Las vacunas contra la Covid-19 han marcado un hito histórico. En menos de un año desde la detección de los primeros casos en la ciudad china de Wuhan a finales de diciembre de 2019, el mundo comenzaba a inocular las primeras dosis de los sueros. El avance de las campañas de inmunización ha permitido la eliminación de la práctica totalidad de las medidas establecidas para controlar el virus, pero no son esterilizantes por lo que las infecciones continúa sucediéndose poniendo en riesgo a los grupos más vulnerables. Razón por la que contar con tratamientos para estos pacientes se erige como fundamental.
En este tiempo han sido varios los tratamientos que se han desarrollado como los anticuerpos monoclonales y los antivirales. Dentro de este segundo grupo se encuentra Paxlovid, desarrollado por Pfizer, y que ha demostrado eficacia a la hora de reducir el riesgo de enfermedad grave en caso de infección por SARS-CoV-2.
En este escenario el coronavirus continúa mutando lo que aumenta el riesgo de aparición de nuevas variantes con mayor capacidad de transmisión, escape inmunitario o que puedan provocar una enfermedad más grave. En este sentido un grupo de nuevos estudios de laboratorio cuyos resultados han sido publicados por la revista Science alertan de que algunas de estas mutaciones podrían estar reduciendo la eficacia de Paxlovid.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) otorgaba la autorización comercial de emergencia a Paxlovid en diciembre de 2021. Un medicamento compuesto por nirmatrelvir (antiviral activo) y ritonavir, compuesto que retarda la descomposición de nirmatrelvir en el organismo.
Los expertos destacan que el uso de este tipo de fármacos está generando una presión selectiva sobre el virus que favorece las mutaciones que lo ayudan a sobrevivir
Los investigadores han hallado ya algunas de estas mutaciones en variantes que circulan entre las personas infectadas, lo que está generando serias preocupaciones entre los profesionales médicos.
En conjunto, los referidos estudios muestran que “cuando se ejerce presión sobre el virus, este escapa”, declara David Ho, virólogo de la Universidad de Colombia y uno de los pioneros en documentar las mutaciones de resistencia a los medicamentos destinados al tratamiento de las personas con VIH hace ya tres décadas. El experto ha participado en nuevos estudios que se están desarrollando de forma similar, pero con el foco puesto en el SARS-CoV-2.
Ho matiza que las mutaciones identificadas no se han generalizado todavía, pero es cuestión de tiempo que lo hagan “dada la cantidad de infecciones que hay y que vendrán”, alerta en Science.
Las mutaciones identificadas no se han generalizado todavía, pero es cuestión de tiempo que lo hagan “dada la cantidad de infecciones que hay y que vendrán”
Los estudios se están realizando en Estados Unidos donde el uso de Paxlovid está restringido a pacientes con factores de riesgo que pueden cursar la infección de forma grave. Varias investigaciones han encontrado que un reducido porcentaje de personas sin condiciones de salud previas e infectadas que son tratadas con Paxlovid en los primeros cinco días desde el inicio de síntomas, experimentan mejoría de los mismos. La pregunta que surge es sí este fármaco es eficaz en el caso de la población estándar. Pfizer detuvo recientemente un gran ensayo sobre Paxlovid en pacientes con Covid-19 y riesgo estándar ya que no se reportaba una protección estadísticamente significativa en la reducción del riesgo de enfermedad grave o muerte.
Los expertos destacan que el uso de este tipo de fármacos está generando una presión selectiva sobre el virus que favorece las mutaciones que lo ayudan a sobrevivir. Dado que cada persona infectada puede producir billones de copias del virus, este cuenta con muchas oportunidades para probar las distintas mutaciones a medida que se replica.
Aunque los referidos estudios indican que estas mutaciones no han interferido por el momento en la eficacia de Paxlovid, nuevas investigaciones sugieren que el SARS-CoV-2 está a punto de desarrollar resistencia. Un final habitual para los tratamientos antivirales. La razón por la que este momento no se ha producido todavía residiría, en opinión de los expertos en que no hay suficientes personas que han sido tratadas con Paxlovid que hayan obligado al virus a mutar.
Ante este horizonte Pfizer ha declarado que Paxlovid está diseñado para prevenir la resistencia ya que los pacientes lo reciben durante un periodo muy corto y, por norma general, reciben una dosis más alta que la que se requeriría para evitar que el coronavirus se replique en las células.