Actualmente Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) se erige como la variante dominante a nivel global. Su mayor capacidad de transmisión y su cierto grado de escape inmunitario han posibilitado su rápida expansión en todo el planeta, desplazando a su predecesora, Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India). A pesar de esto, la evidencia científica indica que la enfermedad que provoca es más leve.
En relación a este último apunte, es necesario destacar que las altas tasas de cobertura vacunal frente a la Covid-19 han contribuido a que las cifras récord de contagios que ha provocado Ómicron no se traduzcan en una abrupta tensión de los sistemas sanitarios. A pesar de que se desconoce la duración en términos absolutos de la inmunidad derivada tanto de la infección natural por SARS-CoV-2 como de la mediada por las vacunas, la protección híbrida con la que comienzan a contar las sociedades ayuda a la relajación e incluso eliminación de la mayoría de restricciones e intervenciones no farmacológicas establecidas para controlar la pandemia.
Ahondando precisamente en la protección que genera la inmunidad desarrollada frente a la Covid-19 tras superar la infección natural, ponemos el foco en las conclusiones de un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, desarrollado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Innsbruck (Austria).
A través del análisis de muestras de suero obtenidas de personas no vacunadas tras superar la infección por las variantes Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido), Beta (B.1.351, detectada originalmente en Sudáfrica) o Delta, se ha hallado que presentan una menor capacidad de neutralización en caso de infección por la variante Ómicron.
En esta línea, los investigadores explican que han encontrado en estos análisis que los niveles de anticuerpos neutralizantes contra Ómicron son bajos y con una corta duración después de la administración de una o dos dosis de la vacuna contra la Covid-19. Estos niveles se incrementan en aquellas personas que han superado la infección y además, han completado la pauta de vacunación o han recibido la dosis de refuerzo.
"Las personas no vacunadas que están infectadas solo por BA.1 (sin infección previa por SARS-CoV-2) podrían no estar suficientemente protegidas contra la infección por una variante que no sea Ómicron. Es por esto que, para conseguir una protección completa, se necesita la vacunación"
Los autores de la investigación indican que se cuenta con poca evidencia sobre los perfiles de neutralización en las personas recuperadas de una infección causada por la variante Ómicron. Los estudios se han centrado principalmente en personas vacunadas que han tenido infecciones recurrentes con Ómicron o personas no vacunadas cuyos antecedentes de infección previa se desconocen.
Retomando los datos del estudio, las muestras de suero analizadas se obtuvieron de cinco a 42 días después de la primera prueba PCR que confirmó el diagnóstico positivo en Covid-19. La infección en todos los casos analizados estuvo provocada por el linaje de Ómicron BA.1. La muestra estuvo compuesta por 15 personas vacunadas y sin infección previa, 18 personas no vacunadas sin infección previa, 11 personas vacunadas y con infección previa por la cepa original (D614G), Alfa o Delta, y 15 personas no vacunadas e infectadas por la cepa original, Alfa o Delta.
Los resultados obtenidos informan de la presencia de títulos de anticuerpos neutralizantes contra todas las variantes altos entre las personas vacunas después de la infección por BA.1, y entre las personas vacunadas y no vacunadas que habían superado la infección por la cepa original del SARS-CoV-2, Alfa o Delta antes de la infección por BA.1.
Los títulos medios de anticuerpos neutralizantes contra BA.1 fueron más bajos que los relativos a las otras variantes entre las personas vacunas previamente, pero fueron similares a los de las otras variantes entre las personas no vacunadas que habían tenido infección previa por la cepa original, Alfa o Delta antes de la infección por BA.1.
Por el contrario, las muestras obtenidas de personas no vacunadas que no habían tenido una infección previa antes de la infección por BA.1, reportaron principalmente anticuerpos neutralizantes contra BA.1, y solo de forma ocasional contaban con anticuerpos neutralizantes frente a otras variantes.
“A pesar de ciertas limitaciones del estudio, como el pequeño tamaño muestral, nuestro estudio respalda la hipótesis de que la BA.1 es una variante con un escape inmunitario extremadamente potente que muestra poca reactividad cruzada con las anteriores variantes”, explican los responsables de la investigación.
“Por lo tanto, las personas no vacunadas que están infectadas solo por BA.1 (sin infección previa por SARS-CoV-2) podrían no estar suficientemente protegidas contra la infección por una variante que no sea Ómicron. Es por esto que, para conseguir una protección completa, se necesita la vacunación”, concluyen.