La última evidencia científica sobre la efectividad a corto plazo de la vacuna contra la Covid-19 desarrollada por Pfizer/BioNTech, sugiere que esta fue “modesta” en el caso de los niños con edades comprendidas entre los cinco y los 11 años. Unos resultados que se enmarcan en la fase inicial de dominancia de la variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica).
Ante esta fotografía un reciente estudio publicado por New England Journal of Medicine ahonda en los efectos de la vacunación y la infección previa sobre las infecciones por Ómicron en niños. Para ello se contó con una muestra de 887.193 niños de entre cinco y 11 años de Estados Unidos. Dentro del grupo se identificaron 193.346 infecciones por SARS-CoV-2 entre el 11 de marzo de 2020 y el 3 de junio de 2022. De los niños con Covid-19 309 requirieron ingreso hospitalario y siete fallecieron. Un total de 273.157 recibieron al menos una dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech entre el 1 de noviembre de 2021 y el 3 de junio de 2022.
Los autores parten de la base de que dos dosis de la vacuna o la infección previa fueron efectivas contra la infección por Ómicron, aunque el efecto del suero disminuyó con el paso del tiempo. Un dato llamativo de este estudio es el hecho de que, a un número similar de días tras la inoculación de la primera dosis, la efectividad de la vacuna fue mayor entre los menores inmunizados en noviembre de 2021 que entre aquellos que recibieron la inyección más tarde. Esto sugiere que la vacunación fue menos efectiva contra la variante Ómicron que frente a su antecesora, Delta (B.1617.2, detectada originalmente en India).
"La rápida disminución de la protección contra la infección por Ómicron que confería la vacunación y la infección previa respaldan la vacunación de refuerzo"
La eficacia de la vacuna fue mayor en los niños que previamente habían cursado la infección de forma natural. Entre los niños que no habían cursado la infección, la eficacia de la vacuna alcanzó el 63,2% a las cuatro semanas tras la inoculación de la primera dosis. Esta eficacia disminuyó al 15,5% a las 16 semanas. Entre los niños con infección previa la eficacia de la vacuna se elevó al 69,6% a las cuatro semanas y se redujo hasta el 22,4% a las 16 semanas.
La inmunidad mediada por la infección por SARS-CoV-2 fue alta, aunque disminuyó con el tiempo. Entre los niños no vacunados, la eficacia estimada de la infección por Ómicron contra la reinfección con esta variante fue del 90,7% a los dos meses y del 62,9% a los cuatro meses. Entre los menores vacunados, la eficacia estimada de la infección con Ómicron sola contra la reinfección con esta misma variante fue del 94,3% a los dos meses y del 79,4% a los cuatro meses.
Un total de 15 hospitalizaciones fueron notificadas y no se registró ningún fallecido entre los 273.157 niños vacunados. Las estimaciones de la efectividad de dos dosis de la vacuna y de la infección previa por SARS-CoV-2 contra la hospitalización relacionada con Covid-19 fueron más altas que las estimaciones de la efectividad contra la infección, “pero las incertidumbres fueron mayores debido a una menor cantidad de eventos”, aclaran los autores.
“Se descubrió que tanto la vacuna como la infección previa confieren una inmunidad considerable contra la infección por Ómicron y protección contra la hospitalización y la muerte. La rápida disminución de la protección contra la infección por Ómicron que confería la vacunación y la infección previa respaldan la vacunación de refuerzo”, concluyen los responsables de la investigación.