Según los datos publicados recientemente por la Organización Mundial de la Salud, al menos 17 millones de personas en Europa han experimentado Covid persistente, y millones de ellos es probable que convivan con esta patología durante años. Fatiga, niebla mental, taquicardia o problemas de memoria son algunos de los síntomas que estos pacientes manifiestan con esta enfermedad reciente y especialmente desconocida. En ese sentido, 57 sociedades científicas, de profesionales y de pacientes han conformado la Red Española de Investigación en Covid persistente, una iniciativa constituida ya como asociación.
Durante 20 meses de trabajo se han definido los colaboradores y los estudios que se harán frente durante los próximos meses y años. El objetivo de esta red: dar respuesta a lo que se desconoce, que es mucho más de lo que se conoce sobre esta patología. “Queremos conocer desde el número de personas afectadas hasta cuáles son los factores que explican que esto esté sucediendo. Dar a los pacientes una respuesta lo más cerca posible para los problemas que tienen”, explica a Consalud.es el Dr. Vicente Martín, epidemiólogo y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública por la Universidad de León y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), una de las sociedades pertenecientes a la red.
Tras más de dos años de pandemia, ¿qué es lo que sabemos de la Covid persistente?
Sabemos que afecta a un porcentaje importante de personas que han pasado la Covid. Según diferentes estudioslas incidencias varían bastante, hay series que hablan hasta de un 70% y otras que hablan de 1-2%. También está el problema de la definición, algo que sucede con todas estas enfermedades o problemas que son por exclusión, como ha sucedido conla fibromialgia o con el síndrome de fatiga crónica.
Las personas con Covid persistente han pasado una infección por Covid-19 y tienen una serie de problemas de diversa índole. Y no hay nada que lo explique
Las personas con Covid persistente han pasado una infección por Covid-19 y tienen una serie de problemas de diversa índole. Y no hay nada que lo explique. De hecho, está abierto a discusión qué es lo que se entiende por Covid persistente o cuáles son los síntomas que nos permite clasificarlo.
Analizando los síntomas que los pacientes describen, ¿podemos hablar de similitudes con el síndrome de la fatiga crónica que usted comentaba anteriormente?
No tienen pinta de ser similares por los antecedentes, en este caso el antecedente claro son personas que han pasado una infección por Covid, algo que no pasa con el síndrome de fatiga crónica. Sí que comparte muchos de los síntomas, pero son síntomas muy inespecíficos y generales.
Hasta ahora lo que es cierto es que hay personas que están sufriendo un grado bastante importante de discapacidad o de disconfort, que su calidad de vida se ha visto afectada después de la infección por el covid, y que el sistema sanitario le tiene que dar respuesta.
Centrándonos en la atención sanitaria actual, ¿cómo es esta para los pacientes?
Ahora mismo la atención sanitaria es totalmente paliativa. Se intenta dar soporte para cubrir aquellos problemas más frecuentes, como los tipos de dolores, problemas de sueño, estado de fatiga mental o de niebla mental. Hasta ahora los tratamientos son sintomáticos, hay que ir avanzando y viendo en qué se puede ayudar.
Esto es algo súper reciente y que es infinitamente más lo que desconocemos que lo que sabemos. Iremos caminando poco a poco. Ahora se ha conseguido algo importante que es el reconocimiento. Por ejemplo, la fatiga crónica o la fibromialgia tardaron mucho tiempo en conseguir que se les reconociera como un problema de salud, como una enfermedad en el sistema sanitario, y no como una realidad sintomática.
Con la constitución de la Red habéis presentado una guía clínica de atención sanitaria, ¿cómo mejora o cómo buscáis ayudar en el abordaje de estos pacientes?
Para una buena atención hay que estar muy al día de lo que va saliendo, ejemplo de ello es esta guía. Ya se han establecido criterios que pueden ir cambiando con el tiempo, según vamos conociendo más. Pero lo que se pretende fundamentalmente es investigar y estar muy pendiente de todo lo que se publica y de alguna forma trasladar eso lo más rápidamente posible a la práctica clínica diaria, manteniendo informado en este caso a los médicos generales de Medicina Familiar y Comunitaria y también coordinando el trabajo con los internistas y otros profesionales y especialidades.
Es un proyecto muy ambicioso, pero yo creo que lo vamos a llevar a buen puerto
En este sentido, esta red incluye desde varias de las sociedades científicas, pero también, por ejemplo, a los pacientes. Sabemos que los pacientes pueden jugar un papel muy importante en ayudarnos a buscar soluciones y ser parte de la solución. Todo esto lo hemos visto con otras patologías que comparten muchas de estos síntomas, los pacientes apoyan mucho para conseguir tratamientos les ayudan a mejorar su calidad de vida y sus problemas de salud.
Entre los proyectos que tenéis en marcha está el registro clínico que está ahora en fase de revisión. ¿Qué puede adelantarnos sobre ello?
Se trata de que participen el mayor número posible de profesionales de la salud para recoger toda esa información. Esta nos permitirá saber cuáles son los factores que agravan o que disminuyen los problemas asociados con esas patologías y también valorar aquellas intervenciones que son más eficaces y que pueden dar una mejor respuesta a los problemas de los pacientes.
El objetivo, en definitiva, es investigar, pero a través de un registro de calidad donde las variables se recojan de una forma adecuada. Se ha discutido mucho sobre qué variables incluir y cómo recogerlas. Es un proyecto muy ambicioso, pero yo creo que lo vamos a llevar a buen puerto.
Además del registro, ¿qué otras medidas o herramientas tenéis en marcha?
Son muchas las acciones que se quieren llevar a cabo, como la aplicación para ayudar a los profesionales sanitarios en el diagnóstico o la creación de una escala de asistencial. Al final lo que buscan todas ellas es lo mismo, recoger información, trasladarla a pie de cama, a pie del paciente para mejorar su calidad de vida, disminuir la discapacidad, el disconfort y la morbilidad asociada a este problema.
En general, para los próximos meses o años, ¿qué metas tenéis o qué objetivos os planteáis conseguir?
Fundamentalmente es tener una alta participación en la recogida de información y tener estrategias de divulgación para los profesionales y los pacientes para que podamos mejorar todas estas cosas que hemos comentado.