La Generalitat de Cataluña quiere aprobar a finales de esta semana su propio plan de desconfinamiento, el cual debe contar con la aprobación del Ministerio de Sanidad debido a que es el Gobierno central quien dirige el ámbito sanitario con motivo de la declaración del estado de alarma. Dentro de este plan, una de las medidas más polémicas es la idea de crear un “pasaporte de inmunidad” que incluiría información sobre el estado inmunológico de la población.
Precisamente esta cuestión ha despertado una particular controversia dentro del propio gobierno de la Generalitat. En concreto, entre Alba Vergés, consejera de Salud, y Quim Torra, presidente catalán. Y es que, existen dudas sobre el carácter ético sobre la puesta en marcha de esta iniciativa.
La consejera de Salud asegura que se trata de una propuesta que aún se está debatiendo en el seno de la Generalitat pero también a nivel mundial
Según publica eldiario.es, la consejera sanitaria evitó pronunciarse directamente sobre esta medida. “Lo lamento pero no diré si estoy a favor o en contra del pasaporte. Mi opinión como consejera de Salud no es relevante”, subrayó. Sin embargo, a continuación apuntó que se trata de una iniciativa que está “a debate” en el ámbito mundial y que “se requiere un cierto tiempo” para iniciarla debido a que ha de atender también a “criterios bioéticos”.
DESCONFINAMIENTO EN CINCO ETAPAS
Por su parte, fue el presidente de la Generalitat quien encargó esta propuesta al epidemiólogo Oriol Mitjá dentro de un plan general de desconfinamiento de carácter orientativo que establece distintas medidas en cinco etapas. Por ejemplo, se prevé realizar un cribado masivo con la realización de 1,5 millones de test.
Al mismo tiempo, existen otras iniciativas que la Generalitat estudia como la monitorización de la movilidad, un estudio particular de seroprevalencia o la realización de millones de test serológicos. En los ámbitos económicos y sociales, desde Cataluña plantean que grupos como los niños o las personas mayores no tengan contacto entre sí o, por ejemplo, que tanto la apertura de bares como la de las escuelas o establecimientos culturales y deportivos se produzca en la última fase.