No cabe duda que la crisis sanitaria ocasionada en España por la pandemia del coronavirus está desgastando muy pronto a la figura política de Salvador Illa. Nombrado ministro de Sanidad por Pedro Sánchez, a pesar de no contar con ningún tipo de experiencia en el sector, el político catalán se ha encontrado con la tarea de dirigir un departamento y buena parte de la política estatal casi por sorpresa debido a la necesidad de mitigar la propagación del virus.
Sin embargo, en esta labor ha dado la sensación de que Illa no se ha encontrado lo suficientemente acompañado por su equipo más próximo. A diferencia del inicio del brote, cuando se reunía el comité de gestión se reunía en el Ministerio de Sanidad, el ministro ha dejado de aparecer con miembros de su gabinete como Faustino Blanco, secretario general de Sanidad y número dos, o Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública.
Faustino Blanco no ha aparecido en los últimos encuentros del ministro de Sanidad con el presidente del Gobierno o los técnicos del Comité de expertos; mientras, Fernando Simón ha quitado protagonismo a Pilar Aparicio
Por ejemplo, Blanco acompañó a Salvador Illa en las reuniones del Consejo Interterritorial y en algunas ruedas de prensa previas al Estado de alarma. Sin embargo, posteriormente no se le ha visto en ningún encuentro ni ha protagonizado ninguna rueda de prensa, a diferencia de otros miembros de su equipo como Patricia Lacruz, directora general de Farmacia; Rodrigo Gutiérrez, director general de Ordenación Profesional; Raquel Yotti, directora del ISCIII; o María Jesús Lamas, directora de la Aemps.
En este tiempo, sí que ha habido una persona que se ha llevado la mayor parte del protagonismo, lo que según La Razón podría haber provocado que Blanco perdiese peso en el organigrama del Ministerio de Sanidad. Es el caso de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), encargado de informar diariamente de la evolución de la pandemia y presente en las reuniones diarias con el presidente del Gobierno y Salvador Illa.
En este sentido, también se explica que Pilar Aparicio haya desaparecido de estos encuentros. Desde un primer momento, Simón ha sido el responsable de informar sobre el brote pese a que el CCAES depende orgánicamente de la dirección general de Salud Pública. Así, si no ha aparecido ya, se antoja complicado que resurja su figura.
POLÉMICA CON SU EQUIPO
Desde el inicio del brote, varios cargos del Ministerio de Sanidad están en entredicho por cómo han gestionado la crisis sanitaria. El propio Salvador Illa ya ha sido criticado por buena parte de la oposición e incluso ha sido denunciado por el sindicato CSIF. Le echan en cara que no supo anticiparse a la llegada del virus a España e ir tarde en la aprobación de medidas, como la de dotar de la suficiente protección a los profesionales sanitarios.
La insuficiente protección a los profesionales sanitarios o la compra de test defectuosos han sido algunas de las polémicas surgidas durante la crisis
Otro ejemplo fue la polémica surgida por la compra de test rápidos defectuosos por parte del Ministerio de Sanidad, lo que provocó la devolución de más de 640.000 de estas pruebas a China. El departamento que dirige Salvador Illa no ha indicado quién asume la responsabilidad de dicha compra fallida ni ha aclarado quién es el proveedor español que hizo dicha adquisición en el mercado chino.
No obstante, oficialmente es Patricia Lacruz la máxima responsable en España de velar por la calidad, eficacia y seguridad de los medicamentos y los productos sanitarios que se consumen y usan en el país. La directora general de Cartera Básica y Farmacia ayudó de alguna manera a que las críticas incrementaran al responder de forma confusa sobre la adquisición de dichos test rápidos.