Desde la identificación de los primeros casos de Covid-19, enfermedad provocada por el SARS-CoV-2, mucho ha cambiado el virus. La expansión del coronavirus a nivel global se ha traducido en la aparición de diversas variantes mejoradas respecto a la cepa original en términos de mayor transmisión, mayor capacidad para causar una enfermedad grave e incluso posibilidad de escape inmunitario.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) monitoriza a nivel global los datos de secuenciación genómica reportados por los países sobre aquellas variantes que cumplen con alguna o varias de las características expuestas y que son clasificadas variantes de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés). Estas son Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido), Beta (B.1.351, detectada originalmente en Sudáfrica), Gamma (P.1, detectada originalmente en Brasil) y Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India).
Actualmente en esta clasificación se vigilan además dos variantes consideradas de interés (VOI, por sus siglas en inglés): Lambda (C.37, detectada originalmente en Perú) y Mu (B.1.621, detectada originalmente en Colombia). Esta última ha sido recientemente añadida a esta categoría ya que o bien presenta cambios en su genoma que se prevé que afecten a las características del virus (transmisibilidad, gravedad de la enfermedad que provoca o escape inmunitario) o porque se ha demostrado que da lugar a una transmisión significativa.
A fecha de 30 de agosto de 2021, la variante Mu había sido identificada en 39 países, con el epicentro de su transmisión ubicado en Colombia donde la variante se aisló por primera vez el 11 de enero de 2021. El país registró un rápido incremento de los casos de Covid-19 desde el mes de marzo hasta el pasado mes de julio. Aunque la variante Gamma había sido la dominante durante el periodo de incremento de casos, Mu consiguió superar al resto de variantes en el mes de mayo, siendo la impulsora de la nueva ola de la pandemia en Colombia.
Aunque se pensaba que Beta era la variante más resistente hasta la fecha, Mu era dos veces más resistente a la neutralización por suero convaleciente y 1.5 veces más resistente a la neutralización por suero de vacuna
El aumento de casos de Mu en Colombia es un ejemplo perfecto de la necesidad de monitorización de las variantes para detectar un posible incremento de la tasa de transmisión, la patogenicidad y la resistencia a las respuestas inmunitarias. La mayoría de las muestras de Mu albergan las mutaciones T95I y YY144-145TSN en el dominio N-terminal; las mutaciones R346K, E484K y N501Y en el dominio de unión al receptor; y las mutaciones D614G, P681H y D950N en otras regiones de la proteína de pico. Algunas de estas mutaciones se identifican comúnmente en variantes de interés. De estas mutaciones, E484K (compartida por las variantes Beta y Gamma) ha mostrado la mayor reducción en la sensibilidad a los anticuerpos inducidos por la infección y vacunación natural del SARS-CoV-2.
En base a toda la información New England Journal of Medicine publica los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Tokio (Japón) centrado en analizar cómo responde la variante Mu a las respuestas inmunitarias mediadas tanto por la infección natural como por las vacunas.
Para evaluar la sensibilidad de la variante Mu a los anticuerpos inducidos por la infección por SARS-CoV-2 y a través de la vacunación, los responsables de la investigación generaron un pseudovirus que alberga la proteína de pico de la variante o la proteína de pico de otras variantes de interés.
Los ensayos de neutralización del virus, realizados con el uso de muestras de suero obtenidas de 13 personas que se habían recuperado de la Covid-19 infectadas al comienzo de la pandemia (abril a septiembre de 2020), mostraron que la variante Mu era 10,6 veces más resistente a la neutralización que el virus de linaje B.1 (virus parental), que porta la mutación D614G. Los ensayos realizados con muestras de suero obtenidas de 14 personas que habían recibido la vacuna BNT162b2 (Pfizer/BioNTech) mostraron que la variante Mu era 9,1 veces tan resistente como el virus parental.
Aunque se pensaba que Beta era la variante más resistente hasta la fecha, Mu era dos veces más resistente a la neutralización por suero convaleciente y 1.5 veces más resistente a la neutralización por suero de vacuna.
Por tanto, la variante Mu muestra una resistencia pronunciada a los anticuerpos provocados por la infección natural por SARS-CoV-2 y por la vacuna de ARNm de BNT162b2. Debido a que las “infecciones de avance” (aquellas infecciones que se producen después de que una persona ya haya sido vacunada) son una amenaza importante, lo que los responsables del estudio recalcan la necesidad de continuar apostando por los esfuerzos y trabajos en materia de secuenciación genómica del virus.