La vuelta al colegio ha comenzado y, con ella, la ansiedad de muchos padres y niños ante el temor de un posible contagio por coronavirus.
Según un estudio publicado por la revista Behavioural and Cognitive Psychotherapy, para la mayoría, la ansiedad es una respuesta proporcionada y adaptativa a la amenaza planteada por el virus, sin embargo, para otros, especialmente aquellos más predispuestos a la ansiedad, la Covid-19 podría actuar como un ''incidente crítico'' que desencadena preocupaciones relacionadas con la salud.
En este sentido, el estudio revela que hay ''factores tanto individuales como sistemáticos que pueden hacer a los niños y los jóvenes particularmente vulnerables a las preocupaciones relacionadas con la salud en el contexto de Covid-19. Es importante reconocer que existen diferencias clave en la presentación de ansiedad entre niños y adolescentes, como la expresión del afecto a través de sensaciones físicas en los más jóvenes''.
La Covid-19 podría actuar como un ''incidente crítico'' que desencadena preocupaciones relacionadas con la salud
Así, para los niños y los jóvenes, el coronavirus será, probablemente, la primera ''amenaza'' para la salud a la que habrán estado expuestos, lo que puede dar forma o interrumpir sus creencias de que el mundo es un ''lugar seguro'' con respecto a la salud, haciendo que se sientan más vulnerables a desarrollar preocupaciones relacionadas en este contexto debido a ansiedad y/o experiencias preexistentes.
''Los que experimentan la muerte o enfermedad grave de alguien en su ámbito personal o social como resultado de la enfermedad, y aquellos que viven con padres especialmente preocupados por el virus y su impacto, pueden ser más vulnerables a desarrollar preocupaciones relacionadas con la salud'', detalla el estudio.
TRATAMIENTO
Tal y como publican en Behavioural and Cognitive Psychotherapy, existe evidencia que respalda el uso de la terapia cognitivo-conductual (TCC) para la ansiedad infantil, que van desde intervenciones de baja intensidad hasta intervenciones de alta intensidad. No obstante, la respuesta a este tratamiento depende del tipo de ansiedad. Por ejemplo, los niños y adolescentes con ansiedad social pueden experimentar una tasa de cambio después del tratamiento que aquellos que sufren de ansiedad generalizada.
Esta terapia pretende reducir la angustia y la búsqueda de seguridad inútil y permitir la consideración de explicaciones alternativas de sensaciones que se malinterpretan como signos de enfermedad.
En el contexto de la Covid-19, la intervención también podría implicar un enfoque en la tolerancia de la incertidumbre y el reconocimiento de que el uso excesivo de medidas de precaución puede estar aumentando en lugar de disminuir la ansiedad por contraer la enfermedad.