La detección del coronavirus en aguas residuales en casos leves o asintomáticos puede constituir una herramienta de alerta temprana para identificar de forma precoz la presencia del coronavirus tanto en el momento actual como en posibles rebrotes o segundas oleadas de la infección. Así se desprende de un nuevo informe del Grupo de Análisis Científico sobre Coronavirus del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad. sobre "Detección de Sars-CoV-2 en aguas residuales como herramienta de vigilancia y alerta rápida"
La detección del virus en muestras de aguas residuales es una técnica ya conocida para la vigilancia epidemiológica de virus que se está utilizando en el marco de la pandemia actual de coronavirus, ya que supone un indicador de circulación del virus entre la población, tanto en el momento actual como en posibles rebrotes o segundas oleadas de la infección.
Diversos grupos de investigación han conseguido aislar el virus infeccioso a partir de muestras de heces de pacientes con Covid-19
En un reciente meta-análisis se ha visto que en 29 de las 35 publicaciones científicas analizadas con más de 6.000 pacientes con Covid-19, un 15% de los pacientes presentaban síntomas gastrointestinales siendo los más comunes las náuseas o vómitos y la diarrea. Cabe señalar que un 10% de estos pacientes con esta enfermedad presentaron síntomas gastrointestinales sin cuadro respiratorio.
Además, diferentes estudios han demostrado que el RNA del SARS-CoV-2 está presente en heces de los pacientes independientemente de que haya o no síntomas gastrointestinales o de la gravedad de la Covid-19. También se ha visto que el virus puede ser excretado en heces durante largos periodos de tiempo, durante la enfermedad y en la fase de convalecencia, siendo varios los estudios que lo detectan hasta varias semanas (entre 1 y 5) después de la negativización en muestras respiratorias.
Diversos grupos de investigación han conseguido aislar el virus infeccioso a partir de muestras de heces de pacientes con Covid-19, demostrando así que el virus puede replicar en el tracto intestinal. La razón de la afectación del tracto intestinal parece estar en la interacción del virus con ACE2, el principal receptor del coronavirus, presente no solo en células pulmonares sino también en las células epiteliales gastrointestinales.
La interacción con estos receptores ha sido también descrita para el SARS-CoV causante de la epidemia de SARS en 2003, el cual también se consiguió aislar en cultivos celulares a partir de muestras de heces y para el que se llegó a evidenciar transmisión a partir de aguas residuales en un brote ocurrido en viviendas de Hong Kong con instalaciones de fontanería deficientes.
A pesar de que todos estos hallazgos sugieran la posibilidad de que el SARS-CoV-2 se transmita por vía fecal-oral, según los autores de este estudio, hacen falta más estudios, sobre todo a nivel ambiental, para determinar las condiciones que pudieran favorecer dicha transmisión aunque ésta parece improbable debido a la poca estabilidad del virus en el medioambiente y su elevada sensibilidad a los desinfectantes. Además, hasta la fecha no se ha confirmado ningún caso de transmisión fecal-oral del virus ni hay evidencias científicas que indiquen que las aguas fecales sean una vía de transmisión del virus.
VIGILANCIA MEDIOAMBIENTAL
Este acercamiento a la vigilancia medioambiental no sería nuevo en España, ya que el análisis de muestras de aguas residuales ya se realiza desde hace tiempo para realizar el seguimiento de la posible circulación de otros virus, como el de la polio, en la población.
Hacen falta más estudios, sobre todo a nivel ambiental, para determinar las condiciones que pudieran favorecer dicha transmisión
El Laboratorio de Enterovirus del Centro Nacional de Microbiología, que actúa como Laboratorio Nacional de Polio acreditado por la OMS, lleva a cabo esta labor desde hace más de 20 años gracias a un convenio con el Canal de Isabel II, que gestiona las aguas en la Comunidad de Madrid. España ya está desarrollando algunos estudios en torno a la presencia de SARS-CoV-2 en aguas residuales. El CSIC, la Universidad de Barcelona y el Centro Nacional de Microbiología, entre otros, están trabajando en este ámbito y ya disponen de resultados preliminares que muestran la detección del virus en parte de las muestras analizadas.