El debate sobre la necesidad de refuerzos de la vacuna contra la Covid-19 continúa abierto. La inoculación de una tercera dosis parece contar con el beneplácito de la mayor parte de la comunidad científica ya que la protección generada por las pautas primarias de vacunación frente a la Covid-19 desciende con el paso del tiempo. Más allá de esto, la inoculación de refuerzos en personas jóvenes y sanas parece no resultar de mucha utilidad. Una posición ya comunicada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y que ha apoyado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un contexto en el que la mayor parte de las poblaciones de los países con bajos ingresos no se han vacunado.
En este sentido ponemos el foco en un reciente estudio desarrollado por Kaiser Permanente que refuerza la evidencia sobre los beneficios que aporta la inoculación de una dosis de refuerzo. De acuerdo con las conclusiones de este trabajo la administración de tres dosis de la vacuna contra la Covid-19 (dos en la pauta primaria de inmunización y una tercera de refuerzo), no solo brinda una protección más amplia, sino también más duradera.
El estudio se ha realizado evaluando a personas que recibieron un refuerzo de la vacuna de Pfizer/BioNTech en comparación con aquellos que solo habían completado la pauta primaria de vacunación. Sus resultados han sido publicados en The Lancet Regional Health.
“Cuando observamos la efectividad de las dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech versos la efectividad de tres dosis, la protección es significativamente mayor”, declara Sara Y. Tartof, epidemióloga del Departamento de Investigación de Kaiser Permanente.
“Lo que vemos en esta investigación es que el impacto en la salud pública de una tercera dosis para prevenir enfermedades graves es sustancial”
Para evaluar la efectividad, este trabajo evaluó los registros de salud electrónicos de 3,1 millones de miembros de Kaiser Permanente en el sur de California desde el 14 de diciembre de 2020 hasta el 5 de diciembre de 2021. Durante el período de estudio, 197.535 (6,3%) pacientes se infectaron con SARS-CoV-2, y de ellos, 15.786 (8%) ingresaron en el hospital. Durante el período de estudio, la variante predominante fue Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India), y no Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica). Entre las principales conclusiones, cabe destacar:
- La eficacia de la pauta de dos dosis contra la infección disminuyó del 85% durante el primer mes después de la vacunación al 49% hasta ocho meses después de la vacunación.
- La eficacia de la pauta de dos dosis contra la hospitalización se mantuvo alta (90%) durante los ocho meses y no disminuyó, excepto entre las personas de 75 años o más, o que tenían sistemas inmunitarios comprometidos.
Para las personas inmunocomprometidas, la protección contra la hospitalización se redujo al 74%, y para las personas mayores de 75 años, fue del 77%.
- La efectividad de la pauta de tres dosis fue del 88% contra la infección y del 97% contra la hospitalización dentro de los primeros tres meses después de la vacunación.
“Lo que vemos en esta investigación es que el impacto en la salud pública de una tercera dosis para prevenir enfermedades graves es sustancial”, expone Tartof. “Es importante destacar que todos los estudios que han evaluado la eficacia de la vacuna de una tercera dosis, incluido el nuestro, han mostrado una mejora significativa en la eficacia de la vacuna contra una amplia gama de resultados del SARS-CoV-2”.