El rastreo de los contactos estrechos de los casos positivos de Covid-19 se ha posicionado a lo largo del último año y medio como una de las medidas más eficaces a la hora de controlar la pandemia. En combinación con la realización de pruebas diagnósticas y el correcto cumplimiento de las cuarentenas establecidas por las autoridades sanitarias estamos ante uno de los mecanismos que más ha contribuido a frenar la propagación del virus.
Desde el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), han elaborado desde el inicio de la pandemia múltiples documentos y actualizaciones sobre las definiciones de contactos estrechos, su manejo y vigilancia atendiendo a los distintos escenarios epidemiológicos a los que nos hemos ido enfrentando. En su última actualización, el ECDC recuerda que cada país debe adaptar su respuesta a la situación epidemiológica local y en función de la disposición de recursos. Una tarea que debe ser fundamental en los planes de contención ya que un pequeño grupo de casos positivos puede originar un brote que derive en más casos y se desencadene transmisión comunitaria.
Nos encontramos en un momento epidemiológico muy distinto al de hace unos meses. La absorción de las vacunas contra la Covid-19 en los países de la Unión Europea (UE) y del Espacio Económico Europeo (EEE) avanzan a buen ritmo, aunque con disparidad de coberturas entre países que se ha traducido en un preocupante incremento de casos en algunas regiones del viejo continente. Una fotografía en la que la principal protagonista es la variante Delta del SARS-CoV-2 (B.1.617.2, detectada originalmente en India), que no solo es más transmisible sino que presenta cierta evasión inmunitaria. Más en un momento en el que han transcurrido más de seis meses de la vacunación de los grupos más vulnerables y de riesgo frente al virus.
En el nuevo documento encontramos actualizaciones de estrategias y conceptos que las autoridades sanitarias deben tener en cuenta a la hora de poner en marcha sus planes. Una de las grandes preocupaciones son los casos de reinfección. Aunque los confirmados son reducidos, lo cierto es que todavía se cuenta con muy poca evidencia científica al respecto. Una revisión sistemática de 11 estudios realizados con anterioridad a la dominancia de Delta sugiere que el riesgo de reinfección en personas que han superado la Covid-19 es bajo (entre 0,1 y 1%), con una protección mediada por la infección natural durante al menos 10 meses. Un análisis preliminar de los datos de vigilancia nacional en Reino Unido indica que los individuos recuperados de la Covid-19 tienen un mayor riesgo de reinfección frente a la variante Delta si se compara con el riesgo que supone la variante Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido). Hablamos de un riesgo superior al 46%.
Realización de pruebas a todas las personas que hayan mantenido contacto de alto riesgo con un caso positivo, estén o no vacunadas contra la Covid-19
El propósito de identificar los contactos de los casos positivos es el diagnóstico temprano y la interrupción de la transmisión del virus. Esto se logra mediante:
- Rápida identificación de los contactos estrechos de los casos positivos.
- Hay que proporcionar a los contactos toda la información disponible sobre la cuarentena a cumplir, medidas de higiene y cómo proceder en caso de aparecer síntomas.
- Realización de pruebas a todas las personas que hayan mantenido contacto de alto riesgo con un caso positivo, estén o no vacunadas contra la Covid-19.
- Realización de pruebas a todos los contactos con bajo riesgo de exposición que no estén vacunados contra la Covid-19.
- Realizar pruebas diagnósticas a todos los contactos que muestren algún tipo de síntoma relacionado con la Covid-19. En este caso las pruebas deben realizarse en el menor tiempo posible y asegurar que, si el resultado es positivo, se cumpla con la cuarentena. Hecho fundamental en un contexto de amplia transmisión de la variante Delta.
El ECDC recuerda que un contacto de un caso positivo de Covid-19 es cualquier persona que haya estado expuesta a un caso de Covid-19 confirmado durante un tiempo que va desde los dos días antes del inicio de los síntoma hasta 10 días después. En los casos asintomáticos resulta complicado determinar el momento en el que una persona positiva comenzó a ser infeccioso. Para optimizar la identificación de los contactos de riego el ECDC recomienda que se realicen entrevistas con los positivos asintomáticos para determinar si realmente no han manifestado ningún tipo de síntoma. En caso de que se determine que sí son sintomáticos, el caso debe tratarse como tal y el rastreo de los contactos debe abarcar el periodo temporal referido con anterioridad.
También se debe preguntar al caso asintomático si ha tenido una exposición conocida a un caso de Covid-19. Si es así, los contactos del caso asintomático deben rastrearse a partir de dos días después de que el caso asintomático fue expuesto al conocido caso Covid-19.
Si no se identifican síntomas o exposiciones conocidas, lo mejor es, desde una perspectiva pragmática, definir un contacto persona de un caso asintomático como alguien que ha tenido contacto con el caso en los dos días previos a la muestra que condujo a la confirmación se tomó hasta 10 días después de que se tomó la muestra.