La mayoría de las personas que cursan la Covid-19 se recuperan completamente, aunque algunos sufren síntomas persistentes asociados a la enfermedad tiempo después de haber superado la infección. Hablamos de lo que se conoce como “Covid prolongado” y sobre el que las autoridades sanitarias han puesto el foco ya que podría erigirse como un grave problema de salud pública a medio y largo plazo.
A pesar de que la Covid-19 es una enfermedad eminentemente respiratoria, la evidencia científica ha demostrado sobradamente en estos más de dos años de pandemia que el coronavirus afecta a multitud de órganos y sistemas de nuestro organismo. De acuerdo con las conclusiones extraídas de diversos estudios, las estimaciones que se manejan apuntan a que entre el 10 y el 30% de las personas infectadas por el SARS-CoV-2 pueden desarrollar síntomas a largo plazo.
Unos datos preocupantes en un escenario epidemiológico dominado por Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica). En apenas mes y medio desde la detección de los primeros casos esta variante logró desplazar a Delta (B.1.617, detectada originalmente en India) como la dominante a nivel global gracias a su mayor capacidad de transmisión y escape inmunitario.
Hecho que se ha traducido en cifras récord de contagios nunca antes vistas en toda la pandemia por lo que los referidos porcentajes relativos a las estimaciones de personas afectadas por el Covid prolongado nos están hablando de millones de afectados. Y es que resulta de vital importancia destacar en este sentido que el Covid prolongado puede producirse con independencia de la gravedad con la que se cursase la infección.
¿QUÉ ES EL COVID PROLONGADO?
El 11 de octubre de 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacía pública la primera definición oficial relativa al Covid prolongado. Esta fue acordada tras una consulta global con expertos con el objetivo de facilitar su diagnóstico y el tratamiento de las personas afectadas.
“La afección pos-Covid-19 se produce en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por el SARS-CoV-2, generalmente tres meses después de la aparición de la Covid-19 con síntomas que duran al menos dos meses y que no pueden explicarse por un diagnóstico alternativo. Los síntomas más comunes son la fatiga, la dificultad para respirar y la disfunción cognitiva, pero también se pueden dar otros síntomas que suelen repercutir en el funcionamiento cotidiano del enfermo”, define la OMS.
“Los síntomas pueden ser de nueva aparición, tras la recuperación inicial de un episodio agudo de Covid-19, o pueden persistir desde el inicio de la enfermedad. Los síntomas también pueden fluctuar o puede haber recaídas con el tiempo. Para los niños, puede ser aplicable otra definición", concluye la OMS.
"La afección pos-Covid-19 se produce en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por el SARS-CoV-2, generalmente tres meses después de la aparición de la Covid-19 con síntomas que duran al menos dos meses y que no pueden explicarse por un diagnóstico alternativo"
En relación a la última matización sobre la definición en el caso de los niños, la más extendida hasta el momento se hizo pública el 10 de febrero de 2022 de la mano de 120 expertos internacionales que han analizado 49 definiciones para llegar a un consenso:
- Condición en la que un niño/joven presenta síntomas (uno de ellos, al menos, debe ser físico) que han continuado o se han desarrollado tras un diagnóstico positivo en Covid-19 con una o más pruebas positivas.
- Se ve afectado su bienestar físico, mental o social.
- Están interfiriendo con algún aspecto de su vida diaria (por ejemplo, en la escuela o sus relaciones sociales).
- Los síntomas persisten durante un mínimo de 12 semanas desde la prueba inicial que confirma el caso de Covid-19 (incluso si los síntomas han aumentado o disminuido durante este periodo).
“La condición post-Covid ocurre en los jóvenes con antecedentes de infección confirmada por SARS-CoV-2, con al menos un síntoma físico persistente durante un mínimo de 12 semanas tras la prueba inicial. Estos síntomas no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo y tienen un impacto en el desempeño de su vida cotidiana. Pueden fluctuar o recaer con el tiempo”, concluyen los expertos.
FACTORES DE RIESGO PARA DESARROLLAR COVID PROLONGADO
Hasta el momento, la evidencia científica no ha sido capaz de explicar de forma clara los motivos por los que algunas personas desarrollan estos síntomas persistentes y otras no. Recientes investigaciones al respecto parecen sugerir que existen algunos factores que podrían incrementar el riesgo de sufrir síntomas persistentes derivados de la Covid-19 tras superar la infección.
En este sentido se pone el foco, por ejemplo, en altos niveles de ARN viral en las fases tempranas de la infección por SARS-CoV-2, la presencia de ciertos autoanticuerpos atacan de forma equivocada a tejidos del organismo como sucede con las enfermedades autoinmunes), la reactivación del virus de Epstein-Barr (algunos estudios no solo lo asocian con el Covid prolongado, sino también con la gravedad con la que se cursa la infección) e incluso la diabetes tipo 2.
Un estudio publicado en diciembre de 2021 en The Journal of Infectious Diseases, apunta a las elevadas tasas de citoquinas en personas infectadas como el mecanismo desencadenante de los síntomas persistentes en los 90 días posteriores al inicio de la infección. Sus autores han establecido una relación entre una activación inmune persistente como respuesta al SARS-CoV-2 como posible origen del Covid prolongado.
Predecir el riesgo de padecer Covid prolongado puede resultar vital en el caso de determinados grupos vulnerables. En este sentido un reciente estudio publicado por British Medicine Journal centrado en el hallazgo de una “firma” de inmunoglobulina que podría ser utilizada para pronosticar qué pacientes son los que tienen un mayor número de posibilidades de padecer Covid prolongado.