Todo empezó en la región china de Wuhan. El pasado 31 de diciembre, el gobierno de Xi Jinping anunció el primer caso de coronavirus y el goteo desde entonces y hasta hoy ha sido constante en prácticamente todo el mundo. La rapidez con la que se confirmaban nuevos casos llevó a las autoridades del país a actuar con muchísima rapidez y drásticas medidas. Comenzó cerrando Wuhan para evitar la exportación de contagios. Después vino la cuarentena de sus 1.400 millones de habitantes en sus hogares, los controles de tráfico, la cancelación de actos multitudinarios y de cualquier actividad grupal, los miles de controles de detección del virus en calles y edificios, el lavado de billetes y la puesta en marcha de casi 2.000 equipos profesionales epidemiológicos.
Tres meses después, China puede decir que ha logrado contener en gran medida la propagación del brote. La cifra de nuevos casos diarios ha disminuido progresivamente y este mismo viernes un experto del gobierno, Zhang Boli, ha anunciado en una entrevista con el diario local People’s Daily que estiman que el número de nuevos contagios será “cero” a finales de marzo. La actuación del gigante asiático ha sido reconocida por el propio director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, que este viernes instaba a los países afectados a buscar soluciones para detener la propagación siguiendo el ejemplo de China. “La experiencia nos ha demostrado que este no es un camino de un único sentido”, sentenciaba.
En total, 93 países luchan actualmente contra el coronavirus, cada uno con sus propios protocolos. ¿Cómo son estos protocolos? ¿Qué medidas se están tomando en las distintas regiones del mundo?
ASIA, EJEMPLO A SEGUIR
Los dos países fuera de China con mayor cifra de infectados, Corea del Sur, con más de 6.000, y Japón, con cerca de 1.200, también han empezado a extremar las precauciones: teletrabajo, cierre de colegios hasta abril, cancelación de eventos culturales y deportivos, desinfección de transporte y edificios públicos o el establecimiento de extraordinarias partidas millonarias destinadas a frenar la epidemia.
El gobierno nipón ha anunciado además que pondrá en cuarentena durante dos semanas a todos los viajeros que lleguen de China o Corea del Sur, y ha decretado el Estado de Emergencia en la isla norte de Hokkaido. Una medida que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, no descarta extender al resto del país. De hecho, gobierno y oposición han acordado este jueves votar una ley temporal que permita hacerlo en caso de ser necesario.
En Corea del Sur los esfuerzos se concentran en buscar a todos los miembros de la Iglesia Shincheonji de Jesús, un grupo religioso considerado una secta por su opacidad y heterodoxia, y a la que se vinculan el 56% de los casos positivos registrados en el país. La tarea está resultando complicada para las autoridades ya que los sospechosos de formar parte del grupo niegan pertenecer al mismo. Se han realizado análisis a más de 120.000 personas.
EUROPA, ESCENARIOS DE CONTENCIÓN
El brote parecía haber entrado en Europa por Italia, el primer país en notificar positivos en coronavirus. Fue el 21 de febrero cuando se conoció el primer caso y desde entonces el número de nuevos contagios ha crecido de manera exponencial: han llegado a registrarse más de 500 en un solo día. Pero las autoridades alemanas han creído encontrar al paciente cero del brote en Europa dentro de sus fronteras. Se trataría de un joven de 33 años que había mantenido reuniones de negocios con compañeros chinos.
En Alemania, un comité de crisis interministerial anunció el pasado viernes la primera medida de calado: quedaban suspendidos los grandes eventos como la Feria Internacional de Turismo de Berlín, la mayor del sector. Acciones similares se están llevando a cabo en Reino Unido, Italia o Francia, donde se han prohibido los eventos de más de 5.000 personas en lugares cerrados.
También España ha pedido cancelar todos los Congresos del sector médico para evitar más contagios entre profesionales sanitarios y pacientes, tal y como está ocurriendo en varios hospitales del País Vasco. Esta, junto con el mandato de Sanidad de celebrar los partidos de fútbol a puerta cerrada, son las únicas medidas excepcionales que se han tomado por ahora en nuestro país.
La compañía de trenes alemana, DB, pide a los pasajeros que proporcionen sus datos de contacto para que las autoridades sanitarias puedan llamarlos si fuera necesario
En Francia o Alemania se está pidiendo a los ciudadanos que, además de extremar las medidas de higiene, eviten estrechar la mano a otras personas. La propia canciller alemana, Angela Merkel, ha llegado a advertir a modo de ejemplo y en un discurso ante 400 líderes que no daría la mano a nadie hasta que no acabe la crisis. En este sentido, Italia ha sido mucho más restrictiva imponiendo una distancia de un metro entre personas para evitar el contagio.
En todos los países europeos, el transporte sigue funcionando con relativa normalidad. Como mucho, se pueden percibir los efectos de la epidemia en los aeropuertos, donde se han establecido controles de realización de pruebas. Sin embargo, los metros, trenes y autobuses, siguen recibiendo y despidiendo pasajeros. Se han multiplicado, eso sí, las medidas de higiene y la vigilancia de los viajeros.
La principal compañía de trenes alemana, DB, ha optado por ejemplo por pedirles que proporcionen sus datos de contacto para que las autoridades sanitarias puedan llamarlos si fuera necesario. Si se sospecha de un posible caso de coronavirus en alguno de los pasajeros, personal especializado pasará a cerrar el área afectada y la desinfectará de forma inmediata. A los viajeros que hayan adquirido billetes para desplazarse a zonas de Italia en riesgo por coronavirus, DB les reembolsará la totalidad del importe sin recargo alguno.
CENTRADOS EN PROTEGER HOSPITALES
En definitiva, se puede decir que los esfuerzos de Europa se están centrando en los espacios de mayor riesgo: centros de salud y hospitales. En Reino Unido, entre las medidas de emergencia aprobadas, pero que no se implementarán hasta que no sea necesario, figuran la reactivación de doctores ya jubilados o la cancelación de intervenciones hospitalarias que no sean urgentes, a fin de liberar camas.
La falta de espacio para albergar a los enfermos preocupa mucho también en Italia. El presidente italiano, Giuseppe Conte, ha informado que ya hay centros que se han quedado sin camas en cuidados intensivos (UCI), por eso el Ministerio de Sanidad ha ordenado el incremento del 50% de los puestos para cuidados intensivos. Francia, por su parte, ha solicitado que se trabaje en la producción de mascarillas, que van a distribuir, según ha anunciado el gobierno, a todos los profesionales de salud y a los franceses afectados por el coronavirus.
La OMS pide a los gobiernos que se impliquen y no dejen todo el trabajo en manos de sus redes sanitarias
En España, el gobierno autonómico vasco ha tenido que lanzar una convocatoria extraordinaria de contratación de médicos para los próximos seis meses, después de haber tenido que dejar aislados a más de un centenar de facultativos en dos hospitales de Vitoria. El personal sanitario de todo el país está recibiendo cursos formativos para saber cómo prevenir y tratar el contagio por coronavirus, y se les han prohibido las reuniones de más de veinte personas. También se han suspendido las prácticas de medicina y enfermería a universitarios.
Desde la OMS, su director ha advertido que cualquier país, rico o pobre, debe estar preparado para encontrarse con sorpresas. Cree que algunos países no están “tomándose en serio” la amenaza del COVID-19 y ha pedido una total implicación de sus gobiernos en la lucha contra la epidemia “en lugar de dejar esta tarea únicamente a sus redes sanitarias”.