Las dosis de refuerzo de las vacunas contra la Covid-19 son una parte importante de la inmunidad que desarrollamos frente al virus. A pesar de que todos y cada uno de los sueros que han sido autorizados para su inoculación han demostrado su seguridad y eficacia a la hora de reducir el riesgo de progresión a enfermedad grave y muerte, no son esterilizantes por lo que no evitan la infección. La evidencia científica disponible revela cómo el nivel de protección que se genera desciende con el paso del tiempo por lo que la administración de refuerzos es clave, particularmente en las personas de edad avanzada, aquellos con condiciones de salud subyacentes e inmunodeprimidos.
El 1 de septiembre de 2022 el Comité de Medicamentos Humanos (CHMP, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) recomendaba la autorización como dosis de refuerzo de las primeras vacunas bivalentes adaptadas a las variantes del SARS-CoV-2 en circulación. El 8 de diciembre el Grupo de Trabajo de Emergencia (ETF, por sus siglas en inglés) de la EMA concluía que estas podían utilizarse a la hora de administrar pautas primarias de vacunación. Ahora que ha transcurrido un lapso de tiempo considerable desde la adopción de estas decisiones la pregunta que surge es clara: ¿cuál es la eficacia en el mundo real de estos refuerzos de vacunas bivalentes adaptadas?
Dentro de la literatura existente la revista New England Journal of Medicinepublica los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Salud Pública Global Gillings de la Universidad de Carolina Del Norte (Estados Unidos) Chapel Hill, cuyos datos fueron recopilados durante 99 días posterior al inicio de la administración de refuerzos bivalentes adaptados (entre el 1 de septiembre y el 8 de diciembre de 2022) y en los 99 días anteriores (entre el 25 de mayo y el 31 de agosto de 2022) en los que se inocularon refuerzos monovalentes. Cabe señalar que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó los refuerzos de sueros bivalentes adaptados el 31 de agosto de 2022.
Se notificaron 57 muertes relacionadas con la Covid-19 entre los vacunados con refuerzo y 514 en el grupo al que no se le administraron los refuerzos con vacunas bivalentes adaptadas
Durante el periodo en el que se inocularon refuerzos monovalentes estos fueron administrados en 292.659 participantes de los 6.242.259 elegibles. Se reportaron 61 hospitalizaciones en el grupo que recibió el refuerzo y 1.896 entre los que no fueron vacunados. Si hablamos de muertes relacionadas con la Covid-19 se notificaron 23 en el grupo al que se administraron los refuerzos y 690 en el que no.
Ponemos el foco ahora en la muestra a la que se le inocularon refuerzos de vacunas bivalentes adaptadas: un total de 1.070.136 de los 6.283.483 elegibles. Entre los que se vacunaron se registraron 57 hospitalizaciones que se elevaron hasta las 1.093 entre los que no recibieron el refuerzo. Se notificaron 57 muertes relacionadas con la Covid-19 entre los vacunados con refuerzo y 514 en el grupo al que no se le administraron los refuerzos con vacunas bivalentes adaptadas.
El estudio sugiere que la eficacia del refuerzo alcanzó su punto máximo aproximadamente a las cuatro semanas de la inoculación para disminuir después. Para todos los participantes (mayores de 12 años) la efectividad de la vacuna contra la infección grave que provocó la hospitalización entre los días 15 y 99 desde su inoculación después de recibir una dosis de refuerzo monovalente fue del 25,2%. Cifra que se eleva hasta el 58,7% si hablamos del refuerzo con una dosis de las vacunas bivalentes adaptadas.
La eficacia de la vacuna contra la infección grave que provocó la hospitalización y muerte fue del 24,9% en el caso de las dosis de refuerzo monovalentes y del 61,8% en los refuerzos bivalentes adaptados.
“Los refuerzos bivalentes brindaron una protección adicional sustancial contra la infección grave por Ómicron en personas que habían sido vacunadas o reforzadas anteriormente, aunque la eficacia disminuyó con el tiempo. La eficacia de los refuerzos bivalentes fue mayor que la de los refuerzos monovalentes”, exponen los autores del análisis.