El Defensor del Pueblo señala las 'debilidades' del SNS e insta a prestar atención en salud mental

El Defensor del Pueblo ha realizado su particular análisis de la gestión de la pandemia de la Covid-19.

El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán (Foto: Congreso)

El Defensor del Pueblo ha realizado su particular análisis de la gestión de la pandemia de la Covid-19 y ha señalado cuáles han sido las principales debilidades del Sistema Nacional de Salud (SNS). Así se recoge en el informe 'Actuaciones ante la pandemia de Covid-19'. Este documento es una ampliación y complemento de la comparecencia que realizó el pasado 26 de noviembre el Defensor del Pueblo (e.f.), Francisco Fernández Marugán, ante la Comisión Mixta Congreso y Senado de Relaciones con el Defensor del Pueblo.

En este trabajo, el Defensor del Pueblo ofrece un breve repaso a las debilidades del Sistema Nacional de Salud, abordadas por la institución en los últimos años y que, ante la irrupción de la pandemia, "han fallado o se han quebrado".

Este organismo público resalta, por ejemplo, la "fragilidad" de los servicios de urgencias hospitalarios o la "debilidad" de la atención primaria que también se ha venido señalando en los últimos informes anuales del Defensor del Pueblo.

Según el Defensor del Pueblo, España se sitúa como "uno de los países más rezagados de su entorno" en la atención a los problemas de salud mental

Además, ha advertido de las consecuencias que tiene el aumento de las listas de espera de especialidades y la necesidad impulsar una "cartera pública de atención sociosanitaria sólida", que ofrezca una asistencia mixta adecuada a las necesidades de los pacientes, especialmente mayores o con discapacidad, más dependientes y que requieren cuidados sanitarios y sociales prolongados. 

Por otra parte, y una vez más, el Defensor del Pueblo en estos últimos años también ha expresado en sus informes la preocupación por la insuficiente atención a la salud mental, que sitúa a España como "uno de los países más rezagados de su entorno". "Sus carencias se están revelando con especial intensidad en estos meses por la imposibilidad de atender una demanda muy creciente, relacionada con los efectos psicosociales de la pandemia", indica en el documento.

UNA CUESTIÓN DE PRESUPUESTOS

En el informe anual 2019, el Defensor del Pueblo volvió a advertir que, tras la crisis económica, no se habían recuperado todavía los presupuestos sanitarios de las administraciones públicas, con consecuencias negativas: reducción de plantillas, paralización y contratos menos estables, reducción de salarios y peores condiciones laborales, reducción en la inversión en equipos y en obras de mantenimiento.

En ese documento, se subrayaban como problemas serios las listas de espera demasiado largas y las urgencias con frecuencia saturadas; una presión asistencial muy alta; restricción de algunos servicios; escasez de profesionales en algunas especialidades y territorios, especialmente en la atención primaria; desmotivación de los profesionales, envejecimiento del equipamiento tecnológico y problemas de mantenimiento de los hospitales, sobre todo los más antiguos.

"Estas circunstancias arrastradas desde hace varios años podrían cronificarse y hacer temer por un deterioro de la atención sanitaria pública", decía el Defensor del Pueblo hace un año. En estas palabras se condensaba la denuncia del poco margen con el que contaba el sistema sanitario español. Así lo ha puesto dramáticamente de relieve el virus. Ante el esfuerzo que ha exigido la pandemia, su capacidad de respuesta se ha visto desbordada.

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