La evidencia científica disponible hasta la fecha sobre la inmunidad que nuestro sistema inmunológico genera frente al SARS-CoV-2, revela que la híbrida es la que mayor protección puede ofrecernos. Esta deriva de la combinación de las respuestas inmunes desarrolladas como consecuencia de la infección natural y la vacunación. Cuando hablamos de la inmunidad frente a la Covid-19, el foco suele centrarse con demasiada frecuencia en los niveles de anticuerpos y cómo la cantidad de estos desciende con el paso del tiempo. Pero la protección generada también está conformada por la inmunidad humoral y celular.
Ante esta fotografía ponemos el foco en un reciente estudio publicado por la revista Pediatrics desarrollado por investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas (Houston, Estados Unidos). Este trabajo se centra en la inmunidad generada por los niños frente a la Covid-19. La investigación ha examinado los datos de 218 niños y jóvenes con edades comprendidas entre los cinco y los 19 años. A los voluntarios se les realizaron tres análisis de sangre espaciados en el tiempo (uno de ellos al inicio de la campaña de vacunación) y otros dos durante los periodos de dominancia de las variantes Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) y Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica).
La principal conclusión de este estudio indica que el 96% de los niños y jóvenes que cursaron la infección natural provocada por el SARS-CoV-2 generaron anticuerpos que fueron detectables hasta siete meses. El 58% de los participantes dio un resultado negativo en las pruebas de medición de anticuerpos inducidos por la infección natural en el tercer análisis realizado.
A pesar de esta protección los responsables del estudio recalcan que la vacunación continúa siendo vital para reforzar la protección, tal y como se ha señalado al inicio de estas líneas. Además, la vacuna puede evitar que los niños infectados se enfrenten a problemas adicionales como el “Covid prolongado” o padecer el temido síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico.
Uno de los aspectos más llamativos es que el estudio ha hallado que los anticuerpos tienen la misma duración tanto en los casos más graves de la enfermedad como en los asintomáticos. No influyen en la cantidad generada ni en su duración aspectos que se han analizado concretamente como el sobrepeso y/o obesidad, ni se han reportado diferencias por género.
"Algunos padres piensan de forma equivocada que solo por el hecho de que su hijo haya tenido Covid-19, ahora está protegido y no necesita vacunarse. Si bien nuestro estudio es alentador porque cierta capacidad de anticuerpos naturales duran al menos siete meses en los niños, todavía no conocemos el umbral de protección absoluto"
“La literatura para adultos nos muestra que la infección natural, además de la protección inducida por la vacuna, brinda la mejor defensa contra la Covid-19”, afirma la coautora del estudio, Sarah Messiah, profesora de Epidemiología, Genética Humana y Ciencias Ambientales en la Universidad de Dallas. “Algunos padres piensan de forma equivocada que solo por el hecho de que su hijo haya tenido Covid-19, ahora está protegido y no necesita vacunarse. Si bien nuestro estudio es alentador porque cierta capacidad de anticuerpos naturales duran al menos siete meses en los niños, todavía no conocemos el umbral de protección absoluto. Si su hijo es elegible para la vacunación, vacúnele”, asevera.
Otro estudio, esta vez publicado en JCI Insight, sugiere que los niños tienden a tener fuertes respuestas de anticuerpos tras la infección por el SARS-CoV-2. Este análisis se basa en las muestras tomadas en el momento de la inscripción de 682 niños y adultos de 175 hogares de Maryland que participaron en un estudio de vigilancia doméstica de la infección por el SARS-CoV-2 y que aún no habían recibido la vacuna Covid-19. La edad de los participantes oscilaba entre cero y 62 años, y las muestras de inscripción se recogieron entre noviembre de 2020 y marzo de 2021.
"Este estudio demuestra que incluso los niños de los primeros años de vida tienen la capacidad de desarrollar fuertes respuestas de anticuerpos a la infección por el SRAS-CoV-2, que en algunos casos superan las respuestas de los adultos", afirma la doctora Ruth Karron, investigadora principal y profesora del Departamento de Salud Internacional y directora de la Iniciativa de Vacunas de Johns Hopkins en la Escuela Bloomberg.
El análisis de estas muestras también reveló que en la mayoría de los hogares con niños de cero a cuatro años positivos al SARS-CoV-2 y otros miembros del hogar afectados, los niños de cero a cuatro años tenían los niveles más altos de anticuerpos anti-RBD y neutralizantes.
"Los niños muy pequeños de nuestro estudio desarrollaron títulos elevados de anticuerpos contra la proteína de espícula del SARS-CoV-2, que es el antígeno objetivo de las vacunas COVID --subraya Karron--. Estos resultados deberían proporcionar cierta seguridad de que, con las dosis de vacuna adecuadas, podemos inmunizar eficazmente a los niños muy pequeños contra el SARS-CoV-2".