La evidencia científica disponible sobre los efectos a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2 es aún limitada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido la “condición post-Covid”, comúnmente conocido como “Covid persistente o prolongado” y hasta la fecha se han identificado más de 200 síntomas entre los que se incluyen desde la debilidad muscular o la disnea hasta problemas neurológicos. Los diversos estudios que se han realizado hasta la fecha arrojan resultados contradictorios con respecto a los factores de riesgo.
Existen aún demasiadas lagunas sobre cómo la Covid-19 puede continuar afectando a nuestro organismo una vez se ha superado la infección, por lo que vamos a poner el foco en los resultados de una de las primeras investigaciones centradas en la recuperación de los pacientes hospitalizados por Covid-19 24 meses después del ingreso hospitalario. Se trata de un estudio poblacional realizado en Östergötland (Suecia). Aunque este trabajo cuenta con una muestra muy reducida (185 pacientes fueron seleccionados) los resultados obtenidos son de vital importancia ante la escasez de respuestas sobre el comportamiento de los síntomas persistentes asociados a la infección.
De los 185 pacientes con Covid persistente a los cuatro meses del alta hospitalaria, 181 estaban vivos en el momento de la evaluación a los 24 meses. De estos 165 aceptaron la participación completa en el estudio. El 21% de los sujetos habían vuelto a reingresar en el hospital por diversas causas durante el periodo de evaluación.
“Esto implica la necesidad de establecer rutinas de seguimiento a largo plazo de pacientes previamente hospitalizados por Covid-19 con Covid persistente”
El 84% de los pacientes reportó problemas persistentes que afectaban a su vida cotidiana durante los 24 meses de estudio. Los autores de este trabajo, cuyos resultados han sido publicados en la revista The Lancet Regional Health Europe, afirman haber observado mejoras significativas en la prevalencia y magnitud de algunos síntomas en comparación con los resultados informados en los cuatro meses posteriores al alta hospitalaria tras el ingreso por Covid-19.
Los síntomas cognitivos, sensoriomotores y la fatiga mental fueron los más comunes a los 24 meses de la infección por SARS-CoV-2. Un resultado llamativo de este estudio es que aproximadamente la mitad de los que estaban de baja por enfermedad relacionada con el Covid persistente a los cuatro meses del inicio de la infección, continuaban de baja por enfermedad a los 24 meses.
Un hallazgo sorprendente de esta investigación fue la tendencia hacia grados más bajos de síntomas residuales entre el subgrupo tratado en la UCI, del cual la mayoría (91%) recibió ventilación mecánica invasiva, en comparación con el subgrupo no tratado en la UCI. El mayor predominio del sexo masculino en el subgrupo de UCI (81%) en comparación con el subgrupo no UCI (56%) puede haber influido en esta observación, ya que el sexo femenino se ha propuesto como un factor de riesgo para los síntomas residuales asociados al Covid persistente al menos 12 meses después.
“Nuestra cohorte de pacientes, hospitalizados con Covid-19 durante la primera ola de la pandemia y que mostraban síntomas asociados al Covid persistente en los cuatro meses posteriores al alta, mostraron síntomas mejorados a los dos años posteriores al ingresos, pero también una alta prevalencia de problemas cognitivos, sensoriomotores persistentes y síntomas de fatiga que repercuten en su vida diaria", exponen los responsables de la investigación. “Esto implica la necesidad de establecer rutinas de seguimiento a largo plazo de pacientes previamente hospitalizados por Covid-19 con Covid persistente”, concluyen.