El uso de las mascarillas ha generado múltiples debates prácticamente desde el inicio de la pandemia del coronavirus. Los cambios de criterio, tanto de las organizaciones sanitarias internacionales como de los Gobiernos nacionales, han sembrado de incertidumbre una práctica que a la larga se ha demostrado eficaz. De hecho, la multiplicación de rebrotes en España en las últimas semanas ha provocado que algunos Ejecutivos regionales hayan decidido regular que éstas sean obligatorias siempre.
Algunos consejeros de Salud y presidentes autonómicos han llegado a reconocer que han percibido cierta relajación en la población con respecto a las medidas básicas establecidas a nivel nacional para prevenir el contagio y la transmisión de la Covid-19. Es difícil notificar ahora qué porcentaje de la población, qué sectores de edad y en qué territorios se usan más o menos la mascarilla. Sin embargo, estas preguntas ya han sido respondidas en cierta manera por parte de la ciudadanía española durante el proceso de desescalada.
A nivel nacional, fue el 21 de mayo cuando se instauró la obligatoriedad de llevar la mascarilla en los espacios públicos cuando no podía garantizarse la distancia interpersonal
Parte de las respuestas a estas cuestiones se pueden encontrar en el informe final del Estudio Nacional de Sero-Epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 en España, impulsado por los ministerios de Sanidad y Ciencia, por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y por las comunidades autónomas. En su última presentación, realizada esta semana, se indicaba que se había preguntado de forma específica a los participantes por el uso de las mascarillas.
USO MÁS FRECUENTE DESDE MAYO
Según informó Marina Pollán, directora del Centro Nacional de Epidemiología (CNE), durante el proceso de desescalada y antes de entrar en la llamada ‘nueva normalidad’ surgieron efecto las recomendaciones sanitarias ya que los participantes en el estudio referían haber incrementado el uso de las mascarillas. Cabe recordar que fue el 21 de mayo cuando se instauró la obligatoriedad de llevarla cuando no podía garantizarse la distancia interpersonal.
Desde entonces, y según los resultados del estudio, ha sido notable el descenso en el porcentaje de la población que referían no utilizar nunca mascarilla, estadísticas que incluían actividades como los trayectos a pie, el uso del transporte público o del transporte en vehículo compartido y en el entorno laboral.
A mediados de mayo, un 19,3 % de la población de más de 6 años respondió que no utilizaba nunca la mascarilla; a finales de junio, este porcentaje bajó hasta el 7,3 %
Atendiendo a los datos, a mediados de mayo, un 19,3 % de la población de más de 6 años respondió que no utilizaba nunca la mascarilla. Este porcentaje descendió hasta el 11,3 % a finales del mes de mayo, y continuó bajando hasta el 8,4 % y el 7,3 % en las dos primeras semanas del mes de junio. Pero pese a ello, los mapas demuestran que ha habido zonas del territorio español donde la población ha sido más reticente a usarlas.
GUIPÚZCOA LA PEOR; JAÉN Y CÁCERES, LAS MEJORES
El estudio de Sero-Epidemiología ha recopilado las respuestas de las rondas 2 y 3 en diferentes mapas, de forma que se puede comprobar en qué comunidades autónomas se ha usado más y dónde menos. Y salvo excepciones, las estadísticas muestran que desde el principio de la desescalada, hubo más personas que afirmaron no utilizar la mascarilla en autonomías situadas en el norte de España.
Porcentaje de participantes del Estudio de seroprevalencia que no utilizan mascarilla en la Ronda 2 (Foto: ISCIII)
Por ejemplo, a principios de mayo tanto en Galicia como en el País Vasco más de un 40 % de los encuestados decía que no la usaban. También mostraban porcentajes altos, entre un 25 % y un 40 % en Navarra, parte de Castilla y León, Asturias y los archipiélagos de Baleares y Canarias. Mientras, a finales de junio, los últimos datos recogidos por el estudio, demuestran que aún había territorios donde se seguía refiriendo que no se usaban tanto. Es el caso del País Vasco, Baleares, Navarra y la mayor parte de Galicia.
Por provincias, cabe destacar especialmente una en concreto. En Guipúzcoa, hasta un 45,5 % de los encuestados afirmaron a finales de junio que no usaban la mascarilla, muy por encima de la media nacional. Le seguían las provincias de Vizcaya (un 23,4 % referían que no las utilizaban), Baleares (22,4 %), Lugo (18,9 %), Navarra (16,3 %), Zamora (16 %), Pontevedra (15,5 %), A Coruña (15,1 %) y Las Palmas (14,2 %).
Porcentaje de participantes del Estudio de seroprevalencia que no utilizan mascarilla en la Ronda 3 (Foto: ISCIII)
En el lado contrario, es decir, los territorios donde más se utilizaban las mascarillas, se situaron las provincias de Jaén y Cáceres (sólo un 3,9 % de los encuestados aseguraban que no las usaban), Almería (4,3 %), Cádiz (4,5 %), Madrid (4,7 %), Barcelona, Albacete y Ceuta (4,9 %). Además de estas, otras 27 provincias registraron porcentajes inferiores al 10 %.
HACIA EL USO OBLIGATORIO
La sucesión de rebrotes ha llevado a las comunidades autónomas a regular la obligatoriedad del uso de la mascarilla en todos los espacios, aún habiendo distancia de seguridad. La primera en hacerlo para todo su territorio ha sido Cataluña, tras el aumento de casos positivos por el brote de la comarca del Segrià (Lleida). También el País Vasco lo ha aprobado, aunque únicamente para la localidad de Ordizia tras el brote registrado en los últimos días. Además, regiones como Castilla y León, Baleares, Cantabria ya se lo están planteando.
Al respecto, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, manifestó este miércoles en una entrevista a Catalunya Radio que en España ya es obligatorio el uso de la mascarilla, salvo para personas con patologías respiratorias. En todo caso, ha sostenido que “si alguna comunidad autónoma va más allá, no tengo nada que decir”.