses todavía a recuperar.
Países como Francia, Suecia, Bélgica y Suiza se han recuperado por completo, tras estos años. Italia y Eslovenia presentan una dinámica similar. En el caso de Portugal, Holanda, Austria e Inglaterra-Gales apenas doblaron la curva el año pasado.
En contraste con 2020, el perfil de edad del exceso de mortalidad en 2021 fue más joven
La realidad es que, en todos los países, la esperanza de vida en 2021 fue más bajo de lo esperado bajo la continuación de las tendencias previas a la pandemia. Concretamente, los déficits de esperanza de vida durante el otoño/invierno de este año, entre personas mayores de 60 años y menores de 60 años, se correlacionaron negativamente con las medidas de aceptación de la vacunación en todos los países.
En contraste con 2020, el perfil de edad del exceso de mortalidad en 2021 fue más joven, y los grupos de edad menores de 80 años contribuyeron más a las pérdidas de esperanza de vida. Sin embargo, incluso en 2021, las muertes registradas por COVID-19 continuaron representando la mayor parte de las pérdidas de esperanza de vida.
Actualmente, en Europa la esperanza de vida al nacer es de 81,3 años, según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. España, supera esta cifra, situandose en 84 años de media. Profundizando en los datos, según sexo, la esperanza de vida al nacer es más alta en las mujeres. Asimismo, las cifras provisionales de la esperanza de vida al nacer en el año 2020 fueron de 85,1 años para las mujeres y de 79,6 años para los hombres.