El pasado 11 de octubre la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacía pública la primera definición clínica oficial de la enfermedad “post-Covid-19”, conocida como Covid prolongado o persistente. Esta se establecía tras una consulta global con el objetivo de facilitar el tratamiento de las personas afectadas.
Aunque la mayoría de los pacientes que cursan la infección por SARS-CoV-2 se recuperan completamente de la enfermedad, algunos sufren efectos a largo plazo en su organismo que afectan a los sistemas pulmonar, cardiovascular y nervioso entre otros. La evidencia científica indica que estos efectos pueden producirse con independencia de la gravedad con la que se haya cursado la Covid-19, con mayor frecuencia en mujeres, personas de mayor y aquellos que mostraron más síntomas en los primeros momentos de la infección. En este momento, la OMS señaló que podría requerirse una definición diferente del Covid prolongado a la hora de hablar de los niños.
Una revisión de la evidencia científica disponible hasta la fecha publicada en Archives of Disease in Childhood, complementa la referida definición del Covid prolongado en adultos de la OMS, pero focalizada en los niños y jóvenes. Actualmente existen muchas definiciones que difieren en función de la cantidad, tipo y duración de los síntomas asociados a la Covid-19. Hecho que se ha traducido en amplias variaciones que estiman la prevalencia del Covid prolongado en niños y jóvenes desde un uno a un 51%. Una diferencia sustancial que ha obstaculizado las investigaciones realizadas hasta la fecha.
Para alcanzar el consenso un panel representativo de 120 expertos internacionales han analizado 49 definiciones que han calificado del uno al nueve según su importancia percibida. Tras el análisis de las propuestas se establecieron los siguientes puntos como necesarios para poder hablar de Covid prolongado en niños:
- Condición en la que un niño/joven presenta síntomas (uno de ellos, al menos, debe ser físico) que han continuado o se han desarrollado tras un diagnóstico positivo en Covid-19 con una o más pruebas positivas.
- Se ve afectado su bienestar físico, mental o social.
- Están interfiriendo con algún aspecto de su vida diaria (por ejemplo, en la escuela o sus relaciones sociales).
- Los síntomas persisten durante un mínimo de 12 semanas desde la prueba inicial que confirma el caso de Covid-19 (incluso si los síntomas han aumentado o disminuido durante este periodo).
“La condición post-Covid ocurre en los jóvenes con antecedentes de infección confirmada por SARS-CoV-2, con al menos un síntoma físico persistente durante un mínimo de 12 semanas tras la prueba inicial. Estos síntomas no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo y tienen un impacto en el desempeño de su vida cotidiana. Pueden fluctuar o recaer con el tiempo”
“La condición post-Covid ocurre en los jóvenes con antecedentes de infección confirmada por SARS-CoV-2, con al menos un síntoma físico persistente durante un mínimo de 12 semanas tras la prueba inicial. Estos síntomas no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo y tienen un impacto en el desempeño de su vida cotidiana. Pueden fluctuar o recaer con el tiempo”, han definido los expertos.
Los autores enfatizan en la necesidad de diferenciar entre una definición de caso clínico y una definición de investigación de Covid prolongado: “Es comprensible que los grupos de pacientes que representan a personas con Covid prolongado estén preocupados por una definición que podría restringir el acceso a los servicios que necesitan”, exponen.
“Desde nuestro punto de vista, la decisión de si un niño o joven puede ver a un profesional de la salud, acceder a cualquier apoyo necesario o derivado, y/o tratado por Covid prolongado, debe ser una decisión compartida que involucre al individuo en cuestión, sus cuidadores y profesionales médicos”, concluyen.